Energía

Argelia cierra hoy el gasoducto del Magreb y deja a España sin el 25% del abastecimiento de gas

Tras 25 años, Sonatrach ha cerrado la llave al paso de gas por Marruecos, que asegura compensará con buques metaneros. De momento, se han perdido entre 7.000 y 8.000 GWh de gas al mes

FILE PHOTO: The logo of the state energy company Sonatrach is pictured at the headquarters in Algiers, Algeria November 25, 2019. REUTERS/Ramzi Boudina/File Photo
FILE PHOTO: The logo of the state energy company Sonatrach is pictured at the headquarters in Algiers, Algeria November 25, 2019. REUTERS/Ramzi Boudina/File PhotoRamzi BoudinaREUTERS

Argelia primará las razones políticas y geoestratégicas por encima de las económicas y echa el cierre al suministro de gas a través del Gasoducto Magreb Europa (GME), pese a los esfuerzos de España por mantener activa una infraestructura energética clave, con garantías para los contratos ya firmados pero incertidumbre sobre los futuros.

El GME se construyó hace 25 años gracias a un acuerdo entre la empresa estatal de hidrocarburos argelina Sonatrach y la energética española Enagás y supuso la consecución del primer tramo de un sueño que albergaron en la década de los 60 del siglo XX empresas coloniales francesas, quebrado tanto por la cruenta guerra de independencia como el estallido del conflicto en el Sahara Occidental. Con inicio en Hasi R’mel, en pleno desierto argelino, consta de 1.620 kilómetros de longitud y cinco secciones, una de las cuales atraviesa Marruecos, tiene capacidad para el transporte anual de unos 8.000 millones de pies cúbicos, y surte tanto a España como a Portugal.

Según el plan de Operación de Enagás, las entradas a través de la terminal que se sumerge en el estrecho de Gibraltar y reaparece en la localidad española de Zahara de los Atunes (Cádiz) eran de entre 7.000 y 8.000 GWh de gas al mes, lo que significaba cerca del 25% del gas natural que importa España. Un porcentaje similar llega a través del único gasoducto que une directamente a los dos países, conocido como Medgaz, que arranca igualmente en Hasi R’mel y cruza el Mediterráneo para resurgir en la ciudad española de Almería.

Tal y como volvió a confirmar esta semana el ministro argelino de Energía, Mohamad Arkab, durante una visita de la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica y Desafío Poblacional, Teresa Ribero, será esta la vía por la que Argelia garantizará el suministro ya acordado a partir del lunes 1 de noviembre.

Recurrir a los metaneros

El gasoducto de Medgaz, inaugurado en marzo de 2011 y propiedad de Sonatrach (51%) y la española Naturgy (49%), tiene igualmente una capacidad de unos 8.000 millones de pies cúbicos, cantidad que se prevé ascienda a 10.500 millones de pies cúbicos a finales de noviembre gracias a un proyecto conjunto para potenciar los motores de propulsión.

El abandono del GME, que Argelia anunció tras la ruptura en agosto de sus relaciones diplomáticas con Marruecos, supone una diferencia negativa de unos 5.000 millones de pies cúbicos de gas, que Argelia ha prometido compensar a través del uso de buques metaneros, un sistema que encarece el proceso. Se trata de embarcaciones concebidas para el transporte de gas natural licuado GNL, lo que supone un auténtico reto tecnológico, ya que el gas debe mantenerse a una temperatura de -160 grados a lo largo de grandes distancias.

En plena crisis de precios en el mercado energético, la fuerte demanda de gas ante la inminente llegada del invierno en el hemisferio norte -donde se sitúan los principales países importadores, las potencias asiáticas- está tensando la oferta de metaneros y, por tanto, los costes de flete. De acuerdo con la planificación de Enagás, un total de cinco buques grandes de GNL llegarán a las principales plantas de Barcelona, Cartagena, Huelva y Bilbao, y cuatro a Sagunto y dos a Reganosa. En total, 26 metaneros llegarán España durante el próximo mes (casi uno al día), algo que tampoco es muy habitual.

El problema de la subida de precios

Analistas y expertos en el norte de África coinciden en apuntar que España parece no haber leído bien la coyuntura actual, marcada por una decisión firme de Argel de cortar los lazos diplomáticos con Rabat, que no es fruto ni de una rabieta ni de la improvisación, sino de un plan meditado a largo plazo asociado al reequilibrio de las relaciones en esta región pero también en el Sahel. Una decisión que va a obligar a los países Europeos a posicionarse y que tiene, como objetivo final, elevar la influencia de Argelia -que cuenta con el factor geográfico a su favor y el apoyo de Rusia- y aislar a Marruecos -principal aliado de Estados Unidos- en el considerado patio de atrás de Europa.

“Está claro que los argelinos no parecen querer oír hablar de una renovación del contrato para suministrar gas argelino a España a través de GME. En realidad, los españoles han sido instados por los marroquíes a jugar al intermediario”, aseguraba esta semana el diario argelino “Liberté”. En este contexto, los expertos recuerdan que las garantías dadas por Argelia a España se refieren a “los contratos ya firmados” y que Argel, con un mercado fluctuante, probablemente tenga otras ideas sobre los contratos futuros.