Puertas giratorias

Sánchez elige políticos afines para dirigir empresas públicas en detrimento de gestores profesionales

El relevo en Indra o en el consorcio del AVE a La Meca, últimos casos de una estrategia seguida también en Paradores, Red Eléctrica, Hispasat y hasta una decena de firmas participadas o gestionadas por el Estado

Beatriz Corredor, presidenta de Red Eléctrica
Beatriz Corredor, presidenta de Red EléctricaRED ELÉCTRICARED ELÉCTRICA

Las empresas públicas se han convertido en una preciada moneda de cambio con la que recompensar lealtades políticas. Más allá de su deseo legítimo de tener ojos y oídos en sociedades participadas por el Estado en las que hay dinero de todos, el inquilino de turno de la Moncloa designa en muchas ocasiones presidentes y consejeros delegados teniendo más en cuenta las adhesiones políticas mostradas por el candidato hacia el Gobierno que su capacitación y experiencia profesional en el sector en que se desenvuelve la compañía. Pedro Sánchez tampoco se ha resistido a esta dinámica. El último ejemplo de este baile se dio el pasado viernes, con el nombramiento de Alejandro Colldefors como nuevo presidente del Consorcio Español Alta Velocidad Meca Medina, que construyó y explota el conocido como AVE a La Meca. Colldefors, que procede la concesionaria Abertis, formó parte de las listas de los socialistas a las elecciones europeas de 2014 y 2019.

Mucha polémica suscitó un par de semanas atrás el relevo en la dirección de la compañía tecnológica Indra, de la que el Estado, a través de la SEPI, es el principal accionista con el 18% de su capital. La compañía será presidida por Marc Murtra, un hombre sin experiencia alguna en el sector pero con fuertes lazos políticos con el PSC. Eso sí, su poder será más que limitado porque el resto de grandes accionistas de la firma han logrado arrebatarle los poderes ejecutivos, lo que no obstará para que vaya a percibir un sueldo de más de medio millón de euros anuales por presidir una compañía cuya operativa, sin embargo, soportarán sus dos consejeros delegados.

Murtra no es el único caso de expolítico sin experiencia ni bagaje profesional en un sector que ha terminado en la presidencia de una compañía pública por su mera adhesión en este caso a Sánchez. Desde octubre de 2020, Jordi Hereu es el presidente de Hispasat, la compañía de satélites que gestiona las comunicaciones militares y cuya influencia en la comunicación se extiende a España, Portugal y América Latina con la distribución de más de 1.250 canales radio y televisión. Hereu fue durante cinco años alcalde de la Ciudad Condal por el PSC, entre 2006 y 2011. Tras dejar la política ha sido cofundador de Fledge Barcelona, una aceleradora de talento en países emergentes, y presidente de IdenCity y Barcelona Plataforma Empresarial, donde realiza labores de consultoría. Sin embargo, no se le conocía experiencia alguna en el mundo de los satélites y las telecomunicaciones.

Red Eléctrica

El nombramiento de Hereu fue refrendado por Red Eléctrica, propietaria de Hispasat tras adquirir la mayoría de su capital a Abertis. Un trámite que no tropezó con problema alguno dado que al frente de la eléctrica está otra afín de Pedro Sánchez, Beatriz Corredor.Amiga personal del jefe del Ejecutivo desde que ambos coincidieron como concejales en el Ayuntamiento de Madrid, Corredor, registradora de la propiedad de profesión, fue ministra de Vivienda en el segundo Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Tras su salida del Ejecutivo, en marzo de 2012, se reincorporó a su trabajo en el Registro de la propiedad en Majadahonda (Madrid). Retomó su carrera política en 2017, siendo diputada hasta enero de 2020, poco antes de ser designada presidenta de Red Eléctrica. Como en el caso de Hereu, tampoco se le conoce experiencia profesional alguna vinculada al sector energético.

Otro hombre cercano a Sánchez, Juan Manuel Serrano, ocupa la presidencia de Correos desde julio de 2018. Jefe de Gabinete del ahora presidente del Gobierno hasta que llegó a La Moncloa, Serrano es considerado como una persona de máxima confianza de Sánchez y fue uno de sus principales apoyos en las primarias que le sirvieron para recuperar la Secretaría General del PSOE. Serrano es Ingeniero Técnico de Informática, especializado en Sistemas, por la Universidad Pontificia de Salamanca y Licenciado en Derecho por la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) de la que ha sido director de Sistemas, director de Gestión de Convenios y gerente.

No tan amigo del presidente, al menos sobre el papel, es Óscar López, presidente de Paradores desde julio de 2018. López fue, junto a el exsecretario de Organización de los socialistas, César Luena, uno de los que traicionaron a Sánchez en las primarias con las que recuperó la Secretaría General del PSOE. Se pasó de su bando a liderar la campaña de Patxi López, pero Sánchez lo “indultó” en el verano de 2018 y le entregó la presidencia de Paradores y sus 180.000 euros de sueldo. Ahora, no obstante, algunas fuentes apuntan a que el presidente del Gobierno estaría buscándole un reemplazo más afín.

El perfil de López es también eminentemente político. Ex secretario de Organización del PSOE y exportavoz del grupo socialista en el Senado, es licenciado en Ciencias Políticas con la doble especialidad de Estudios Internacionales y Administración Pública por la Universidad Complutense de Madrid. Senador por designación de las Cortes de Castilla y León y portavoz socialista en la comisión de Asuntos Exteriores, con anterioridad a sus cargos nacionales fue diputado por Segovia en el Congreso durante dos legislaturas, secretario del PSOE de Castilla y León, portavoz de su grupo en las Cortes de Castilla y León.

Más técnicos

Más técnicos, aunque igual de vinculados al PSOE, son los perfiles de los presidentes de Renfe y Aena, Isaías Táboas y Maurici Lucena, respectivamente. Táboas, licenciado en Historia, ha desarrollado gran parte de su carrera en el sector público. Ha sido secretario de Estado de Transportes (2010-2011), secretario general de la Presidencia de la Generalitat de Cataluña (2006-2010) y director del gabinete del ministro de Industria (2004-2006). También fue director de Comunicación y Relaciones Institucionales de Renfe y delegado de Patrimonio y Urbanismo en Cataluña y Aragón (1991-1996).

Lucena, licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, tuvo una dilatada carrera en la empresa privada antes de acceder a la Presidencia de Aena, con cargos en el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), Ingeniería de Sistemas para la Defensa de España (ISDEFE) o la Agencia Espacial Europea. También está, no obstante, muy ligado al Partido Socialista. Desde diciembre de 2012 hasta octubre de 2015, fue diputado y portavoz del grupo parlamentario socialista en el Parlamento de Cataluña. Fue miembro del Grupo de Expertos de Sánchez para las elecciones generales de 2015, como responsable de política industrial y competitividad; miembro del Comité Asesor de Economía de José Montilla para las elecciones al Parlamento de Cataluña de 2010, y coordinador del área de competencia y transparencia del programa económico del PSOE para las elecciones generales de 2004.

El caladero andaluz

Sánchez ha tirado también para dirigir las empresas públicas de técnicos que han desarrollado gran parte de su carrera en la Junta de Andalucía, hasta no hace tanto un coto privado de los socialistas. El último “fichaje” ha sido el que es desde abril presidente de Navantia, Ricardo Domínguez García-Baquero, un ingeniero que ha trabajado en cargos técnicos dentro de la Junta de Andalucía sin ninguna relación con los astilleros. Domínguez esingeniero agrónomo por la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y Montes de la Universidad de Córdoba, tiene un MBA y un Máster en Big Data aplicado a la Dirección y Administración de Empresas por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Pero, a pesar de su abultado currículum académico, su nula experiencia en el sector ha levantado suspicacias entre los trabajadores de la compañía.

Domínguez García-Baquero fue elegido para reemplazar al frente de Navantia a la que desde marzo es presidenta de la SEPI, Belén Gualda. Ingeniera de Caminos, Canales y Puertos, Gualda acumula una amplia experiencia en puestos directivos dentro del sector público empresarial, en el que ha desarrollado gran parte de su carrera profesional. Su carrera ha estado muy vinculada a la Junta de Andalucía. Gualda ha estado, por ejemplo, al frente de la Agencia de Obra Pública de Andalucía.

También de la época de Gobierno socialista en Andalucía procede el que es ahora presidente de la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado, Jesús Huerta Almendro. Designado para el puesto en julio de 2018, un año antes había sido elegido director general de Presupuestos de la Junta de Andalucía. Huerta es licenciado en Derecho, tiene un máster en Gestión Sanitaria y es también diplomado en Gestión de Desarrollo de Personas. En la Junta, ocupó también el cargo de director general de Política Digital.