Boom

El ‘atasco’ de bodas en 2022 dispara las reservas y colapsa iglesias y restaurantes

Las celebraciones se disparan un 20% por encima de 2019. Buscar hueco para casarse en primavera o verano se ha convertido en un imposible para miles de parejas por el “boom” de bodas pendientes por la pandemia

Una pareja se besa luego de participar en la celebración de una boda masiva como parte de la celebración del Día de San Valentín
Una pareja se besa luego de participar en la celebración de una boda masiva como parte de la celebración del Día de San ValentínJorge TorresAgencia EFE

Casarse se ha convertido este año en misión imposible para miles de parejas españolas. El sector de las bodas se prepara para una primavera y verano 2022 cargada de enlaces, entre los aplazados y los nuevos, una buena noticia para el sector, que espera resarcirse de dos años de cancelaciones y de los ERTE covid, un “invitado” inesperado que ha llevado de cabeza también a las parejas.

En Can Magí, uno de los espacios de bodas más solicitados en Cataluña, reconocen a Efe que se les ha “juntado todo” y que apenas iniciado el año ya no quedaba ningún sábado disponible. “Viernes y sábados, ya todo casi completo de bodas nacionales. Y cada vez más llenos también domingos y entre semanas por el público internacional, que ya hace años que venía eligiendo Barcelona y otros sitios de España para casarse y, pasado lo peor de la pandemia, ahora vuelven a llenarnos la agenda”, cuenta su responsable, Oriol Tortosa.

“Otros lugares de eventos están igual. Por suerte, ¡eh! Piensa que venimos de una travesía en el desierto, de tener a la plantilla en ERTE”, explica este empresario hostelero, que cree que para muchas personas su primera boda tras la pandemia es “símbolo” de vuelta a la normalidad, “de volver a festejar, de poder bailar y abrazarse con amigos y familia”.

Según los datos del portal de bodas.net, uno de los más populares en Internet, este 2022 habrá un 20% más de enlaces respecto a 2019, antes de la pandemia. Las peticiones de presupuestos para bodas a futuro este principio de año, en comparación con 2021, habían crecido un 161 %, otra señal para el sector que las parejas ya vuelven a ver apetecible hacer una boda sin rastro de mascarillas en el álbum de fotos. Las fechas que iban más buscadas este año, según el portal de bodas, eran el 18 y el 25 de junio, y el 3, 10, 17 de septiembre. El noveno mes del año es el más popular para los enlaces en España (un 17 % del total).

César y Cati, una joven pareja de Girona, esperan que “a la tercera vaya la vencida”. La boda que sigue en pie es el 14 de mayo de 2022. Pero en su día, las primeras invitaciones tenían fecha de junio de 2020. Un mes y medio antes, tras el shock de la pandemia, tuvieron que aplazar a verano de 2021, otra fecha que tampoco grabarían nunca en sus alianzas. “El año pasado pensamos que, para hacerlo mal, nos volvíamos a esperar. Total, ya habíamos esperado un año, ya no nos venía de otro”, explica el novio. “Para 2022, eso sí, nos costó ya más encontrar fecha. La primera opción no pudo ser, pero pudimos elegir otra que más o menos nos cuadrara. Por suerte en este proceso, tanto el lugar como el catering lo han entendido y se han portado bien”, añade César.

Una de las afectaciones más grandes de “tanto cambio”, señala, tiene que ver con la lista de invitados que, debido a la espera, se ha hecho algo más grande. “Parejas que ya no son pareja, que incluso vienen con parejas nuevas, muchos niños que han nacido en este tiempo, y bebés que ahora ya no son tan bebés. Además de amigos que vas haciendo porque en más de dos años vas conociendo gente nueva”, apunta.

Similar “aventura” están viviendo Arantxa y Amancio, de Barcelona, que han cambiado su “día D” dos veces desde que se prometieran en 2019. Se casan el 19 de marzo, era una de las pocas fechas libres y aunque por fin podrán darse el “sí quiero”, no poder elegir demasiado les ha pasado factura. Y es que la coincidencia con las fallas valencianas, fiesta que también lleva dos años en espera, les dejará con bajas en una lista de invitados que incluía familia y amigos de la Comunidad Valenciana.

El baile de fechas de los enlaces lleva por otro lado de cabeza a los “atelier” de vestidos de novia, que de la noche a la mañana tienen que “retocar” los diseños que las contrayentes eligieron en 2020 y ahora necesitan modificar. “Han pasado dos años, y en muchos casos se han adelgazado, han engordado, y hasta muchas ahora están embarazadas y hay que cambiar el vestido de arriba a abajo”, ha explicado a Efe Marta Murillo, de Christian Merano, en Badalona (Barcelona).

Otro indicador de que cómo vuelve a despegar el sector de las bodas es precisamente el regreso por todo lo alto de la Barcelona Bridal Fashion Week (BFFW), que dos meses antes del evento ya ha colgado el cartel de completo, con más de 300 marcas y 20 desfiles previstos.