El temor a una nueva crisis dispara el ahorro y la riqueza financiera de las familias

No hay mejor forma para incentivar el ahorro que el miedo a una crisis económica y a la incertidumbre laboral. Si a esto le sumas el acoso de la inflación, el temor a las consecuencias de la guerra en Ucrania y los rescoldos de la pandemia se genera el caldo de cultivo perfecto para que el ahorro y las inversiones de familias se dispare. Así lo recoge el informe de las cuentas financieras publicadas por el Banco de España, que determina que la riqueza financiera neta de las familias españolas e instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares (ISFLSH) se situó en 1,92 billones de euros en 2021, lo que supone un aumento del 9,4% en tasa interanual. Por contra, también avisa de que se ha iniciado un ligero aumento de la deuda de los hogares, aunque su peso sobre el PIB se moderó al 58,4% del PIB, frente al 62,4% de hace un año.

A cierre del cuarto trimestre, la cifra de los activos financieros netos de las familias equivale al 159,7% del PIB, 2,9 puntos más elevado que en el mismo periodo de 2020. La causa que aduce el Banco de España la centra en que el aumento de los activos netos fue mayor que el del PIB.

El saldo total de estos activos financieros de los hogares e ISFLSH -correspondiente a dinero en efectivo, acciones, depósitos y valores en renta- alcanzó niveles máximos, por encima de los 2,69 billones de euros, un 7% más que un año antes y cifra equivalente al 223,7% del PIB. Según constata el supervisor bancario, este despegue se debe a los 80.000 millones de euros invertidos en la adquisición neta de activos financieros durante el último año, con especial incidencia en el aumento de los depósitos -claro reflejo del temor a las consecuencias de una posible gran crisis económica-, el 38 % del total y, en menor medida, en los fondos de inversión, que también crecen -1,2 puntos porcentuales-, con una revalorización de 96.100 millones de euros.

Destaca positivamente que esta revalorización se produjo en todos los trimestres salvo el tercero, y se concentró principalmente en los instrumentos de participación en el capital de las empresas y en los fondos de inversión. Los activos en seguros y fondos de pensiones alcanzaron el 14%, con una caída de un punto porcentual. Asevera el Banco de España que los activos netos de las familias aumentaron el año pasado por encima del PIB, que creció un 5,1%, según confirmó el INE.

Por otro lado, la deuda consolidada de las familias y empresas no financieras alcanzó los 1,666 billones de euros a finales de 2021, un 1,4% más que un año antes y un 4,1% más que antes de la pandemia. Sin embargo, en términos de PIB, la ratio se moderó hasta el 138,3% por efecto del mayor crecimiento de la economía, frente al 146,5% de diciembre de 2020, aunque continúa muy por encima del 128,6% de diciembre de 2019.

Según detalla el informe, el incremento de ese 1,4% de la deuda agregada es “fruto de un aumento de la deuda consolidada de las sociedades no financieras”, desde los 944.000 a 962.000 millones de euros, alcanzando un 79,8% del PIB, sin incluir la deuda interempresarial, ya que si se sumara esta deuda, la ratio se elevaría al 102,7%. Por su parte, la de los hogares e ISFLSH creció ligeramente, desde los 700.000 a los 704.000 millones de euros, hasta situarse en el 58,4% del PIB, frente al 62,4% de diciembre de 2020 y al 56,9% en el mismo periodo de 2019.

En términos acumulados de los últimos cuatro trimestres, las operaciones financieras netas de las familias y empresas presentaron un superávit de 28.500 millones de euros, equivalente al 2,4% del PIB.