Finanzas

¿Llega un nuevo ciclo de subidas de tipos de interés?

La Fed decidió esta semana esperar para subir los tipos, aunque los hará casi seguro en marzo. Tampoco adelantó la retirada de su programa de monetización de activos

Jorome Powell, director de la reserva general
Jorome Powell, director de la reserva generalPOOLREUTERS

La Reserva Federal estadounidense se reunió este pasado miércoles para dictar sentencia sobre la dirección que seguirá durante los próximos meses la política monetaria en la principal economía mundial y las conclusiones son, digámoslo de este modo, ambiguas. Por un lado, la Fed no tomó absolutamente ninguna decisión: ni subió tipos de interés, ni aceleró la retirada de su programa de monetización de activos. Desde ese punto de vista, fue una reunión sin contenido: una manera de seguir esperando a acontecimientos futuros antes de adoptar alguna decisión. Pero, por otro lado, el discurso que ofreció Jerome Powell durante la rueda de prensa cabe calificarlo sin duda de discurso duro contra la inflación. Éstos fueron los cinco puntos clave de sus palabras.

Primero: es altamente probable que en el mes de marzo se suban los tipos de interés. Aunque la Fed ya había anunciado con anterioridad que a lo largo de 2022 presenciaremos varias subidas de tipos y aunque se rumoreaba que la primera llegaría en marzo, ésta es la confirmación oficial de que muy probablemente ocurra así –salvo que las circunstancias cambian mucho mientras tanto–.

Segundo: puede que haya más de tres subidas de tipos este año. Originalmente, la Fed había hablado de tres subidas, pero Powell ya no descarta más de tres. El mercado, de hecho, anticipa que habrá como poco cuatro: es decir, que los tipos de interés pasaran del 0% al 1% este año. Ahora Powell abre la puerta a que vengan más.

Tercero: la inflación no está mejorando sino empeorando. Es decir, que nadie piense que la Fed se va a quedar de brazos cruzados aguardando que la inflación escampe por sí sola, dado que no lo está haciendo y ello requerirá de acciones decididas del banco central en forma de restricción de la política monetaria.

Cuarto: EE UU está cerca del pleno empleo. Si la economía real estuviera en una posición de debilidad –por ejemplo, con una tasa de paro anormalmente alta–, podría pensarse que la Fed evitaría subir tipos de interés para no dañar a la economía. A la postre, el banco central estadounidense –a diferencia del Banco Central Europeo– tiene un mandato dual por el que no se ha de preocupar solamente del control de los precios, sino también de la marcha de la economía. Pero si Powell nos dice que la economía real está operando sin sobrecapacidad, entonces es que la Fed se concentrará en la lucha contra la inflación.

Y quinto: la evolución de los mercados financieros ante las subidas de tipos no constituye un motivo de preocupación. Al cabo, también resulta bastante común pensar que si los mercados financieros caen fuertemente durante las semanas previas a una subida de tipos, la Fed dará marcha atrás para reanimar las expectativas y tranquilizar a los inversores. En esta ocasión, sin embargo, el presidente de la Fed les ha venido a decir a los inversores que ya pueden sobrerreaccionar cuanto quieran que él seguirá con su plan de subir tipos.

Como decimos, se trata de un discurso propio del ala dura de un banco central pero que, sin embargo, tiene que venir acompañado ya por hechos. Si se anuncia la llegada del lobo y el lobo nunca llega, los operadores de mercado comprenderán que las amenazas se quedan en mera retórica de cara a la galería y, por tanto, las expectativas inflacionistas continuarán aumentando. En algún momento habrá que pasar de ser paloma en los acciones y halcón en el discurso a ser halcón –o medio paloma, al menos– en las acciones y en el discurso.