Energía
Repsol, ¿una de las mejores alternativas para incrementar rápidamente el suministro de gas a Europa?
Canadá cree que usar la planta de regasificación que la compañía española tiene en este país es la mejor opción a corto para reemplazar parte del que ahora envía Rusia
Se acerca el invierno y la amenaza rusa de cerrar el grifo del gas a Europa cobra cada vez más tintes de convertirse en realidad. La propia Comisión Europea no descarta que Vladimir Putin deje de enviar gas al continente en octubre en respuesta a la guerra económica declarada por occidente a Rusia por la invasión de Ucrania. Los países de la UE se afanan ahora en incrementar sus reservas al menos hasta un 80% -España ya las tiene al 72%, según Enagás- para afrontar el primer “shock” que supondría el corte de suministro ruso en pleno invierno. Pero todo el mundo es consciente de que con eso no bastará. Especialmente, en países como Alemania, que importa el 66% de su gas de Rusia. Berlín ha advertido a través del regulador de infraestructuras que la falta de gas ruso puede suponer una contracción del PIB de 3% en 2023 y que, aún con sus reservas del gas al 100%, un corte del suministro llevaría a consumirlas en apenas 10 semanas. Por eso, a Europa le urge encontrar nuevos suministradores de gas. Y una de las soluciones más rápidas puede ser Repsol y la regasificadora que la energética tiene en Canadá.
El ministro canadiense de Medio Ambiente, Steven Guilbeault, ha declarado esta semana en una entrevista con la agencia Reuters que esta instalación es probablemente el proyecto más rápido que podría ser desplegado para incrementar las exportaciones de gas desde Canadá a Europa. El país norteamericano es el séptimo productor de gas del mundo, con una producción similar a la de Catar o Arabia Saudí, y tiene grandes reservas en el oeste del país, sobre todo en la provincia de Alberta. El Gobierno canadiense busca fórmulas para encontrar nuevos mercados de exportación de hidrocarburos después de que en los últimos años sufriera reveses en su mercado más grande, Estados Unidos. Su gas competía con el de esquisto y, además, se canceló la fase 4 del oleoducto Keystone Pipeline XL. Canadá, según su ministro de Medio Ambiente, se ha marcado como objetivo incrementar sus exportaciones de gas natural y petróleo en 300.000 barriles equivalentes de crudo por jornada para finales de año.
Y en esta búsqueda de nuevos mercados entra en juego Repsol. La energética española tiene una planta de regasificación, Saint John LNG, ubicada en la costa este del país, que recibe gas natural licuado y lo suministra, vía gasoductos de conexión, para uso industrial y de generación eléctrica al este de Canadá y noreste de Estados Unidos. No obstante, fuentes del mercado aseguran que este activo tiene potencial para poder instalar capacidades de licuación de gas natural para exportación a los mercados internacionales. De hecho, Guilbeault ha reconocido que el proyecto sería el más rápido y viable para la exportación porque “requiere de unos permisos mínimos”, pues ya tiene instalaciones y un gasoducto. La planta tiene construidas modernas instalaciones de carga y descarga, almacenamiento de GNL y regasificación. Además, tiene una profundidad que permite el atraque de grandes buques metaneros.
Potencial
Desde un punto de vista técnico, los expertos aseguran que añadir capacidad de licuefacción de gas a la planta canadiense de Repsol es técnicamente factible. En una primera fase, podría contar con una capacidad para suministrar 2 millones de toneladas de GNL por año (3,2 billones de metros cúbicos de gas, equivalentes al 10% del consumo de España o el 4% del consumo de Alemania). Posteriormente, la capacidad se podría ampliar hasta los 8 bcm, equivalentes al 22% del consumo de España y el 9% de Alemania.
El país germano es uno de los que más interés ha mostrado ya en el gas canadiense. Guilbeault, de hecho, ha asegurado que Canadá ha mantenido conversaciones tanto con Berlín como con España para ver la posibilidad de que el país americano aumente sus exportaciones de gas a Europa, llegando a la conclusión de que la reconversión de la regasificadora de Repsol puede ser la opción más rápida para ello. Pero para que el proyecto, que técnicamente es viable, salga adelante, desde el mercado apuntan a que es necesario que Canadá muestre voluntad política para que el coste del transporte del gas del oeste al este del país para su licuefacción y posterior exportación sea más económico. Además, añaden, este tipo de proyectos requiere también que los potenciales compradores, como pueda ser Alemania, se comprometan a largo plazo dado que estas instalaciones tienen un largo periodo de amortización y requieren compromisos firmes de demanda.
Guilbeault también ha asegurado a Reuters que sus intenciones pasan por reconvertir estas instalaciones en un centro para la exportación de hidrógeno como muy tarde en 2050, extremo con el que Alemania se mostró de acuerdo tan pronto como la tecnología lo permita.
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