Los españoles atesoran cerca de un billón de euros en los bancos por el temor a una recesión

Las familias españolas no se fían de la marcha de la economía. Pese a que cada día cuesta más ahorrar con la inflación en el 10,2% siguen arañando cada euro con destino a sus cuentas bancarias, ante la volatilidad de la renta variable y la escasa rentabilidad de otros productos como los ahorros en pensiones privadas. Así, en mayo se batió un nuevo récord histórico con casi un billón de euros depositados en cuentas bancarias. En concreto, los españolas atesoran 984.800 millones de euros tras crecer un 6,06% interanual o 56.300 millones más que hace un año, según los datos del Banco de España. En comparación con el mes anterior, los depósitos crecieron 2.600 millones de euros, un 0,26%.

Las familias no son las únicas que guardan la ropa y se ponen en lo peor ente las alarmas de que se avecina un otoño más que complejo para España, en particular, y la economía global, en general, con una posible escalada del conflicto en Ucrania agravada por probables cortes de gas rusos a Centroeuropa y la derivada inflacionaria, con los precios desbocados, que puede llevar a una espiral en la que finalmente se vea afectado el mercado laboral. También las empresas aumentan su “colchón” y de forma más que notable ya que sus depósitos en bancos crecieron más en el último mes que en el último año, ya que aumentaron en 10.200 millones frente a abril y en 13.800 millones en comparación interanual.

El saldo, de 31.500 millones al finalizar mayo, representó un leve freno en el crecimiento interanual, que fue del 4,6% frente al 6,6% del mes anterior. Además, el incremento mensual, del 3,4%, contrasta con la caída del 3,4% sufrida en abril respecto a marzo, añaden los datos.

Las previsiones macroeconómicas para el conjunto de la zona euro y especialmente para España no son muy halagüeñas, según las últimas actualizaciones de los organismos internacionales y españoles. Nadie quiere hablar de recesión pero el débil crecimiento del primer trimestre, con un avance del PIB de apenas dos décimas, no vaticina nada bueno a la espera de que la campaña de verano logre reactivar el consumo.