Piscinas
Esto es todo lo que debe saber antes de comprar una vivienda con piscina comunitaria
A raíz del confinamiento, el uso de las zonas comunes y espacios exteriores se ha disparado, especialmente en verano
Pese a que aún queda un mes del comienzo del verano, la llegada del calor y las altas temperaturas en algunas zonas del territorio español parecen estar en desacuerdo. Tanto es así, que las alternativas para refrescarse y hacer frente a la época estival se vuelven imprescindibles. En este contexto, aunque las piscinas suponen un bien ansiado por muchas personas donde poder pasar los largos días de verano, no todo el mundo tiene la suerte de disfrutar de esta alternativa para sofocar el calor.
Sin embargo, sí que hay personas que pueden aprovechar el buen tiempo sin tener que desplazarse de sus casas haciendo uso de la piscina comunitaria en los casos en los que no se puede disfrutar de una privada. Tras la llegada de la pandemia y a raíz del confinamiento, el uso de las zonas comunes y espacios exteriores se ha disparado, cogiendo mucho peso especialmente en verano. Tanto es así, que son muchos los edificios de obra nueva que están habilitando espacios destinados a disfrutar del aire libre como piscinas comunitarias o incluso gimnasios, revalorizando así las viviendas.
En lo que respecta a las piscinas comunitarias, pese a que su normativa cambia dependiendo de la comunidad de propietarios, así como la autonomía en la que se encuentre, existen una serie de normas básicas que todas las instalaciones deben cumplir.
En todas estas construcciones destinadas al baño que pertenecen a una comunidad de vecinos, se debe garantizar la salubridad y desinfección del agua a través de sistemas apropiados y un correcto mantenimiento por parte de profesionales cualificados.
Aunque la seguridad debe darse tanto dentro de la piscina como fuera, la figura del socorrista no será obligatoria, sino que la comunidad autónoma determinará si se necesita o no dependiendo del tamaño y profundidad de la piscina, así como el número de vecinos a los que les esté permitido usarla.
Por tanto, todo lo que no tenga que ver con la salubridad del agua y la seguridad de los usuarios dependerá de cada comunidad de propietarios como el dress code, el aforo máximo permitido, el tipo de actividades que se pueden llevar a cabo o incluso el horario de apertura y cierre. Es por ello, que las piscinas comunitarias no solo se rigen por una normativa autonomía o municipal, sino que también tienen su propio reglamento interno, el cuál deberá ser aprobado por todos los propietarios, quedando plasmado en los estatutos de la comunidad.
En este sentido, la comunidad de propietarios podrá decidir cuestiones como si las mascotas tiene acceso o no a las zonas comunes o si se puede prohibir el acceso a la piscina a aquellos vecinos que estén en situación de impago.
¿Cuánto cuesta el mantenimiento de una piscina comunitaria?
El precio de mantenimiento dependerá de muchos factores como el tipo de piscina que sea y su dimensión; durante cuantos meses está abierta al público; los servicios extras que disponga como el uso de socorrista o zona de duchas; o por ejemplo si está cubierta o no, entre otros.
No obstante, el mantener una piscina comunitaria de tamaño medio cuesta entre 600 y 1.500 euros al año, los cuáles deben repartirse entre todos los vecinos que tengan acceso a ella, coste que suele abonarse de manera anual, aunque esta zona suele estar abierta tan solo durante los meses de verano.
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