Boicot a Putin

McDonald’s echa el cierre en Rusia a sus 850 restaurantes

El “parón” de la actividad afecta a nada menos que 62.000 empleados

Un McDonald's en Moscú
Un McDonald's en MoscúMAXIM ZMEYEVREUTERS

El goteo de empresas multinacionales que están abandonando Rusia o que anuncian cierres temporales como medida de presión ante los delirios del régimen de Putin no cesa. La última gran compañía en anunciar su boicot hasta que no cese la invasión de Ucrania ha sido la famosa cadena de hamburgueserías McDonald’s. El símbolo cultural estadounidense por antonomasia, muy arraigado en Rusia, ha anunciado que cierra temporalmente sus 850 locales en ese mercado y pone sus operaciones «en pausa» porque «no podemos ignorar el innecesario sufrimiento causado a Ucrania».

Un comunicado emitido por la empresa explica que esta medida afectará a los 62.000 empleados que la cadena de comida rápida tiene en todo el territorio ruso, a los que se seguirá pagando los salarios, además de proveedores y otros socios en el negocio de la alimentación.

McDonald’s recuerda que lleva más de treinta años operando en el país y que sus restaurantes pueden preciarse de dar servicio a «millones de rusos diariamente», un símbolo de la que la distensión y la globalización habían logrado asentarse también en la Rusia dominada por el régimen de Putin. Hasta ahora.

El comunicado con el cierre de las franquicias ha sido enviado a cada uno de los locales afectados y a sus empleados, aseguró la empresa, que afirmó que su prioridad «número uno» desde el comienzo de la guerra «ha sido y es la gente», en referencia tanto a los ucranianos como a su personal en Rusia.

«Como empresa, nos unimos al mundo para condenar la agresión y la violencia, y rezar por la paz». El comunicado recuerda que los restaurantes de la cadena en Ucrania también han sido cerrados en gran parte, pero sus empleados siguen cobrando sus salarios completos.

McDonald’s y Coca Cola, la otra empresa identificada con el poderío comercial y cultural estadounidense, han recibido los pasados días presiones de Washington para interrumpir su actividad en Rusia, paso que ya han dado empresas tecnológicas, financieras y del sector textil.