Industria
La falta de magnesio se une a la de chips para poner contra las cuerdas al automóvil
China, que copa el 95% de la producción mundial, ha frenado drásticamente su producción. La UE podría quedarse sin existencias este mes, lo que detendría este sector
Desde hace varias semanas, la industria china se enfrenta a la racionalización del consumo de electricidad, que afecta a varios sectores clave y frena la economía. A raíz de los esfuerzos del Gobierno chino por frenar este consumo, el suministro de magnesio procedente del país se ha interrumpido o reducido drásticamente, especialmente desde al pasado mes de septiembre, lo que ha provocado una crisis de suministro internacional de este material de una magnitud sin precedentes que amenaza de forma muy seria con asestar otro mazazo a la industria del automóvil, sacudida ya por la escasez de microchips.
La falta de magnesio afecta directamente a las empresas europeas que operan en China y a los subcontratistas del viejo continente. Su inminente escasez es un problema que preocupa y mucho en Europa dado que se utiliza, por ejemplo, en la producción de aleaciones de aluminio y acero y es un componente básico, entre otras cosas, para la industria del automóvil, que ya sufre la falta de virutas. Pero los fabricantes de automóviles no son los únicos preocupados. La industria de los envases, la construcción y los fabricantes de aviones y barcos también temen las repercusiones derivadas de su escasez.
En las últimas dos décadas, China se ha hecho con casi el monopolio mundial del magnesio expulsando a sus rivales europeos mediante lo que sus competidores califican de «dumping» a gran escala. Y si el suministro desde este país falla, los mayores fabricantes de automóviles del mundo y otros usuarios de aluminio podrían verse obligados a suspender la producción en pocas semanas, ya que la escasez actual de este metal es calificada como «catastrófica» en toda Europa.
La subsiguiente dependencia de China supone una nueva zozobra para la Unión Europea (UE), mientras trata de encaminarse hacia una «autonomía estratégica» liberándose de las cadenas de suministro asiáticas y estadounidenses.
Fábricas cerradas
El problema actual es que las fábricas chinas están parcialmente cerradas debido a la escasez de energía en todo el país y las exportaciones de magnesio están cayendo en picado. En la UE, las existencias de este mineral corren el riesgo de agotarse a finales de noviembre, según una declaración conjunta emitida por una docena de grupos industriales, entre ellos European Aluminium y European Steel Association.
Las autoridades locales de China han impuesto restricciones extremas al consumo de energía en algunas zonas clave de producción del metal. El gobierno del condado de Fugu, en la ciudad de Yulin, ordenó a 35 productores que cerraran antes del 22 de septiembre. Otras regiones productoras, como Shanxi, Ningxia, Mongolia Interior y Xinjiang, también se enfrentan a posibles interrupciones para alcanzar sus objetivos energéticos. Y no está claro si estas medidas restrictivas terminarán en octubre, con el comienzo de un nuevo trimestre.
Para el magnesio, estos cierres son de vital importancia. La producción de este metal es increíblemente costosa en energía. De hecho, para producir una tonelada se necesitan entre 35 y 40 megavatios-hora de energía. Además, este es especialmente difícil de almacenar, ya que se oxida al cabo de tres meses.
Dado que la Unión Europea depende casi totalmente de China (en un 95%) para sus necesidades de suministro de este metal, las industrias europeas productoras y usuarias de aluminio, hierro y acero, junto con sus proveedores de materias primas, se ven especialmente afectadas, con ramificaciones de gran alcance en toda la cadena de valor europea, incluidos sectores clave de uso final como la automoción, la construcción y los envases.
Un análisis mensual del magnesio, realizado por la Asociación de la Industria de Metales No Ferrosos de China (CNMA), reveló un repunte de su precio entre agosto y septiembre, cuando se duplicó hasta alcanzar una media mensual de casi 42.000 yuanes (5.632 euros) la tonelada -un aumento interanual del 230%-, con picos que llegaron a alcanzar los 70.000 yuanes (9.381 euros) la tonelada en septiembre.
Pero la situación está incluso empeorando por momentos. La actual escasez de suministro está provocando nuevos récords en sus precios y distorsiones mundiales en la cadena de abastecimiento. Las importaciones de magnesio que quedan en la actualidad se negocian a precios desorbitados de entre 10.000 y 14.000 dólares por tonelada, frente a los aproximadamente 2.000 dólares por tonelada de principios de año, lo que hace casi imposible que las empresas europeas puedan producir o abastecerse de materiales que contengan magnesio a un nivel viable. De hecho, se prevé que Europa se quede sin existencias de magnesio.
La escasez de este metal podría afectar muy negativamente a la industria del automóvil. El magnesio se utiliza en muchas aleaciones de aluminio empleadas en la fabricación de paneles de carrocería, depósitos de combustible, soportes, frenos, ejes y muchos otros componentes de los automóviles. «No hay sustitutos para el magnesio en la producción de chapas y palanquillas de aluminio», asegura Amos Fletcher, analista de Barclays. «El 35% de la demanda descendente de magnesio es chapa de automóvil, por lo que si su suministro se detiene, toda la industria se verá potencialmente obligada a parar», según advierte en un informe.
Peligro para Europa
Los frenos a la producción pueden tener efectos potencialmente catastróficos para la industria del automóvil europea. Este continente importa el 45% de todo el magnesio que se produce en China, por lo que la drástica rebaja actual de su producción supone un riesgo de cuello de botella que amenaza con provocar pérdidas masivas de producción en la industria automovilística europea.
«Con un cuello de botella en el suministro de esta proporción, se amenazan pérdidas masivas de producción en toda la cadena de valor añadido del aluminio en sectores como el automóvil, la aviación, la construcción, la industria del embalaje y la ingeniería», aseguro la Asociación alemana de metales en un comunicado. En el caso de España, el sector del automóvil es estratégico con un peso del 11% en el PIB y el 10,5% del empleo del sector manufacturero, por lo que un parón en su producción tendría consecuencias económicas muy importantes.
La grave escasez del metal ya está provocando precios récord, creando distorsiones en el mercado mundial y anunciando enormes interrupciones en la cadena de suministro.
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