Elige bien: la diferencia entre el paquete de tabaco más caro y el más barato es de 240 euros al año

A pesar de las múltiples campañas de concienciación sobre los efectos nocivos del tabaco, todavía sigue siendo uno de los vicios más persistentes en la población. De hecho, el 19,7% de la población española de más de 15 años de edad era fumador en el año 2019, una cifra que nos sitúa por encima de la media europea; que se estableció en el 18,4% de la población. Estas cifras demuestran que -efectivamente- el número de fumadores ha bajado durante las últimas décadas. Aunque, para muchos,este cambio todavía es insuficiente.

Las tarifas de venta al público del tabaco están reguladas por ley en España desde que, en el año1998 se aprobase la Ley de Ordenación del Mercado de Tabacos y Normativa Tributaria. Y desde entonces, diferentes gobiernos de nuestro país han puesto en marcha numerosas y sustanciales subidas en la carga impositiva que se le impone al tabaco.Se dice que estas medidas tienen el objetivo de solucionar el problema del tabaquismo que tanto daño le hace a la salud de los adictos al tabaco.

Aunque también puede tener mucho que ver con las millonarias cifras que la Hacienda pública percibe por esta partida y por la enorme inelasticidad de este producto en el mercado. Y es que, si hay un consumidor que no va a dejar de comprar un producto por mucho que le suban el precio... ese es el adicto.

Sabiendo esto, es fácil que cualquier gobierno se sienta tentado de subir más y más el precio de cada paquete de cigarrillos. Y el hecho de que los fumadores sean conscientes de que su droga supone un enorme perjuicio tanto para su organismo como para su bolsillo... no suele ser motivo suficiente como para que dejen el vicio de una vez por todas. Y mientras tanto, el Estado se llevará su trozo del pastel.

Una nueva subida

Hace solo unos días, se incluían en el Boletín Oficial del Estado losnuevos precios de venta al públicode las diferentes marcas de tabaco. Y como es lógico, muchos fumadores se sienten indignados ante esta situación. Porque la realidad es que no hay mucho que puedan hacer para vivir como buenamente han elegido vivir su vida… sin que tengan que sufrir por ello el expolio.

Lo único que les queda en esta situación, es elegir entre las diferentes opciones del mercado y cambiar a la marca más barata. Esto es muy inconveniente -principalmente- porque el tabaco es como los zapatos… cada uno tiene los suyos. Para el no fumador esto puede parecer algo extraño, porque para él cualquier marca de tabaco le parecerá igual de desagradable.

Sin embargo, cualquier fumador sabe muy bien que tanto el sabor como el aroma de cada marca es muy diferente. Esto hace que, en el mercado de tabaco, la lealtad a la marca es absolutamente determinante. Normalmente, los fumadores compran siempre el mismo paquete. Es el sabor al que se han acostumbrado desde hace muchos años y -por ese motivo-cambiar de marca puede ser tan complicado para muchos.

Los que peor lo tienen son los que fuman Marlboro, que siempre ha sido la marca más cara que se ha comercializado en nuestro país. Y hoy el precio de venta en estancos por cada uno de estos paquetes de 20 cigarrillos está en los 4,75 euros. Es decir, que disfrutar de un cigarrillo Marlboro supone un gasto de 24 céntimos… una cifra nada despreciable teniendo en cuenta que el fumador medio suele consumir un paquete al día. Y al cabo de un mes, serle fiel a Marlboro supone un dispendio de -nada más y nada menos- que 140 euros (más o menos). Por eso, Marlboro es una marca que está reservada para unos pocos.

Mientras tanto, los más afortunados (dentro de la desgracia que supone ser fumador) son los consumidores de la marca Golden Coast, cuyo paquete de 20 cigarrillos cuesta 4 euros. Si hacemos el cálculo anterior, llegaremos a la conclusión de que el fumador de la marca Golden Coast se gastará 120 euros cada 30 días. Esto significa -a su vez- que el consumidor de Golden Coast se ahorrará unos 240 euros al año (en comparación con el consumidor de Marlboro).