Energía
España no toca los impuestos de los carburantes que sí baja Europa ante la escalada de precios
Francia, Polonia o Portugal han reducido la fiscalidad de la gasolina para frenar su escalada
Mientras la gasolina sigue subiendo como un cohete y Pedro Sánchez sigue dando vueltas a su plan para combatir los efectos de la guerra de Ucrania en la economía -ayer se anunció que Moncloa “negociará” con las autonomías rebajas impositivas en la energía, sin fijas plazos-, otros países europeos han empezado ya a tomar medidas para que los carburantes no colapsen sus respectivos sistemas productivos. El último en hacerlo ha sido Francia. El primer ministro del país vecino, Jean Castex, anunció el fin de semana en una entrevista a «Le Parisien» que el precio del litro del carburante, que ha superado en algunos casos los dos euros, será parcialmente subvencionado en 15 centímetros para todo tipo de combustible, puntualizó Castex, quien cuantificó esta medida en un gasto del Estado de 2.000 millones de euros. «Por un depósito lleno con 60 euros, se podrán ahorrar nueve», detalló el jefe de Gobierno. Castex también solicitó un esfuerzo a los distribuidores de energía y a las petroleras, sugiriéndoles bajar el precio final en cinco centímetros por cada litro.
Portugal, por su parte, va a ajustar semanalmente el Impuesto sobre los Productos Petrolíferos (ISP) que grava los combustibles. El Gobierno luso ya devolvía parte de este impuesto a los consumidores desde noviembre (2 céntimos para la gasolina y 1 para el diésel), pero a partir de ahora ajustará los valores semanalmente, según explicó en rueda de prensa la semana pasada el secretario de Estado de Asuntos Fiscales, António Mendonça Mendes. El ajuste, que compensa la recaudación extra de IVA que tiene el Estado por el aumento de precios, tomará como referencia las previsiones del sector de cuánto aumentará el precio medio de los combustibles para la semana siguiente.
Irlanda y Polonia
El Gobierno irlandés también ha puesto en marcha una reducción del «impuesto especial» sobre el combustible para abaratar el precio del litro de la gasolina, el diésel y el diésel «verde» en 20, 15 y 2 céntimos de euro, respectivamente. La medida entró en vigor el 10 de marzo y se aplicará hasta el 31 de agosto, con un coste para las arcas públicas de 320 millones, según aseguró el ministro irlandés de Finanzas, Paschal Donohoe.
El primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, también anunció a primeros de febrero, antes de la invasión rusa de Ucrania, una bajada «histórica» de impuestos para hacer frente a la inflación. El 1 de febrero entró en vigor una bajada del IVA del combustible desde el 23% hasta el 8% a pesar de que los precios del combustible en el país en aquel momento estaban entre los más bajos del bloque comunitario, con una media de 1,28 euros por litro.
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