Agricultura
La subida de costes de producción y el agua, principales retos de los próximos meses
El aumento de los gastos de los agricultores y ganaderos ha venido para quedarse durante bastante tiempo. La invasión rusa de Ucrania seguirá afectando al mercado por el alza de los carburantes y abonos
El último trimestre largo del actual curso de política agraria va a estar marcado por la subida de los costes de producción, tanto para los agricultores como para los ganaderos, la política de planificación hidrológica puesta en marcha por el Gobierno, el cierre del Plan Estratégico de la PAC que ha remitido el ministro Luis Planas a Bruselas y la aplicación de la Ley de Cadena Alimentaria, que ha demostrado su falta de eficacia para cumplir con los objetivos asignados a esta norma. En paralelo, habrá que seguir con mucha atención las medidas que se adopten en Bruselas para hacer frente a las consecuencias del conflicto en Ucrania tras la invasión por parte de Rusia.
La subida de los costes de producción agrícolas y ganaderos ha venido para quedarse durante bastante tiempo. En el caso de los fertilizantes habrá que estar muy pendientes de lo que suceda con los nitrogenados, ligados de manera muy directa el precio del gas natural, que seguirá por las nubes, según todas las previsiones. En este contexto no se debe olvidar que Rusia es un importante abastecedor de algunas categorías de abonos. Los precios del petróleo y, por lo tanto, de la gasolina y el gasóleo, también van a depender en gran medida de lo que pase en el conflicto entre este país y Ucrania, con la consiguiente repercusión sobre los costes de los agricultores. La tarifa eléctrica para riego, asunto en el que el Gobierno sigue sin cumplir la Ley que él mismo aprobó y sin atender las reivindicaciones de los regantes, es otro de los asuntos urgentes, justo ahora que ya ha comenzado la campaña de riego. Del lado de los ganaderos destaca el importante incremento de los costes de producción que se ha acentuado a lo largo de los últimos meses con la invasión de Ucrania por parte de Rusia, tras la subida de los precios de los cereales y de las oleaginosas.
En las próximas semanas deberían cerrarse los planes de cuenca de los ríos más importantes. De momento, el Gobierno se ha llevado un revolcón en el caso del Duero, porque se han rechazado sus tesis, aunque el acuerdo en cuestión es preceptivo, pero no tiene carácter vinculante. El punto más polémico va a estar en la Cuenca del Tajo cuando se fije el caudal ecológico de este río a su paso por Aranjuez (Comunidad de Madrid), que es clave para el trasvase hacia el Segura. En cualquier caso, la tesis común a todos los planes presentados por el Gobierno es que no habrá más agua para regar, lo que impedirá la creación de nuevos regadíos, algo necesario sí se quiere fijar la población en el mundo rural, según apuntan diversos informes sobre este asunto.
La respuesta a Bruselas
En el Ministerio de Agricultura están cerrando ya la respuesta a la carta que envió Bruselas recientemente sobre el Plan Estratégico de la PAC que Planas se sacó de la manga, el PEPLA. Algunos de «los mariachis» del ministro siguen la misma táctica que su jefe: convocar a las comunidades autónomas y a las organizaciones agrarias para dar la impresión de que negocian algo, cuando la realidad es que ya lo tienen casi todo decidido. Desde Bruselas han pedido que el plan español sea más verde y en ello están. El tiempo para enviar la respuesta es corto y ya veremos cómo se combina esa necesidad de reverdecer el plan con la otra gran necesidad, que es utilizar todo el potencial productivo del campo de la UE, incluido el español, para aumentar las cosechas de cereales, oleaginosas y proteaginosas. Se trata de garantizar el abastecimiento tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, y controlar, si es posible, la subida del precio de los alimentos que ya venía de antes, pero que se ha agudizado desde finales de febrero.
No hay que perder de vista dos hechos importantes: el primero, que el Ministerio para la Transición Ecológica debe dar su visto bueno al plan en la parte medioambiental y de lucha contra el cambio climático y, el segundo, que la aprobación formal del mismo estará en manos, no del comisario de Agricultura, sino del vicepresidente de la Comisión Europea, hombre fuerte de la misma y responsable del cumplimiento del Pacto Verde, Timmermans. Y, volviendo a la subida del IPC, el componente alimentación del mismo ha registrado durante los últimos doce meses (de marzo de 2021 a 2022) un incremento del 6,8 por ciento, con los aceites y grasas disparados hasta el 32,1 por ciento en doce meses. Pero si se repasan los productos alimentarios se constata que las subidas han sido generalizadas. Así, por ejemplo, en cereales y sus derivados ha superado el 9 por ciento, mientras que en el pan se ha situado en el 6,5 por ciento. Las carnes oscilan entre el 0,9 del porcino y el 10,1 del ovino, mientras que los huevos han tenido un alza del 11 por ciento. Y puede que lo peor esté por llegar.
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