Efecto negativo
Los subsidios como el bono joven han aumentado los precios del alquiler en otros países que ya los han aplicado
Un informe del Banco de España concluye que medidas como el bono joven de 250 euros acabaron repercutiendo en los precios debido a que no fueron combinados con medidas tendentes a incrementar la oferta en Estados Unidos, Francia o Gran Bretaña
Subsidiar el alquiler, como pretende el Gobierno con los jóvenes con su bono mensual de 250 euros; parece, sobre el papel, una buena medida para facilitar al acceso a la vivienda de aquellos colectivos con menos recursos. Pero el mundo está repleto de buenas intenciones que han acabado en fracaso. Y la experiencia internacional demuestra que las ayudas para el arrendamiento concedidas en otros países sólo han servido para encarecer los precios. Así lo pone de manifiesto el estudio «La intervención pública en el mercado del alquiler de vivienda: una revisión de la experiencia internacional», publicado por el Banco de España y elaborado por David López-Rodríguez y María de los Llanos Matea.
Como explica el documento, los Gobiernos han utilizado un amplio conjunto de instrumentos de política fiscal para incidir en el mercado del alquiler residencial. La cuantía destinada a los subsidios a la demanda, prosigue, es particularmente relevante en economías como Reino Unido, Francia, Finlandia, Alemania, Países Bajos, Suecia o Estados Unidos. En buena parte de estos programas, el apoyo no solo incluye el subsidio de una parte del alquiler, sino también la financiación de otros gastos relevantes asociados al arrendamiento, como son los suministros o el aseguramiento de la vivienda, añade el informe.
La teoría económica, dicen los autores del estudio, predice que buena parte de los subsidios y de las deducciones fiscales destinados a segmentos específicos de la demanda de alquiler «se trasladan a los precios y generan un incremento de las rentas del alquiler» cuando esta demanda se enfrenta a una oferta relativamente rígida, especialmente en el corto plazo. Y en los casos de los países que aborda el estudio, así ha sido. El documento asegura que lo que se ha constatado es la traslación de los subsidios a la demanda en forma de cheques a los precios del alquiler residencial en las principales áreas metropolitanas de Estados Unidos. Según añade, un análisis realizado sobre el terreno arroja que en las 90 áreas metropolitanas de mayor tamaño de Estados Unidos, el programa de cheques habría incrementado los alquileres, de media, en un 16%.
Reino Unido y Francia
En el Reino Unido, otro estudio al que hace referencia el Banco de España «muestra la relación directa entre los subsidios y los precios del alquiler en un contexto de elevada demanda y una oferta de vivienda de alquiler rígida». En particular, prosigue el análisis, se estima que, a mediados de la década de los noventa, entre un 60% y dos tercios de la reducción de los subsidios del programa de «housing benefit» a los nuevos solicitantes supuso una reducción de los precios del alquiler, revelando de ese modo que buena parte del subsidio se trasladaba a los propietarios.
En la misma línea, dos estudios citados por el informe del Banco de España muestran como en Francia «los subsidios directos al alquiler de vivienda también han tenido un efecto alcista en los precios de mercado y han supuesto, principalmente, un incremento de los ingresos de los propietarios de las viviendas arrendadas».
Los autores del documento aseguran que la traslación a los precios de estos subsidios a la oferta sólo se mitigaría en caso de que los subsidios a la demanda estimularan una reacción de la oferta, bien induciendo la construcción de nueva vivienda en alquiler, bien aumentando el mantenimiento o la calidad de la vivienda arrendada. En el caso español, aunque el Gobierno ha puesto en marcha iniciativas para incrementar el parque de vivienda en alquiler, incluida la promoción de 20.000 viviendas de tipo social; se trata de actuaciones que tendrán efecto a más largo plazo. En cualquier caso, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, aseguró el pasado jueves cuando presentó los Presupuestos de 2022 que el bono de alquiler de 250 euros plantea elementos para que la existencia de esta ayuda «no provoque el efecto indirecto y genere un aumento de los alquileres», aunque no especificó qué tipo de frenos prevé introducir para evitar que suceda lo mismo que ya ha ocurrido en otros países.
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