Sanciones

La UE financiará con dinero común el envío de armamento a Ucrania

Veta a los medios rusos Russia Today y Sputnik, prohíbe las transacciones de su Banco Central y prepara la salida de Swift de algunas entidades bancarias

Tal y como reconoció ayer el máximo representante de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, la UE ha roto un «tabú». El ejecutivo comunitario propuso ayer por primera vez en su historia utilizar una partida denominada Fondo Europeo de Apoyo a la Paz para sufragar el envío de armas al ejército ucraniano, con el objetivo de que pueda defenderse de los tanques y artillería pesada rusos. Este dinero europeo –450 millones de euros en armas letales, más 50 millones de euros adicionales para sufragar combustible o material de protección– no sólo servirá para pagar el armamento que los países europeos vayan a destinar a partir de ahora sino que también puede utilizarse de manera retroactiva para el material suministrado hasta el momento.

Aunque en los últimos meses algunos Estados europeos habían enviado armamento y en los últimos días estos movimientos se han intensificado, esta es la primera vez que se utiliza la caja común para sufragar este tipo de gasto. La UE ha concluido que para tener paz hay que ganar la guerra y que no sólo bastan las alabanzas al valor y arrojo de los ucranianos. Según reconoció ayer la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, nos encontramos ante un «punto de inflexión». Quién sabe hacía dónde.

Todo indica que ha sido el cambio de tornas de Alemania el que ha hecho soplar vientos de cambio en la UE. Tras meses negándose a enviar material bélico a Ucrania –amparándose en un principio histórico nacional–, este sábado el canciller Olaf Sholz anunció por sorpresa el suministro de 1.000 lanzagranadas antitanque y 500 misiles de defensa aérea.

Además, ayer los ministros de Exteriores de la UE respaldaron el cerrojazo del espacio aéreo para las compañías aéreas rusas o con cualquier vinculación con ciudadanos del país. «Nuestro espacio aéreo estará cerrado para todos los aviones rusos, incluidos los jets privados de los oligarcas», explicó von der Leyen en una comparecencia ante la prensa antes de la videoconferencia de los ministros de Exteriores.

Por otra parte, los Veintisiete también impusieron la clausura de las emisiones de Russia Today y Sputnik en territorio comunitario, dos medios considerados como meros apéndices del Kremlin y más castigos para el régimen bielorruso de Viktor Lukashenko que se ha convertido en el mejor aliado de Putin en la masacre del pueblo ucraniano. Asimismo, se añadieron una veintena de personas a la lista de sancionados por estar colaborando en esta invasión, entre ellos algunos de los oligarcas que amparan a Putin.

El pasado sábado, al filo de la medianoche, el Ejecutivo comunitario anunció un movimiento coordinado con EEUU para prohibir las transacciones con el Banco Central Ruso y una aplicación selectiva del denominado en los círculos comunitarios como «botón nuclear»: desconectar a Rusia del sistema de pagos bancario mundial Swift.

Ayer los ministros de Exteriores aprobaron la primera medida que supone golpear con fuerza las reservas en moneda extranjera, indispensables para garantizar las importaciones y que el Kremlin pueda liquidar sus activos y, con ello, sufragar la guerra. Desde el año 2014, Rusia ha sido un Estado ahorrador que ha acumulado aproximadamente 600.000 millones de dólares, lo que supone el 40% del PIB del país. Según los cálculos realizados por el think tank Bruegel, todos los bancos de la zona euro han acumulado unos 100.200 millones de dólares, lo que equivale tan sólo al 9% de su PIB. Este paso dado por los Veintisiete supone atacar la línea de flotación del Kremlin ya que conlleva una depreciación aún mayor de su moneda nacional, el rublo, y una inflación disparada. Como primer paso, los Veintisiete prohibieron en la primera ronda de sanciones la financiación internacional del Tesoro ruso, pero para un país con una deuda pública raquítica de tan sólo un 17,9% del PIB era un mero arañazo.

En cuanto a la desconexión del sistema Swift, su puesta en marcha también puede dañar a las economías europeas ya que es el sistema utilizado para realizar las operaciones de compra de gas y de ahí las reservas mostradas por aquellos países que más dependen de esta fuente de energía como Alemania, Italia y Hungría. Esta oposición se ha levantado en los últimos días, pero aún queda trabajo por hacer.

Aunque ayer los ministros de Asuntos Exteriores europeos debatieron esta medida anunciada pocas horas antes por von de Leyen, el trabajo técnico sobe la aplicación parcial de Swift aún continúa y por eso, no ha sido formalmente aprobada. SAL cierre de esta edición se desconoce todavía qué criterios utilizará el club comunitario para esta puesta en marcha selectiva. Hasta ahora, el único país que ha sufrido esta medida de represalia es Irán, que perdió un tercio de su comercio internacional cuando en 2012 los países europeos tomaron este medida por su programa de enriquecimiento de uranio. En el pasado, el propio gobierno ruso estimó que la desconexión de Swift supondría una caída del 5% de su PIB.