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La ‘startup’ española Fossa Systems lanza seis satélites del tamaño de un móvil y prevé otros 80 para 2023

Quiere crear una red global de conectividad IoT (el internet de las cosas), incluidas zonas remotas y de escasa o nula cobertura móvil

Montaje de uno de estos picosatélites de Fossa Systems
Montaje de uno de estos picosatélites de Fossa SystemsFossa SystemFossa System/EFE

La ‘startup’ española Fossa Systems prevé lanzar en enero al espacio seis picosatélites -satélites del tamaño de un móvil- para facilitar conexiones IoT (internet de las cosas) a todo el mundo, como primer paso de una constelación de 80 que quiere que esté operativa a mediados de 2023. Se trata de una compañía aeroespacial, con sede en Madrid, cofundada en 2020 por el andaluz Julián Fernández, un joven de 18 años, quien ya un año antes, a través de una asociación sin ánimo de lucro (Fossa Systems) que él mismo fundó, lanzó el primer picosatélite español al espacio, FossaSat-1, un aparato de 250 gramos de peso y una media de cinco centímetros de lado.

Este satélite, de código abierto, el tercero que se puso en órbita en el mundo, fue diseñado y ensamblado en el dormitorio de Julián Fernández con la ayuda de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y comunicó con éxito datos IoT con la Tierra. Esto dio pie a constituir una empresa como sociedad limitada en julio de 2020: Fossa Systems. “Somos la primera empresa española en haber puesto en órbita un picosatélite y también la primera en dar servicios de conectividad” a través de ellos, afirma en una entrevista con EFE el joven, estudiante de primero de Telecomunicaciones y nacido en La Línea de la Concepción (Cádiz).

Estos lanzamientos los anuncia tras haber recibido licencia por parte de la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia (CNMC) y del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital para explotar redes y prestar servicios de comunicaciones electrónicas por satélite, asegura. Tras esta autorización, quiere desplegar una red de 80 picosatélites para dar conectividad IoT a dispositivos de baja potencia (sensores) en todo el planeta, incluidas zonas remotas y de escasa o nula cobertura móvil. La idea es que esta constelación esté operativa a mediados de 2023 y que constituya el comienzo de una red global de conectividad IoT de cientos de satélites durante los próximos años.

Lanzamiento desde Cabo Cañaveral

Fossa Systems ha sido cofundada también por Vicente González, un ingeniero aeroespacial madrileño de 27 años, el ‘sénior’ de la empresa, quien desvela que la compañía tiene acuerdos con SpaceX para el lanzamiento de esta constelación. Los primeros seis picosatélites saldrán al espacio en enero desde Cabo Cañaveral (EE UU) y el resto se lanzarán con una carencia de entre tres y seis meses, en lotes de 24. “Contratamos kilogramos y los lanzamos en vehículos compartidos”, explica al referirse al procedimiento para desplegar estos aparatos en el espacio. “A partir de enero, con estos primeros despliegues, ya empezaremos a dar servicio”. De este modo, su empresa se convertirá en una de las primeras empresas del mundo en dar servicio de conectividad IoT en todo el globo.

Uso empresarial

Su objetivo es ofrecer un sistema de recopilación, monitorización y análisis de los datos con garantías y disponible para todo tipo de industrias, desde centrales energéticas, piscifactorías, agrícolas, de defensa o transporte marítimo. Esta compañía, además de ofrecer servicios de conectividad, fabrica los picosatélites con una tecnología de miniaturización que le permite abaratar los procesos de desarrollo y lanzamiento, reducir el coste de la conectividad IoT y ofrecer a sus usuarios una comunicación mucho más económica.

Los picosatélites, con capacidad para dar cobertura a medio millón de dispositivos, tienen una masa inferior a 1 kilogramo y son del tamaño de un teléfono móvil, a diferencia de los nanosatélites -también más pequeños que un satélite- y con una masa inferior a 10 kilos pero superior al kilo. La compañía facturó alrededor de medio millón de euros desde octubre del año pasado hasta este año. En marzo cerró una ronda de financiación de 765.000 euros y están estudiando lanzar otra próximamente.

La empresa a día de hoy tiene 16 empleados, la mayoría ingenieros, y sus previsiones pasan por superar los 30 dentro de seis meses. En la actualidad, tienen acuerdos con 12 empresas internacionales cuyo nombre no desvelan por confidencialidad, apuntan.

Para facturar a sus clientes, establecerán una tarifa mensual por los servicios de conectividad prestados. Una de las ventajas de estos aparatos es que las antenas que necesitan en tierra son de menor tamaño que las parabólicas que requieren los satélites, afirman. Una vez que estén operativos los 80 picosatélites, la facturación prevista superará los 20 millones de euros anuales.