Agricultura

La nueva PAC, a la cabeza de los retos del arranque de curso Bruselas

La Comisión Europea debe aprobar los planes estratégicos de cada Estado. Las negociaciones comerciales, otra prioridad

Campo de trigo
Campo de trigoJesús G. FeriaLa Razón

El cierre definitivo de la nueva Política Agraria Común (PAC), la aprobación por parte de la Comisión Europea de los Planes Estratégicos que deben enviar los Estados miembro antes de que acabe este año y el desarrollo de las dos estrategias (de la granja a la mesa y horizonte 2030) incluidas en el Pacto Verde europeo son tres asuntos claves a los que se deberá prestar atención en Bruselas y en las capitales de los Estados miembros durante el curso de política agraria que comienza estos días. Junto a ellas destacan también las cuestiones comerciales, con las negociaciones en el seno de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y con las que se llevan a cabo con Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Marruecos y Mercosur marcadas como prioritarias.

Respecto a la aprobación de cada uno de los Planes Estratégicos que remitan los Estados miembros, cabe destacar que será el vicepresidente de la Comisión y hombre fuerte de la misma, Frans Timmermans, el encargado de dar el visto bueno definitivo a los mismos. Él y sus servicios tendrán la última palabra, mientras que el comisario de Agricultura desempeñará un papel secundario. A la hora de dar su aprobación, el vicepresidente de la Comisión tendrá muy en cuenta que se cumplan y respeten todos los compromisos en materia medioambiental y de lucha contra el cambio climático, una de sus actuaciones prioritarias durante el mandato del actual equipo de Bruselas. Eso va íntimamente unido a otra de sus competencias, la vigilancia para que se respete lo dispuesto en el Pacto Verde europeo a la PAC. En este contexto, hay que destacar que se ha hecho público un informe redactado por un organismo dependiente de la Comisión en el que se destaca que la aplicación de la Estrategia de la granja a la mesa podría provocar un recorte de la producción agraria de hasta un 15%, así como una subida de los costes de producción.

En el plano comercial, destacan las relaciones con EE UU, que pasan por un momento de tregua tras la llegada de la Administración Biden. Las cosas se pueden complicar con Marruecos, una vez que el Tribunal de Justicia de la UE se pronuncie en las próximas semanas sobre el contencioso existente con las exportaciones de productos pesqueros procedentes del antiguo Sahara español, dependiendo de cuál sea su sentido. Por último, siguen avanzando las negociaciones con Australia y Nueva Zelanda.