Opinión

El día que el Rey improvisó y aplaudió

►La entrega del Premio Rey de España generó una anécdota que protagonizó Felipe VI tras el muy técnico discurso del galardonado

El rey Felipe VI hace entrega del Premio de Economía Rey de España a Manuel Arellano González durante una ceremonia celebrada este miércoles en el Banco de España en Madrid
El rey Felipe VI hace entrega del Premio de Economía Rey de España a Manuel Arellano González durante una ceremonia celebrada este miércoles en el Banco de España en MadridJUANJO MARTINAgencia EFE

Felipe VI, sin duda, comparte aquello de que «las improvisaciones son mejores cuando se las prepara», atribuido a Shakespeare, aunque hay quien asegura que también lo decía Napoleón. Por si acaso y por prudente, el Rey procura evitar cualquier improvisación en sus intervenciones y apariciones públicas. Sin embargo, siempre hay excepciones, como la que protagonizó el miércoles, 23 de marzo, al finalizar la entrega del Premio de Economía Rey de España que recibió Manuel Arellano González.

El Premio de Economía Rey de España, instaurado en 1986, está auspiciado por la Fundación José Celma Prieto con el apoyo del Banco de España. Es algo así como el Nobel Iberaoamericano de Economía, y entre sus ganadores figuran grandes referentes de la economía española y mundial como Luis Ángel Rojo, Andreu Mas-Colell, Xavier Sala i Martin, Julio Segura o la cubano-estadounidense Carmen M. Reinhart, ahora economista jefe del Banco Mundial y coautora, junto con Kenneth S. Rogoff, del profético best-seller económico «Esta vez es distinto: ocho siglos de necedad financiera». El galardón lo concede un jurado que preside el gobernador de Banco de España, Pablo Hernández de Cos, y en este caso, integrado también por Álvaro Rodríguez-Bereijo, Juan Velarde Fuertes, José Ramón Álvarez Rendueles, Rodolfo Martín Villa, José Luis Feito y Julio Segura.

Manuel Arellano (Elda, Alicante, 1955), doctor en economía por la London School of Economics, es una autoridad mundial en el campo de la econometría y ha asido presidente de la Econometric Society (Entre paréntesis. La econometría es la disciplina que se basa en la utilización de herramientas matemáticas y estadísticas para estimar las relaciones económicas). La liturgia del premio, que entrega el Rey en el salón de actos de la planta noble del Banco de España, exige una presentación del gobernador, un discurso del galardonado y que don Felipe levante la sesión.

Manuel Arellano no puso título a su intervención que, tras los agradecimientos y un breve repaso a su peripecia, se centró en la econometría. Fue un discurso académico, riguroso y con las únicas concesiones a la galería de saltarse párrafos –los más espesos– del texto que había preparado y, quizá, la cita de Piketty. Fue una disertación de Nobel, en la que habló de la causalidad, la medición de la incertidumbre en la política económica y de su último trabajo, «la desigualdad en la seguridad económica», algo que según el premiado se sabía que estaba ahí, pero no se había estudiado con detalle. «No es lo mismo –sostiene– tener certeza sobre la renta futura que tener una gran inseguridad, ya que te impide hacer planes». El estudio de Arellano constata que «más de la mitad de los españoles saben lo que van a ganar en el próximo año con gran certeza, pero hay una masa muy grande de gente que tiene una inseguridad tremenda, con desviaciones esperadas en su renta del 30% y más en un año». El premiado reclama – puede ser polémico– que haya más acceso a «los microdatos administrativos públicos» para que las investigaciones en este terreno avancen.

Arellano cautivó al público más académico y experto que le acompañó para recibir el premio, entre los que figuraban cátedros, especialistas, antiguos premiados, familiares, amigos y algún empresario. Sus palabras eran tan precisas como eruditas. Ejemplo: «La distinción –explicó– entre exogeneidad secuencial y exogeneidad estricta es simplemente inexistente en comparaciones estáticas de corte transversal, que han sido el centro de atención de la literatura sobre efectos causales de las políticas públicas».

Era un acto académico que exige rigor, pero la excelencia propició la anécdota. Estaba previsto que el Rey felicitara al premiado y levantara la sesión, pero con naturalidad, don Felipe, admirado ante lo que había escuchado, dijo también «no me siento capacitado para calificar su intervención, pero se lo agradezco mucho», para después aplaudirle. No era el único con esa sensación, en un acto con precedentes de situaciones insólitas entre el premiado y el Rey. En 2004, el galardón recayó en Xavier Sala i Martí, profesor de la Universidad de Columbia (Nueva York), que se presentó a recoger el premio ataviado –como era su costumbre– con una chaqueta verde fosforescente con un estampado de vacas. El entonces rey Juan Carlos, con desparpajo, le comentó algo sobre el atuendo y Sala le respondió: «Pensé que para un acto tan importante debía vestirme adecuadamente». Eso sí, su discurso, titulado «Somos el presente», también fue riguroso, pero más asequible que el de Arellano que provocó la improvisación y el aplauso de Felipe VI.

El Gobierno permitirá que el ICO dé más crédito y aplace vencimientos

EI Instituto de Crédito Oficial, que preside José Carlos García de Quevedo, va a ser otra vez el instrumento que utilizará el Gobierno para mitigar los efectos de la actual situación económica. En el Plan de Respuesta a la Guerra de Ucrania, impulsará que el ICO conceda líneas de crédito avaladas por el Estado y también aplace vencimientos de los otorgados durante la pandemia. El problema es que ya hay unos 100.000 millones con aval estatal cuya devolución es más que dudosa.

Las comunidades forales son las únicas que deflactan la tarifa del IRPF

Comunidades Autónomas de régimen foral, es decir, País Vasco y Navarra, son las únicas que van a deflactar –adaptar– la tarifa que aplican en el IRPF para enjugar el efecto de la inflación. La Hacienda central descarta hacerlo y la misma idea parecen tener el resto de comunidades. No deflactar la tarifa, en la práctica, supone un aumento encubierto de impuestos, que también se dará en País Vasco y Navarra porque el porcentaje deflactador es menor a la subida del IPC.