Movilidad

El coche es todavía un 50% más barato que el AVE a pesar de la liberalización del sector

El precio medio de viajar en tren entre Madrid y Barcelona es de 68,9 euros, por los 34,2 que cuesta hacerlo en un vehículo particular

Un tren de iryo, compañía que empezará a operar en la segunda mitad de año en España, junto a otro de Renfe en Sevilla
Un tren de iryo, compañía que empezará a operar en la segunda mitad de año en España, junto a otro de Renfe en SevillaJose Manuel VidalAgencia EFE

Entre los grandes objetivos de la liberalización ferroviaria de la alta velocidad en España se cuenta con que una mayor competencia contribuya a reducir los precios de los billetes y que, con ello, más viajeros se suban a estos trenes dejando en sus garajes sus vehículos particulares. Sin embargo, nueve meses después de que la operadora francesa Ouigo comenzase sus operaciones en el corredor entre Madrid y Barcelona, la opción de viajar en coche sigue siendo mucho más económica que hacerlo en alta velocidad.

Según una estimación realizada por la consultora KPMG, el precio medio puerta a puerta de un desplazamiento entre Madrid y Barcelona es de 68,9 euros si se hace en un tren de alta velocidad, frente a los 34,2 euros del coche, lo que implica un 50% menos en el caso de la segunda opción. En caso de que este vehículo privado fuese compartido por 5 personas, el viaje en coche sería de tan solo 10,3 euros, es decir, casi siete veces menos que el tren, teniendo en cuenta que ya no hay ningún peaje en esta ruta. Tampoco se tiene en cuenta el coste del coche y del mantenimiento. La diferencia de precios se reduce algo en el caso del trayecto Madrid-Sevilla (43%, con un coste estimado para el coche de 24 euros y de 42,6 para el tren) y más en el corredor entre la capital y Valencia (37%, con un precio medio de 50,8 euros para el billete de tren y 32 euros en el caso del vehículo particular).

Factores

A la hora de analizar las causas de tal abultada diferencia de coste entre uno y otro medio de transporte, la consultora apunta en la misma dirección que las operadoras: los cánones. Los peajes que las compañías pagan al administrador de infraestructuras ferroviarias (Adif) por el uso de las vías y otras instalaciones están, según los expertos de KPMG, entre los más caros de Europa «debido a la complejidad y escasa utilización de la red» española. Así, estiman que el canon por el paquete de acceso mínimo representaba en 2019 el 36% de los costes de Renfe -no había competencia ese año-, frente al 23% que se pagaba el Italia o el 27% de Francia. Estaba incluso por encima del 33% de Alemania. En costes directos unitarios, medidos en euros tren/kilómetro, son de 4,5.

Este desembolso en cánones no es baladí si se tiene en cuenta que, por ejemplo, representa el 65% de la estructura de costes de un billete de alta velocidad entre Madrid y Barcelona, según destaca KPMG. Entre los cánones, hay uno, conocido como adición B, que preocupa especialmente a las compañías. Este peaje se paga como compensación a situaciones de congestión en algunas infraestructuras y se calcula según las plazas/kilómetro ofertadas, con independencia de que los trenes vayan ocupados o se operen. En el caso de un billete entre las dos grandes ciudades españoles, supone un coste medio de 14,10 euros, según las estimaciones de KPMG. Una cantidad que las operadoras temen que se incremente el año próximo. Debido al impacto de la covid, Adif decidió aplicar en los años 2021 y 2022 las cuantías previas a la pandemia para este canon. Sin embargo, para el año próximo está previsto aplicar un incremento que, en el caso de los billetes entre Madrid y Barcelona, puede hacer que se incremente el coste medio de la adición desde los 14,10 hasta los 16,23 euros.

En estas condiciones de elevados cánones, la consultora concluye que «la estructura de costes es demasiado alta para que las operadoras puedan ofrecer precios atractivos que atraigan la demanda al tren» a pesar de considerar al ferrocarril como la opción más conveniente para la mayoría de destinos.