5G: la red que lo cambiará todo

La red móvil de quinta generación (5G) ya es una realidad. Atrás quedó el 1G con los primeros teléfonos móviles; el 2G con los SMS; las primeras conexiones a internet de la mano del 3G; o la banda ancha del 4G. Ahora, el avance sigue su curso y el 5G no supondrá solo que la velocidad alcance niveles impensados, sino que implicará también un cambio global en todos los ámbitos.

La llegada de esta nueva generación de red móvil fue el tema de la mesa telemática de análisis y debate «5G y las comunicaciones del futuro», organizada por el diario LA RAZÓN el pasado 23 de septiembre. El acto contó con la participación de Ana Varela, Project Leader del piloto 5G Cataluña de Cellnex; Antonio Fernández-Paniagua, Subdirector General de Planificación y Gestión del Espectro Radioeléctrico, Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital; José María Siota, Director Ejecutivo del Centro de Emprendimiento e Innovación de IESE Business School; y Federico Ruiz, Responsable del Observatorio Nacional del 5G.

«Bienvenidos a la casa de La Razón, aunque hoy sea una casa virtual», comenzaba diciendo Roberto López, moderador del debate y periodista de la sección de Economía, a la vez que señalaba que quizá era «un buen momento para tener una mesa telemática», ya que si esto es posible, es gracias precisamente al 5G. Ana Varela fue la primera en presentarse y lo hizo destacando el ambicioso proyecto en el que se encuentra embarcada Cellnex, una de las empresas españolas que más ha apostado por el desarrollo del 5G. Se trata del Proyecto 5G Cataluña, un programa piloto en el que participan diversas empresas y con el que han creado un ecosistema de 5G de Innovación abierta que posibilitará el despliegue y la gestión de la infraestructura de la red y que incrementará el desarrollo de nuevas soluciones y servicios de conectividad. Antonio Fernández-Paniagua, por su parte, comenzaba recordando que la implantación de esta nueva red «no va a suponer un mero cambio tecnológico, como ha ocurrido en el pasado», sino que tendrá «un efecto transversal sobre el conjunto de la economía y de la sociedad». José María Siota comenzó su intervención presentando el concepto del «Valle de la muerte europeo», que hace referencia a la falta de financiación para pruebas de concepto y para emprendedores de tecnologías emergentes, como puede ser el 5G: «En Europa tenemos el 21% de los mejores centros de investigación del mundo, pero en la Oficina Europea de Patentes, donde hay más de tres millones, el 95% de ellas están inactivas. El 5% restante está impactando en el 40% del PIB europeo». Federico Ruiz apostó por empezar con datos positivos: «España es un país muy rico en actividad 5G», señalaba antes de apuntar a su vez la necesidad de «despertar el interés del ciudadano y de los empresarios, y ayudarles a entender en qué les beneficiará esta nueva red».

Roberto López inició el debate preguntando qué aspectos de nuestra vida cambiará esta nueva red. Ana Varela respondió a esta cuestión con la palabra «acercamiento», y aseguró que «el 5G va a revolucionar no sólo la forma en la que nos comunicamos entre nosotros». El sector sanitario, por ejemplo, será uno de los que más podrá cambiar: «Estamos acostumbrados a ir al hospital, y esta tecnología posibilitará que podamos hacer una monitorización constante de nuestra salud», explicó Varela. Antonio Paniagua coincidió con ella, y aseguró que el 5G evitará muchos desplazamientos del ciudadano al hospital y la consiguiente optimización de su tiempo. Con esto último está relacionado uno de los proyectos que está desarrollando Cellnex en Cataluña: próximamente se pondrá en marcha una «experiencia inmersiva de compra, que va mucho más allá de una tienda online» en el mercado La Boquería (Barcelona), gracias a la cual los ciudadanos podrán hacer la compra desde casa a través de su dispositivo. Este proyecto tecnológico permite al ciudadano tener acceso a nuevos contenidos relacionados con las opciones de compra, mejorando notablemente la experiencia de usuario.

La posición de España y la UE

Todos los presentes coincidieron en que la posición de partida de nuestro país es buena, aunque hay aspectos que se deben trabajar. Federico Ruiz apuntaba que nos llevará 10 años encontrar las aplicaciones de esta nueva red, y que «solo las economías que sepan convertirlas en modelos económicos sostenibles serán las que saquen realmente provecho al 5G». En este sentido, José María Siota destacaba la fundamental necesidad de incentivar la colaboración público-privada: «Hay emprendedores en temas de 5G con falta de financiación para pruebas de concepto, y hay corporaciones en busca de innovación». Como solución, planteó el concepto «corporate venturing squad», que hace referencia a grupos pequeños, de 4-6 corporaciones del mismo o diferente sector, que trabajan de forma conjunta y junto a emprendedores.

Con motivo de la pandemia de la Covid-19, la Unión Europea ha levantado el fondo Next Generation, gracias al que España recibirá 140.000 millones de euros. ¿Se abre una nueva vía para apostar por el I+D+i? Paniagua afirmaba que la inversión en innovación es esencial, ya que «en estas nuevas tecnologías, o te embarcas en el momento adecuado o cuando quieras coger la rueda puede ser tarde». A su vez recordaba que en el Plan de Recuperación del Gobierno, una de las líneas de ayuda va dirigida a proporcionar financiación a centros públicos de investigación y avanzar en 5G y 6G. Como parte de Cellnex, una empresa privada, Ana Varela confirmaba que las compañías se sienten respaldadas y notan la apuesta de España por el desarrollo tecnológico. El programa que desarrolla Cellnex y Más Movil, por ejemplo, cuenta con el apoyo de Red.es -entidad del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital- y de FEDER (Fondo Europeo de Desarrollo Regional). Federico Ruiz era más tajante y defendía que «no faltan ni fondos ni proyectos», pero planteaba otra problemática: «Tenemos tendencia, a nivel europeo, a asignar fondos para todos los proyectos, y tenemos que mejorar para que salgan adelante aquellos con mejores posibilidades».

Una de las preocupaciones que se plantean respecto al 5G es si llegará de la misma manera a los núcleos urbanos que a los rurales. Paniagua defendía que este problema «siempre está ahí», y que por ello en el Plan de Recuperación hay muchas medidas orientadas a la formación tecnológica: «No vale de nada tener mucha tecnología si la población no está preparada». Precisamente con la España rural está relacionado un proyecto que desarrolló Cellnex y que se trata de un brazo robótico pensado para ayudar a los recolectores de alimentos. «La tecnología nos puede acercar y facilitar el día a día, tanto a nivel laboral como personal», apuntó Varela. Federico Ruiz, por su parte, habló de otra brecha, la del conocimiento, y aseguró que las empresas tendrán que intervenir y «ocuparse de formar y ofrecer servicios fáciles de utilizar».

Optimismo y trabajo

Antes de finalizar el debate, cada participante lanzó una conclusión y todos se mostraron positivos en cuanto a la implantación de esta nueva red en España, aunque asumiendo que todavía queda trabajo. Paniagua remarcó que a pesar de partir de una buena posición, se trata de una labor «que tenemos que hacer entre todos». Varela coincidió con él, y remarcó que con las colaboraciones a nivel internacional y las público-privadas, «podemos unir fuerzas y lograr que el 5G se despliegue de manera más ágil». Federico Ruiz recordó que Europa ya supo hacer un buen trabajo con el 2G, y que ahora hay que «analizar los fallos cometidos con el 3G y 4G y dar con las capacidades a explotar del 5G». Siota puso el punto final diciendo que tenemos que ser optimistas, pero solucionar la problemática del Valle de la muerte europeo y fomentar «el trabajo conjunto de emprendedores y corporaciones».