Igualdad de género

Liderazgo femenino: «El techo de cristal sigue ahí»

LA RAZÓN reunió en el Foro Liderazo Femenino a seis mujeres directivas para hablar sobre los avances y retos con los que acabar con la desigualdad en las empresas

El Instituto Nacional de Estadística registraba, a principios de 2021, un total de 3.366.570 empresas en activo. El mismo organismo publicaba que solo el 36% de las compañías tienen en sus altos cargos a mujeres, y al hablar de medianas empresas, solo el 7%. La brecha salarial entre ambos géneros se sitúa en el 24%: mientras ellos ganan una media de 26.934 euros, ellas alcanzan los 21.682.

Es posible que estos datos resulten familiares y muy sonados en diferentes medios, pues representan la industria actual y su análisis parece pedir a gritos algo común: igualdad. España ha alcanzado su máximo porcentaje de mujeres directivas en su historia, situándose entre los diez mejores países en igualdad de género, y el 91% de las empresas cuentan con un programa de diversidad de género. Pero, ¿se lleva a la práctica o es una simple pose?

LA RAZÓN organizó en su sede el pasado miércoles, 8 de junio, el Foro Liderazgo Femenino 2022: «El reto de ser directiva». Un coloquio conducido por la periodista Angie Rigueiro, que fue patrocinado por Atresmedia, Telefónica y con la colaboración de Philip Morris, donde seis mujeres, con altos puestos empresariales, charlaron acerca de los avances y retos con los que acabar con la desigualdad en las compañías. Todo ello desde su experiencia y bajo el objetivo de crear un espacio de reflexión y análisis en torno a la autonomía de las mujeres, así como su acceso a los ámbitos de decisión.

«Vamos avanzando, pero aún hay mucho que hacer», fue el consenso entre las ponentes. Una reunión en la que se discutieron temas relacionados con la vida profesional de las mujeres, la igualdad, las cuotas de género, y la necesidad de equilibrar la maternidad con una carrera dedicada.

Francisco Marhuenda, director de LA RAZÓN fue el encargado de inaugurar el foro, marcando los avances conseguidos, y asegurando la aun existencia de la desigualdad en la sociedad empresarial: «La igualdad ha avanzado de forma notable, pero el machismo todavía existe, de todos modos», señalaba. Así, ponía en manifiesto la necesidad de «poner mecanismos» para lograr abolir la violencia de género para que la mujer pueda conseguir el papel que le corresponde, reconociendo el camino que queda por recorrer.

Así, las palabras del director dieron paso a las protagonistas del debate: Fabricia Abreu, directora de Diversidad e Inclusión de Iberdrola; Patricia Guisasola, directora de People and Culture para España y Portugal de Philip Morris; Remedios Navarro Escrivá, cofundadora de Mifarma y directora de Desarrollo de Negocio; Ximena Guzmán, Brand Director de Hawkers, Raquel Tapia, directora general de Sanofi Speciality Care Iberia y Elena Álvarez, directora de MCR International y cofundadora de Mujeres en Farma.

Cuestión de igualdad

¿Por qué existen más hombres directivos que mujeres en el cargo? La pregunta abrió el coloquio, dando libertad a sus ponentes de darle respuesta de una forma clara y concisa. «El liderazgo femenino parte de la igualdad de género», comenzaba su discurso Patricia Guisasola, de Philip Morris, que puso sobre la mesa la responsabilidad de dar ejemplo que deben tener las empresas.

Por su parte, Ximena Guzmán, de Hawkers, confesaba que gran parte de lo que sucede es culpa de las costumbres de la sociedad: «Nos encasillan a las mujeres en un rol prejuicioso de lo que tenemos que hacer y quienes tenemos que ser», afirmaba. Así, sacaba a la palestra el concepto «techo de cristal», es decir, las barreras invisibles que dificultan el ascenso laboral de las mujeres y que sigue existiendo en la actualidad.

Elena Álvarez, de MCR y Mujeres en Farma, vio la solución en la propia mujer: «La mujer tendría que creérselo más y aprender a levantar la mano muchas más veces». Así, Fabricia Abreu, de Iberdrola, nombró la educación y los derechos de la mujer como la base para comenzar el cambio.

Por otro lado, Remedios Navarro, de MiFarma, destacó la necesidad de que tanto hombres, mujeres como las empresas, tienen que dar las facilidades: «Hay empresas que ponen barreras para llegar a determinados puestos de dirección solo por ser mujer, frenando que puedan crecer», aseguraba la ponente. «La ambición tiene un artículo femenino», fue el titular que dejó Raquel Tapia, de Sanofi, animando a las mujeres a continuar con este deseo y poniendo de ejemplo un dato general de la industria farmacéutica: «Un 20% está dirigido por mujeres, pero eso es muy poco».

Maternidad y trabajo

¿Cuántas veces se ha preguntado en una entrevista de trabajo a una mujer si tiene hijos o pensado tenerlos? ¿Cuántas veces se ha hecho la misma cuestión a un hombre? Las respuestas son contrarias.

Hoy día, aún se puede palpar la preocupación de algunos reclutadores porque una mujer pueda quedarse embarazada, aumentando así la posibilidad de que, en un mismo puesto de trabajo, con las mismas capacidades entre ambos candidatos, el hombre sea contratado antes que la mujer. Así, esta simple pregunta atenta contra el Artículo 17 del Estatuto de los Trabajadores, que aborda la no discriminación en las relaciones laborales, pero la realidad es diferente: a pesar de los avances, puede ser un impedimento.

La maternidad y la aparente dificultad –ocasionada por la presión social– de combinar las responsabilidades en la oficina con el tiempo de calidad con los hijos fue otro de los temas a tratar en el foro. Angie Rigueiro destacaba un artículo del New York Times que informaba cómo la mujer, a partir de los 30 años, se estancaba profesionalmente, mientras el hombre comenzaba a despegar: «Si lográsemos solucionar este problema, ganamos todos».

El tema sensible que se abordó fue la culpa. Las participantes hablaron sobre cómo, muchas veces, al no estar en casa para acompañar a sus hijos a tareas tan simples como desayunar o llevarlos al colegio, llegaban a «sentirse culpables por ser malas madres», destacando que si los hombres pasan todo el día en el trabajo, está visto de una forma mucho más natural.

Patricia Guisasola expuso la necesidad de que las empresas tomen conciencia: «Las mujeres las prioridades las ponemos muy rápido, lo que hay que hacer en las empresas es que la maternidad no sea excluyente, para que se pueda combinar las dos cosas», así veía como solución la facilidad de tener horarios flexibles y trabajos remotos que faciliten la situación: «Lo que hay que cambiar es la cultura y la mentalidad», aseguraba.

Ante esto, Fabricia Abreu reconocía que la situación sí ha avanzado: «Los hombres no tienen la misma mentalidad de antes, de ser el trabajador y la mujer la que cuida de los hijos. Las nuevas generaciones quieren participar en todo y creo que estamos evolucionando como sociedad». «Una vez que normalicemos que una mujer puede ser madre y trabajadora, y que un padre puede ser padre y trabajador, habrá igualdad», aseguraba Ximena Guzmán.

Elena Álvarez, de MCR y Mujeres en Farma, compartió como anécdota personal que ella misma al ser «headhunter» (o cazatalentos) alguna vez ha dudado en contratar una mujer porque en la entrevista mencionó que tenía tres hijos menores de tres años. «La actitud de la mujer fue definitiva para incluirla en el proceso y ser la candidata seleccionada que asumiera la nueva posición con éxito», contaba.

Igualdad de salarios

Hay un 24% de diferencia entre las cuotas de hombres y mujeres. La brecha salarial es otra de las realidades que se abordaron durante el foro, definiéndose como «un tema complicado». ¿Por qué?

«Sigue existiendo brecha salarial y eso tiene que cambiar», confirmaba Patricia Guisasola, reconociendo, en este sentido, que las mujeres tienden a negociar sus condiciones en menor medida que los hombres.

A esto, Remedios Navarro cuestionaba el motivo por el que, ante el mismo puesto y mismas capacidades, había diferencias de salarios. «Al final si el gobierno obliga a tener esos planos de igualdad hace que empresas con una mentalidad más antigua vayan evolucionando», reconocía, pero veía la posibilidad de desilusión de las mujeres, y el riesgo de abandono de lucha solo por no verse capaces de conseguir lo mismo que su compañero varón.

«Hay que evolucionar en la forma ya que no está clara. Tú tienes un rango del sueldo, y hay muchos factores que pueden generar la brecha, y todo esto hay que evolucionarlo», concluía Fabricia Abreu.

En cuanto a las cuotas y guiando el tema hacia ese terreno, Patricia Guisasola cree que «todavía queda mucho por avanzar en cuanto a liderazgo femenino»: «Por este motivo es necesario ponernos objetivos concretos y, al mismo tiempo, ambiciosos que se vayan revisando año a año», afirmaba la directora de People & Culture de Philip Morris.

Ante esto, Remedios Navarro compartió que, en general, las mujeres a diferencia de los hombres, «piensan más las cosas y da más miedo pedir permisos»: «A veces las mujeres negocian mucho menos los sueldos», aseguraba, destacando que «lo primero es mentalizarnos nosotros, la sociedad en general». De esta forma, pedía a las empresas que se recluten en base a las capacidades y no a sus temas personales.

Por último, Raquel Tapia, en representación de Iberia, hizo hincapié en la falta de modelos a seguir femeninos que hacen que las mujeres jóvenes se sientan inspiradas para aspirar a una carrera de directiva.

Esto llevó la conversación hacia si las mujeres se critican, se juzgan o se apoyan poco entre ellas. ¿Es un problema? Posiblemente mínimo, pero el achaque a la situación está aún presente, pues algunas de las participantes lo nombraban como parte de este conflicto.

Proyectos empresariales

El 91% de las empresas tienen un programa de diversidad de género, pero solo el 27% de las mujeres dicen haberse beneficiado de ello, según The Boston Consulting Group.

Las compañías protagonistas de la jornada tienen un marcado discurso y práctica de igualdad de género empresarial. Fabricia Abreu confirmaba que en Iberdrola llevan más de 15 años impulsando el tema, logrando multiplicar la plantilla por cinco, las mujeres por ocho y en directivas por 25. Así, a pesar de ser un sector generalmente masculino, la vocación femenina está en crecimiento.

Remedios Navarro confirma que en Atida están al 70% de la cuota de mujeres: «Como mujer, he tirado mucho hacia el sexo femenino, porque los perfiles son mejores, no por ser mujer», reconocía, pues la CEO de Atida Europa es mujer, y la dirección está compuesta por tres mujeres y tres hombres.

Raquel Tapia contaba cómo ha crecido la igualdad en Sanofi Speciality Care Iberia: «Hemos dado un paso que nos ha ayudado a tomar medidas, aunque podemos mejorar en el ‘’sponsorship’', pues hay que esponsorizar a hombres y mujeres».

El objetivo real de Philip Morris es lo que mueve a la compañía. Así lo contaba Patricia Guisasola, pues veía que el talento se trabaja desde la escuela, no en la propia empresa, independientemente del género: «No tenemos que medir cuántas mujeres y cuántos hombres hay. No es fácil encontrar talento en todos los sectores. Hay que trabajarlos desde las escuelas para que las mujeres vean que si te gusta algo, puedes ir a por ello».

De esta manera, una de las empresas más jóvenes presentes en el foro, Hawkers, presumía de la gran presencia femenina entre sus departamentos. Encontrando la desigualdad como un término alejado de la compañía. «Soy afortunada porque en Hawkers, al ser ‘’start up’' o al menos trabajar como una, sabría decirte cuantas mujeres hay contratadas», afirmaba Ximena Guzmán: «Son un 50/50 en oficinas, y este año hemos contratado un 70% de mujeres, pero sí depende del departamento». Un cambio al que ve implicado la juventud de los trabajadores.

Por lo contrario, Elena Álvarez, de MCR International y Mujeres en Farma, reclamaba que en su empresa «necesitan más hombres», aunque los puestos directivos los ocupan más los hombres. «A pesar de que el sector farmacéutico es un empleo con un gran porcentaje de mujeres, hay muchas estancadas sin llegar a comités de dirección, y las que están son mas de soporte que de di- rección», reconocía.

Para poner punto final al debate, Ximena Guzmán, de Hawkers, volvió a declarar la existencia de las limitaciones: «Si bien el tema del techo de cristal puede sonar trillado, es cierto que sigue ahí. Si aburre a la gente a decirlo, quizás por eso sigue existiendo». Así, el Foro de Liderazgo Femenino 2022 terminó con una foto de familia y el consenso de que aún queda mucho camino por recorrer.