Agricultura
El alza de los costes de producción ahoga al campo
La mayoría de agricultores y ganaderos no puede repercutir las alzas en los precios de la alimentación animal, la electricidad o los fertilizantes
El incremento de los costes de producción que se viene registrando en los últimos meses amenaza con ahogar al sector agrario español, ya que en la mayor parte de los casos los agricultores y ganaderos no pueden repercutir esas alzas en el precio final de sus productos. En la ganadería el problema fundamental está provocado por la subida de los precios que se utilizan en la alimentación animal y también por la energía. En la vertiente agrícola se trata de los aumentos que se registran en los costes de los fertilizantes, la luz y el gasóleo, entre otros.
Los ganaderos de vacuno de leche llevan varios meses movilizándose porque la importante subida del coste de alimentación ha provocado que sus explotaciones entren en pérdidas, ya que los precios que perciben por la leche no han experimentado subidas; es una situación que afecta también a los restantes subsectores ganaderos.
Si se toman como referencia las últimas cotizaciones de los cereales y se comparan con la existentes a finales de septiembre del año pasado, se comprueba que la cebada ha registrado una subida media que supera el 40%; el trigo para pienso anda por el 30% de incremento, según las cifras de las lonjas, mientras que el maíz se aproxima al 40%.
Si se analiza lo sucedido en los mercados de futuros nos encontramos con importantes alzas, que son del 25% en el caso del trigo en Chicago y del 40% para el maíz en esta misma plaza; en París, los incrementos son del 30 y el 33%, respectivamente.
En el caso de las oleaginosas, el haba de soja, otro producto importante, está en Chicago en torno al 22% más caro que el año pasado, mientras que el aceite ha superado el 75%. En la capital francesa la semilla de colza ha subido más del 65% en un año.
En lo que respecta a los insumos de la agricultura destacan los aumentos que ya se notan en los precios de los fertilizantes, especialmente de aquellos en los que el gas natural es un factor esencial en su elaboración.
Tal y como están las cosas en el sector energético, con una espiral alcista que parece no tener final hasta bien entrado 2022, todo hace pensar que estos incrementos han venido para quedarse durante un tiempo.
El precio del gasóleo también ha experimentado subidas significativas durante los últimos meses. Otro tanto ha pasado con la otra pata de la energía, la electricidad, que se ha disparado y que afecta a todo tipo de explotaciones, pero especialmente a las de regadío, ya que los mayores incrementos han coincidido con los meses del verano.
Por otro lado, en el caso de la industria y la distribución agroalimentarias ambas han visto como se han disparado los costes de productos derivados del plástico y el cartón para el embalaje y empaquetado de sus repectivas mercancías. Nos encontramos ante una espiral de inflación, dicen.
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