Crisis energética

Podemos gana la guerra del gas y España pide toparlo a 30 euros MWh

Calviño había afeado a la formación morada que diera esa cifra. Está por debajo del precio medio de la última década (50 euros)

La Ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra
La Ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione BelarraLUCA PIERGIOVANNIAgencia EFE

Podemos ha logrado hacer prevalecer sus tesis para tratar de contener el alza de los precios de la electricidad. No en todas sus máximas, como la creación de una eléctrica pública, pero sí al menos en el tope máximo del precio del gas que queman las centrales de ciclos combinados.

Como solicitaba la formación morada, España y Portugal, consideradas una «isla energética» en las actuales circunstancias, han pedido a la Comisión Europea su autorización para que el precio máximo para quemar gas natural «eléctrico» ibérico sea de 30 euros el megavatio hora. Ese tope supone una rebaja significativa sobre los actuales precios en los mercados, que superan los 120 euros MWh en el mercado diario y rondan los 113 euros MWh en las negociaciones para el último trimestre del año.

Si Bruselas acepta esos 30 euros MWh de precio máximo, el precio del gas que entra en la Península lo haría incluso a un coste más elevado, ya que la factura de «importación» media en diciembre pasado fue de 58 euros MWh, según han remarcado algunas eléctricas con datos de Aduanas del pasado diciembre. El precio estaría incluso por debajo de la media del precio mayorista de la última década (50 euros MWh).

La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, confirmó la propuesta durante su visita a la comarca de El Bierzo (León).

Según la ministra, España y Portugal están trabajando con la Comisión Europea en las «líneas maestras» de esta propuesta conjunta, que pasaría por establecer un sistema de «doble casación».

Por un lado, explicó, habrá una primera «casación de frontera», para que las exportaciones de electricidad a otros países sean retribuidas al precio que correspondería en ausencia de un mecanismo de ajuste, y una segunda casación, en la que ya se introduce dicho ajuste, y el pago por encima del coste del gas sería asignado automáticamente a ese margen de tecnologías más baratas hasta el precio al que ha sido retribuido el gas. En este punto, remarcó que lo que han hecho los gobiernos de España y Portugal es hacer la propuesta del precio «más barato» al que debería producirse dicho ajuste, que son esos 30 euros.

De esta forma, auguró que el precio de la luz se podrá limitar «en tres o cuatro semanas», por lo que ha señaló que «hay que ser pacientes», porque es necesario que en este tiempo «se asiente bien» la propuesta conjunta y que las «preocupaciones técnicas de buen funcionamiento que puedan existir estén bien reflejadas».

Podemos también ha celebrado por todo lo alto una medida que podría abaratar considerablemente el recibo eléctrico, ya que se considera que por cada euro que sube el precio del gas se encarece dos euros la factura de la luz, y que había reivindicado la formación morada, reprendida por ello por la vicepresidenta primera, Nadia Calviño.

La ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, ya había comentado antes de la confirmación por Ribera de la propuesta que ese umbral sería «la mejor de las noticias». Belarra ya sostuvo que la cifra de 30 euros MWh de tope al gas lograría devolver el precio medio del megavatio hora en los 110 euros y defendió que la propuesta era factible técnicamente, como sostenía el equipo económico de la formación morada, pero sobre todo era una «decisión política».

Esas palabras eran la réplica a las objeciones que puso Calviño a la apuesta de Podemos, alegando que situar un precio límite era una cuestión técnica y compleja, por mucho que una formación política dijera que le «gustaría tal número». El portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, ha aprovechado para afear a Calviño que rechazara esos 30 euros de tope.

Ante el giro, Calviño cambió sus cartas y aseguró que los 30 euros «es el mínimo que se puede plantear como una posición de partida». En su comparecencia ante la Comisión de Asuntos Económicos de la Cámara Baja, la vicepresidenta primera señaló que España y Portugal deben negociar ahora con la Comisión Europea para contar con una autorización que espera que llegue «cuanto antes» con el fin de «desacoplar» los precios del gas de la evolución del precio de la electricidad.