Inflación
Caja con la inflación
El Gobierno se reúne y reúne, pero sin avanzar nada en las decisiones urgentes que empresas y familias reclaman desde antes de la invasión de Ucrania y que el Ejecutivo se resiste a tomar. La inflación se va a desbocar ahora, pero ya estaba en el 7,4% cuando Putin desencadenó la guerra. El precio de la luz entonces deambulaba por las nubes, lo mismo que el del gas y los carburantes, y por extensión los insumos, materias primas y productos de primera necesidad, en escalada imparable desde el verano. Agricultores, transportistas, ganaderos y otros colectivos vienen llamando reiteradamente a las puertas de los Ministerios para encontrar soluciones a una problemática que hace ruinosa cualquier actividad. La respuesta ha sido siempre no hay respuesta. De manera que pasan los meses, el Gobierno no actúa, la situación se complica con Putin y el Ejecutivo sigue mirando al cielo, mientras países como Francia, Portugal o Alemania recortan impuestos y toman medidas.
La excusa perfecta es que el precio del gas está marcando injustamente el de la luz. Siendo cierto, nada tiene que ver con que, de manera urgente y transitoria, se bajen las tasas a los carburantes para que transportistas y agricultores puedan mantener su actividad. Tasas que han crecido en magnitud, pues el Estado cobra más cuanto más suben la gasolina o el diésel.
La realidad es que Hacienda está haciendo caja con la inflación, en vez de amparar a empresas y familias con rebajas fiscales. A Sánchez le agrada más agasajar con subsidios a algunos colectivos afectados que desprenderse de los millones de euros que están entrando gratis en el Tesoro a cuenta de la tragedia ucraniana.
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