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Un mes del bitcoin de El Salvador: entre la desconfianza, los problemas técnicos y el temor al blanqueo

Las dudas y el miedo a convertirse en un «narco banco» marcan el primer mes del bitcoin como moneda legal

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El miedo a perder sus ahorros y los robos de identidad han marcado el primer mes del bitcoin como moneda de curso legal en El Salvador, el primer país de mundo en legalizar una criptodivisa. Cada vez son más los salvadoreños que se atreven a utilizarlo en sus compras diarias, aunque los niveles de confianza en el bitcoin son muy diferentes dependiendo de a quién preguntes en este humilde país centroamericano de 6,4 millones de habitantes.

Pese a que la Ley Bitcoin obliga a permitir comprar con esta criptomoneda en todo el país, solo una mínima parte de las empresas acepta pagos en bitcoin. El 70% de la población no tiene cuenta bancaria, buena parte de los salvadoreños no gozan de acceso a internet y los problemas técnicos han lastrado la aplicación móvil del Gobierno, que permite las transacciones con la moneda virtual. Para muchos ha sido un paso hacia el futuro y la innovación. Para otros se han quedado completamente al margen debido a la complejidad del sistema de pago.El Salvador es el laboratorio de una posible transformación global.

El país ha vivido en una montaña rusa este mes. Días de incertidumbre, aprendizaje y muchos problemas tras convertirse en el primer país en adoptar este activo como moneda de curso legal. El bitcoin estaba en 43.200 euros y cayó un 17% el primer día como moneda de curso legal en un país. Después de varios altibajos, la criptomoneda se ha recuperado y se sitúa en torno a los 47.500 euros. Su alta volatilidad genera desconfianza entre la población. Los salvadoreños protestan por la falta de información y por el miedo a perder gran parte de sus ahorros si los guardan en bitcoins. También dudan si deben confiar en su presidente, Nayib Bukele, que reitera las bondades y oportunidades que supone el uso de la criptomoneda.

En septiembre, tres manifestaciones han reclamado el fin del bitcoin debido a estos temores de inestabilidad y al peligro de que El Salvador se convierta en un «narco banco» para blanquear dinero de negocios ilegales como el narcotráfico, el comercio ilegal de armas o la trata de personas. Las criptomonedas permiten ocultar más fácilmente la procedencia y el verdadero dueño del dinero. Las denuncias por robo de identidad están siendo uno de los grandes quebraderos de cabeza. La policía ha confirmado, sin especificar cuántas denuncias ha recibido, que investiga la suplantación de perfiles en la billetera electrónica utilizada para el pago con bitcoin llamada Chivo Wallet, cuya descarga viene premiada por el gobierno con un bono en bitcoin por valor 30 dólares (25,90 euros).

Hace un mes, el 78% de los 6,4 millones de salvadoreños rechazaba descargar la aplicación para el uso de bitcoins pese a los 30 dólares de recompensa, señala una encuesta del Instituto Universitario de Opinión Pública de la Universidad Centroamericana. Sin embargo, Bukele asegura que 3 millones de salvadoreños han descargado la aplicación.

«No sabemos quién está haciendo uso de nuestra identidad. Luego podríamos estar envueltos en casos de extorsión o transacciones de dinero ilícito y eso es peligroso», explica Karla Castillo a la CNN tras comprobar que aparece en la plataforma pese a no haber descargado la aplicación. Castillo organiza a través de las redes sociales una demanda colectiva ante la Fiscalía General de El Salvador junto a otros afectados por el robo de su identidad. Un nuevo perfil para el uso del bitcoin requiere el número de teléfono, el documento de identidad y la fecha de nacimiento.

Las grandes esperanzas que un sector de los economistas y los pequeños inversores depositan en el bitcoin no son compartidas por una gran parte de la población, pese a la campaña que animaba a comprar 30 dólares en bitcoins con otros 30 de regalo. La histórica iniciativa persigue que la criptomoneda sea aceptada en un país entero como moneda de curso legal. En la capital, San Salvador, la población intenta entender cómo funciona la billetera electrónica para operar en bitcoin. Los salvadoreños deben descargar la aplicación Chivo Wallet en el celular y acudir a uno de los 200 cajeros automáticos instalados en los denominados puntos «Chivo» para hacer depósitos y retiros. Las largas filas frente a los 200 cajeros de bitcoin instalados en todo el país ha sido otro de los inconvenientes en el primer mes del gran experimento monetario de los últimos tiempos.

La medida de El Salvador es «un truco que obstruirá por completo las transacciones para la mayoría de los poseedores de bitcoin, quienes realmente solo quieren que siga siendo una reserva de valor», remarca Carsten Sorensen, investigador de la London School of Economics.

El pedregoso lanzamiento no es un buen augurio para la adopción más amplia del bitcoin y otras criptomonedas. Pese a ello, el Gobierno asegura que está trabajando para mejorar la cartera electrónica. El experimento de El Salvador está siendo observado como la prueba más grande del activo digital en sus 12 años de historia.

Honduras y Guatemala estudian la implantación de criptomonedas en sus respectivos sistemas monetarios, a la estela de El Salvador, pero siguiendo un camino diferente. Los tres países integran el universo dolarizado de América Central. Honduras y Guatemala avanzan hacia la regularización de las monedas virtuales de sus bancos centrales y no hacia el bitcoin como El Salvador. El presidente del Laboratorio de Análisis de Economía y Comercio de la Universidad Nacional Autónoma de México, Ignacio Martínez Cortés, explica a LA RAZÓN los peligros que conllevan la ausencia de respaldo de un banco central: “Las transacciones internacionales pasan por Nueva York y se controlan a través del código SWIFT. Los movimientos de criptomoneda no tienen esta verificación”. Organismos internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo siguen siendo escépticos sobre la adopción del bitcoin como moneda de curso legal debido a su alta volatilidad. En su mejor momento un bitcoin llegó a valer 54.430 euros en abril, pero en junio su valor se redujo a la mitad