Mercado laboral

La denostada reforma laboral deja el mejor octubre en 46 años

Los empresarios salen en bloque en su defensa. «No es el momento de derogar», afirman. Díaz contraataca: «Vamos a mejorar la vida de la gente, no las cifras»

El Gobierno sacó pecho ayer de forma contenida por el ritmo de recuperación del empleo cimentado, según los empresarios, en la reforma laboral que se pretende derogar. Octubre es un mes en el que crece la actividad, pero tradicionalmente siempre aumentaba el paro. Sin embargo, este octubre marca un hito en la historia del mercado laboral español. El paro registrado en las oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) descendió en 734 personas, una cifra irrisoria pero que para el Ministerio de Trabajo es «excepcional», ya que es la primera vez que el paro baja en este mes desde el año 1975.

A este dato le acompaña el de la fuerte creación de empleo registrada el pasado mes, con 159.479 cotizantes más que el precedente, hasta dejar la cifra de afiliados a la Seguridad Social en los 19,6 millones, la más alta de toda la serie histórica. Se mire como se mire las cifras son, desde luego, mucho mejores de lo esperado. Por ejemplo, en términos desestacionalizados, el número de cotizantes a la Seguridad Social se incrementó en octubre en 102.474 trabajadores, el doble que en los mismos meses de 2020 y 2019.

Desempleo
DesempleoJosé Luis Montoro

Tanto es así, que el secretario de Estado de Empleo y Economía Social, Joaquín Pérez Rey, y el de Seguridad Social y Pensiones, Israel Arroyo, se mostraban «sorprendidos» y «optimistas» por la recuperación del empleo tras la pandemia. Y es que esos 19,6 millones de afiliados a la Seguridad Social superan el nivel previo de afiliados al inicio de la pandemia (182.349 cotizantes más que en febrero de 2020) con ocho meses consecutivos de bajada del desempleo, según los datos facilitados por el departamento de Yolanda Díaz. Un «rally» laboral que deja 751.721 desempleados menos registrados, desde febrero, aunque aún haya 3.257.068 personas desempleadas, más los 190.718 trabajadores que siguen en ERTE, 48.512 menos que al final de septiembre. Un dato que, según el ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, caerá con fuerza en noviembre a tenor de los registros del primer día laborable de este mes, en el que salieron de los ERTE 15.000 trabajadores en 24 horas.

La cuestión es si ese ritmo de recuperación laboral sería el mismo sin la flexibilidad que introdujo la reforma laboral que la coalición de Gobierno pretende ahora derogar. No retocar, actualizar ni modernizar.

Los empresarios lo tienen claro. «¿Tiene sentido derogar la normativa laboral que nos está permitiendo en estos momentos recuperar el empleo perdido en la crisis?», se preguntaba ayer Lorenzo Amor, presidente de la principal asociación de autónomos de España (ATA). Los empresarios defienden que la legislación aprobada por el PP en 2012 no solo fue crucial para vencer la anterior crisis sino que está permitiendo a las empresas y a los autónomos «adaptarse a esta nueva realidad», además de estar ayudando a «bajar a mínimos el número de trabajadores en ERTE, reducir el número de autónomos en cese de actividad y un aumento de las empresas y los autónomos». «No es el momento de hablar de derogar reformas laborales», remarcaba Amor.

«El marco vigente de relaciones laborales está favoreciendo que la recuperación económica sea especialmente intensiva en empleo», insistía la patronal CEOE. «En este contexto, procede evitar medidas tendentes a incrementar la presión de la tributación empresarial y a limitar la capacidad de adaptación de las empresas a los entornos globales», añadía.

También Cepyme se unió a la defensa de la reforma como mecanismo de creación de empleo y pedía prudencia al Gobierno con las medidas que se vayan a adoptar, porque los datos de afiliación «no se acompasan con la recuperación de la actividad» y eso conlleva una pérdida de productividad.

A todo el ruido generado por la contrarreforma social-comunista se une la intención del ministro Escrivá de subir las cotizaciones sociales para rellenar una nueva hucha de las pensiones que sirva, en teoría, para cubrir el gasto que se vaya generando por la incorporación hasta 2047 de más de cinco millones de pensionistas. Un hecho que para Cepyme «lastrará aún más la competitividad de las empresas y el empleo» ya que se trata de «más impuestos», como recordó el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi.

Sin embargo, para la ministra de Trabajo el debate sobre la derogación de la reforma laboral «ya está zanjado». Quizá por ello, Díaz trató de rebajar el optimismo mostrado incluso por ella misma en su cuenta de Twitter, en la que escribió «por primera vez desde que contamos con registros, en 46 años, el paro desciende en octubre. Un mes excepcional». De hecho, echó un jarro de agua fría al darse cuenta de que los empresarios saldrían en tromba. «Sé que hay muchas madres que tienen a sus hijos en paro y no hago más que pensar en ellas», reflexionó Díaz, en los pasillos de la Cámara Baja tras admitir que los datos eran «buenos» , a secas. El mensaje cambio radicalmente: «Vamos a mejorar, no ya las cifras, sino la vida de la gente». Los empresarios consideran que será en el sentido contrario.