Sector aéreo

El Gobierno congela las tarifas aeroportuarias y asesta otro revés a Aena

El gestor proponía una subida del 5,4% en cinco años. La semana pasada el Congreso le obligó a bajar los alquileres comerciales

Logo de bienvenida de Aena en el aeropuerto Adolfo Suárez Barajas
Logo de bienvenida de Aena en el aeropuerto Adolfo Suárez BarajasSergio PerezREUTERS

En menos de una semana, los planes de la dirección de Aena han recibido dos serios reveses propinados por el Congreso y el Gobierno, que controla el 51% del capital de la compañía. Si la semana pasada, la Cámara Baja respaldó una enmienda que le obligará a rebajar las rentas que cobra por los alquileres de locales en los aeropuertos para ajustarlas a la caída de la actividad, lo que tendrá un impacto en sus cuentas de 1.500 millones de euros; hoy, el Consejo de Ministros ha aprobado una congelación de las tarifas aeroportuarias para los próximos cinco años. Una decisión que supone una enmienda en toda regla a los planes de la compañía.

Aena propuso en marzo incluir en el Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA) aprobado hoy, que establece las condiciones que deberán cumplirse en los aeropuertos de la red de Aena en materia de calidad y medioambiente, capacidad e inversiones, así como la senda tarifaria para los próximos cinco años; un incremento de tarifas para el periodo del 5,4%. Una propuesta que había chocado frontalmente con la oposición de las aerolíneas, agrupadas en la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), que habían movilizado todos los recursos a su alcance para frenar el incremento. En un hecho bastante singular, la asociación internacional de transporte aéreo (IATA) denunció en mayo que la propuesta del gestor aeroportuario Aena de incrementar las tasas y aseguró que «podrían dañar la recuperación económica y de empleo tras el Covid-19», porque dificultarían la reanudación de los vuelos de pasajeros y también limitaría la oferta para mercancías.

En esta guerra, las aerolíneas han contado también con el respaldo de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que había solicitado una bajada anual de estos peajes que cobran los aeropuertos españoles del 0,44%. Competencia justificaba su propuesta en la diferencia entre sus cálculos y los de Aena diciendo que el tráfico aéreo se va a recuperar entre 2024 y 2025, antes de lo indicado por el gestor aeroportuario (2026); y en la discrepancia del cálculo de costes operativos y de la metodología de cálculo del coste de capital.

Sabor agridulce

El informe de la CNMC, junto con otros como el de la Oficina Económica del Gobierno, ha sido uno de los que ha manejado la Dirección General de Aviación Civil, organismo dependiente del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) y que es el encargado de tomar la decisión final que luego ratifica el Consejo de Ministros. En la nota hecha pública por el ministerio de Raquel Sánchez asegura que su decisión «sitúa las tarifas de Aena entre las más competitivas y contribuirá a atraer nuevas compañías y a la recuperación del sector del transporte aéreo».

Sin embargo, a las aerolíneas, la decisión les ha dejado un sabor de boca agridulce. “La propuesta final que se ha aprobado hoy de congelación tarifaria no es el resultado que esperábamos, pero es el menos malo de los escenarios posibles, porque aunque finalmente no se reducen las tarifas para los próximos 5 años, en cualquier caso no se subirán como pretendía AENA, lo que hubiese desincentivado el tráfico aéreo y, por tanto, la economía y el empleo”, ha afirmado Javier Gándara, presidente de ALA. “Hemos defendido una reducción de las tarifas aeroportuarias para los próximos 5 años para incentivar la recuperación del tráfico aéreo, fundamental para la recuperación del turismo y, por tanto, de la economía al ser el principal motor de crecimiento económico en nuestro país”, ha rematado.