Análisis

La espiral precios-salarios y por qué subirán los tipos de interés

Si ante la aceleración del IPC los trabajadores exigen subidas de sueldo equivalentes, las empresas no tendrán más remedio que subir los precios dando nuevo combustible a la inflación

Prevén que el PIB de España crezca un 5,6% este año y alerta de la inflación
Prevén que el PIB de España crezca un 5,6% este año y alerta de la inflaciónJesús HellínEuropa Press

Aunque determinados sectores económicos nos han repetido desde hace meses que la inflación que estamos padeciendo tenía una naturaleza meramente transitoria, que derivaba de la existencia de cuellos de botella en determinados sectores globales (como el de los chips o el del gas), lo cierto es que esa explicación tenía dos problemas. El primero es que descarta de manera demasiado apresurada la influencia de causas propiamente vinculadas al exceso de gasto agregado (tipos de interés demasiado bajos y déficits públicos demasiado altos). El segundo es que no tiene en cuenta el riesgo de que se produzcan espirales precios-salarios: la posibilidad de que alzas de precios que pueden tener un origen en escaseces temporales de algunos factores productivos se cronifiquen al promover incrementos salariales que, a su vez, impulsen nuevos aumentos adicionales de precios. Si ante la aceleración del IPC –que en España supera el 6% interanual–, los trabajadores empiezan a reclamar compensaciones salariales equivalentes, los márgenes de beneficios de las empresas se contraerán y no les quedará otra que seguir aumentando los precios, dando nuevo combustible a la inflación.

Durante 2021, España no experimentó nada similar a una espiral precios-salarios, pues la mayor parte de los convenios de empresa habían sido negociados en una etapa de cierta estabilidad de precios. Pero en este arranque de 2022 estamos asistiendo a un preocupante cambio que, de consolidarse, podría terminar enquistando las dinámicas inflacionistas dentro de nuestra economía a menos que el BCE actúe con decisión: 20.000 empresas han elevado los salarios en un 6% con respecto a 2021 y, de hecho, la subida salarial promedio del conjunto de la economía ha pasado del 1,47% en diciembre al 2% en enero (en País Vasco y Cantabria ya supera el 4%). Como algunos nos temíamos, los trabajadores no iban a aguantar mucho tiempo con erosiones tan intensas de su poder adquisitivo y ya están consiguiendo subidas de sus salarios nominales parejas a la evolución del IPC: es perfectamente comprensible que así lo reclamen los obreros –pues nadie quiere sufrir rebajas de sus salarios reales– pero seamos conscientes de lo que ello terminará acarreando: mucha más presión para que el Banco Central Europeo suba los tipos de interés.