Fiscalidad

El IEE insta a que se evite el aumento de los impuestos de sociedades y patrimoniales

El presidente del Instituto de Estudios Económicos, Íñigo Fernández de Mesa ha asegurado que la reforma fiscal debería consistir en un “rediseño” del sistema tributario que no esté basado en el incremento de la presión fiscal

Gregorio Izquierdo e Íñigo Fernández de Mesa, presidente y director general del IEE
Gregorio Izquierdo e Íñigo Fernández de Mesa, presidente y director general del IEELa RazónLa Razon

El director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE), Gregorio Izquierdo, durante la presentación del informe “Competitividad Fiscal 2021″, ha instado este lunes a que se evite una reforma fiscal que aumente la presión fiscal empresarial y patrimonial, ya que sería “especialmente contraproducente” porque ya son los ámbitos menos competitivos.

Por lo tanto, dicha reforma fiscal debería consistir en “un rediseño” del sistema tributario, tal y como ha asegurado el presidente del IEE, Íñigo Fernández de Mesa, basado no en aumentar la presión, sino en el incremento de las tasas imponibles “fomentando el crecimiento económico y la lucha contra el fraude fiscal”.

A diferencia de España, las medidas fiscales anticrisis de otros países como pueden ser Estados Unidos, Francia o Italia han estado marcadas por el “rechazo a subir impuestos”, para así crear un clima tributario que favorezca una recuperación económica más rápida. Por lo tanto, Fernández de Mesa ha insistido en que actualmente no es el momento de aumentar los impuestos, sino “todo lo contrario”.

En el índice de competitividad, España se sitúa en el año 2020-2021 en el puesto 29 del total de los 76 países analizados, inferior del 27 de 2020 cuatro puestos más abajo que la posición 23 que ocupaba en el año 2019.

En el caso de la presión fiscal, es decir, la recaudación con respecto al PIB, esta es del 35,4 %, un porcentaje que se eleva hasta el 44,6 % en términos de presión efectiva, es decir, una vez que se descuenta la economía sumergida que representa el 22% del PIB por lo que el total estaría pagado exclusivamente por el 78% de la actividad.

Este informe basado en datos de Eurostat, analiza la proporción de recaudación que en el país proviene de las empresas, la cual es considerablemente superior a la media europea, ya que los ingresos públicos que aportan respecto al total son del 31,9% frente a los de la media de la Eurozona que se sitúa en el 25%.

En cuanto al Impuesto de Sociedades, España presenta una presión fiscal normativa del 27,2% más elevada que la media de la Unión Europea y un 22% superior a la media de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). “Se ha producido un sensible empeoramiento frente a los resultados del 2020, dónde España ocupaba la posición 28 de los 36 países analizados en cuánto a competitividad de este impuesto, mientras que en el 21 ha descendido hasta la posición 31. Hemos tenido un notable retroceso”, asegura Fernández.

Asimismo, en España la tributación sobre el Patrimonio es un 40,8% peor que la de la Unión Europea y un 38% menos que el promedio de la OCDE.

No obstante, en cuanto al Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) las cifras mejoran, ya que el país es del 39,3% en 2020 y se sitúa en el puesto número 9 de un total de 22 países analizados entre los que este impuesto es “más progresivo”. “En España el impuesto sobre la renta es un 12,75% más progresivo que la Unión Europea”, explica.

Por lo tanto, el diseño de los sistemas fiscales es “absolutamente fundamental” para la competitividad de un país y el crecimiento económico, ya que una fiscalidad poco competitiva desalentaría la inversión extranjera y nacional, y provocaría una escasez de talento en el país.

En ese sentido, Izquierdo ha instado a que se evite la doble imposición con los nuevos tributos, como pueden ser los digitales, ya que “no es aceptable ni razonable” que actividades que ya tributan en la economía tradicional tengan que pagar también por nuevos impuestos.