Energía
La guerra diplomática entre Argelia y Marruecos pone en peligro el “invierno” español
El Gobierno teme que la crisis corte el suministro de gas argelino. El ministro Albares ha recibido garantías de que se cumplirá con la entrega, mientras el Gobierno marroquí calla y espera
AArgelia es un socio económico de primer orden para España y siempre ha sido un socio fiable que cumple sus compromisos. Hoy se me ha garantizado la continuidad del suministro d egas», aseguraba esta semana en Argel el ministro de Exteriores español José Manuel Albares junto a su homólogo Ramtane Lamamra y después de haberse reunido con el presidente argelino Abdelmadjid Tebboune y haber logrado su compromiso para mantener el servicio sin cortes. El invierno se acerca y el gas procedente de Argelia supone entre el 40% y el 50% del que se consume en España. La profunda crisis abierta entre Argel y Rabat pone en riesgo una parte de ese suministro, que alcanza los 13.000 millones de metros cúbicos anuales. Aparentemente las palabras de Albares deberían significar que España ha logrado de las autoridades argelinas el compromiso verbal que pretendía. Pero está por ver que «el amigo argelino» esté en disposición de poder cumplir.
La visita del jefe de la diplomacia española se produce algo más de un mes desde que Argel rompiera relaciones diplomáticas con Rabat
–tras meses de tensión y unas últimas semanas de alto voltaje con reproches cruzados– y también a un mes de que expire el contrato –no será renovado, como zanjaron el pasado 7 de septiembre las autoridades argelinas– del gasoducto Magreb Europa, que transporta el gas argelino a España a través de Marruecos.
En un principio, si la diplomacia no lo impide, el gas argelino llegará a España únicamente a través del gasoducto Medgaz, que conecta directamente los yacimientos argelinos de Hassi R’mel con la costa almeriense (localidad de El Aquián) desde el año 2011. El ministro Albares aseveraba en sesión de control parlamentaria que «el suministro de gas a España no está en peligro porque nuestros amigos marroquíes y argelinos quieren trabajar conjuntamente en este terreno», pero hay dudas.
En julio pasado, los responsables de Medgaz anunciaron la ampliación del gasoducto –cuya capacidad actual es de 8.000 millones de metros cúbicos- hasta los 10.000 millones potenciales al año, la cual debería ser ya efectiva para comienzos de noviembre próximo. Con una inversión de 90 millones de dólares (73 millones de euros, la ampliación supondrá la canalización de un 25% del gas natural que se consuma en España. Con todo, Argelia ha prometido compensar el volumen que pudiera perderse tras cerrarse la llave del Magreb Europa con la venta de barcos de GNL.
Hay que recordar que la sociedad Medgaz cuenta como accionistas con el gigante estatal argelino Sonatrach (51%) y la sociedad Medina Partnership (49%), a su vez esta última participada a medias entre la española Naturgy y la estadounidense BlackRock. Sonatrach posee, además, un 5% de Naturgy. Hasta ahora entre el 30% y el 40% del gas argelino llegaba a España a través del gasoducto Magreb Europa que, partiendo de los citados pozos argelinos de Hass R’mel, cruzaba el estrecho de Gibraltar –alcanzando suelo español en la localidad gaditana de Tarifa– después de atravesar territorio marroquí. La infraestructura, construida a instancias de la sociedad española Enagás y la argelina Sonatrach, entró en funcionamiento en 1996. Su capacidad es de unos 11.000 millones de metros cúbicos anuales. Al margen de los 700 millones de metros cúbicos que se quedaban en Marruecos merced a los derechos de paso –un 7% del combustible que pasa por su territorio–, el resto cruzaba el Estrecho con destino a la península.
España, Argelia y Marruecos negocian desde hace dos años la renovación del contrato, conveniente –al margen de la diatriba política– para las tres partes. Pero llegó la ruptura total entre los dos vecinos magrebíes. El 26 de agosto el ministro argelino de Energía, Mohamed Arkab, anunciaba, después de darle la noticia al embajador español en Argel Fernando Morán, que el contrato de Medgaz, que expira el próximo 31 de octubre, no sería prolongado. El ministro argelino aseguraba ya entonces «el compromiso total de Argelia a la hora de cubrir el conjunto de los aprovisionamientos en gas natural a través de Medgaz»..
Marruecos, que garantizaba una gran parte de sus necesidades energéticas con el gas argelino, es la mayor perjudicada: tendrá que buscarse con celeridad el suministro en otra parte. Eso sí, la infraestructura del gasoducto Magreb Europa que atraviesa suelo marroquí pasa a ser propiedad del Estado a partir del 31 de octubre próximo, fecha de conclusión del contrato.
En cualquier caso, Argelia ya barajaba de alguna forma un final como el que se precipitó a raíz de la ruptura con Marruecos el pasado 24 de agosto. En 2019, las autoridades argelinas construyeron un ramal desde el gasoducto Magreb Europa justo antes de entrar en Marruecos (municipio de El Aricha) hasta el tubo de Medgaz en Beni Saf, en la costa mediterránea. Asimismo, aquel año, Naturgy incrementó su participación en Medgaz al pasar del 14,95% al 49% después de adquirirle un 34,05% al holding emiratí Mubadala mediante un vehículo de propósito especial (SPV). Aquel año Naturgy incluyó además una provisión de 80 millones de euros si no se renovaba la concesión del gasoducto Magreb Europa dadas las reticencias negociadoras de la parte marroquí.
A falta de que trasciendan más datos sobre cuánto gas estarán en disposición las autoridades argelinas de suministrar a nuestro país una vez concluya la ampliación de Medgaz, parece claro que el Gobierno de España tendrá que pensar en incrementar las compras de Gas Natural Licuado (GNL) en un momento en que ello es difícil y costoso. La causa: la competencia mundial por esta materia prima se encuentra al alza, en gran parte por China. En lo que va de año, España ha recibido 19 buques de GNL menos que en el mismo período de 2020.
En caso de no ver satisfechas sus necesidades con sus actuales clientes, España deberá pues negociar con productores como Qatar, Estados Unidos o Nigeria para la adquisición de buques gaseros. Una opción desde luego más cara que comprar el gas a través de gasoductos, pues el hidrocarburo hay que regasificarlo en el país de destino. En cualquier caso, España lleva ya tiempo diversificando sus proveedores y en los últimos años el transporte en barco de GNL ha ido ganando terreno al que llegaba por gasoducto desde el país magrebí. No en vano, durante los cinco primeros meses de 2020, de manera excepcional Estados Unidos fue el primer proveedor de gas de España gracias a sus precios.
En la rueda de prensa celebrada con el ministro de Exteriores argelino, Albares expresó su deseo de que los dos países aspiren a que su cooperación económica alcance «el nivel deseado» y sea «mutuamente benéfica». Los buenos deseos de Albares iban más allá y no ocultaba la «voluntad de España de comenzar los preparativos de la próxima Reunión de Alto Nivel, prevista en España» y, con ello, «identificar sectores novedosos, principalmente las energías renovables, la agricultura y la construcción naval».
Recordemos que, suspendida por primera vez en diciembre de 2020 a petición de Rabat, la Reunión de Alto Nivel Marruecos - España sigue aplazada sine die. Al igual que el ministro de Exteriores español, que tomó posesión el 12 de julio pasado, continúa aguardando fecha para poder reunirse con su homólogo marroquí Nasser Bourita –recordemos que el canciller marroquí se reunió este martes, por ejemplo, con su homólogo mauritano Ismail Ould Cheikh Ahmed–. Y todo con el problema de la pesca en el Sahara Occidental de fondo.
En pleno proceso de normalización de relaciones entre Madrid y Rabat –todavía sin fechas ni síntomas de acercamiento–, a buen seguro las autoridades marroquíes toman nota de la buena sintonía manifestada entre los titulares de Exteriores de Argelia y España un día después de que el Tribunal General de la UE anulara los acuerdos agrícola y pesquero suscritos entre la Comisión Europea y Marruecos en 2019.
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