Energía

Alerta mundial: China monopoliza ya la energía solar

La Agencia Internacional de la Energía estima que Pekín controla ya más del 80% del sector fotovoltaico. 50.000 millones de dólares ha invertido China en producción de paneles, diez veces más que Europa

Un trabajador inspecciona una planta solar
Un trabajador inspecciona una planta solarNabil al-JuraniAgencia AP

China exportó el pasado año equipos y tecnología fotovoltaica por importe de nada menos que 30.000 millones de dólares. Su capacidad de producción y sus potentes inversiones en el sector han logrado que los precios de la tecnología de generación eléctrica solar bajen nada menos que un 80%, lo que ha extendido su utilización por todo el planeta al encontrarse entre las fuentes de generación eléctrica más baratas. La parte positiva tiene también un reverso cada vez más preocupante: la dependencia de los componentes chinos agudizada por la crisis en la cadena de suministros. Tanto como para que la Agencia Internacional de la Energía (AIE) haya alertado sobre la posición de dominio que ha conseguido China en el sector, lo que supone un riesgo en términos de aprovisionamiento en plena transición energética.

Ante lo que considera casi un monopolio, la AIE apuesta por una diversificación geográfica para frenar el control de China, que dispone de una cuota en la producción mundial superior al 80% que puede llegar a más del 95% en algunos componentes en los próximos años, si se tienen en cuenta los proyectos en construcción previstos.

China ha invertido desde 2011 unos 50.000 millones de dólares en nuevas capacidades de producción de paneles solares (diez veces más que en Europa) y ha creado 300.000 empleos industriales en el sector, según los datos del informe publicado por el organismo el pasado jueves.

Según la AIE, para cumplir los objetivos internacionales de cero emisiones netas de carbono en 2050, de aquí a 2030 habría más que cuadruplicar las instalaciones fotovoltaicas que entran en servicio cada año, hasta 630 gigavatios. Eso significa, entre otras cosas, que la capacidad de producción mundial de componentes clave de los paneles solares -como el polisilicio, los lingotes obleas, las células y los módulos- tendría que duplicarse con creces para 2030 con respecto a los niveles actuales y las instalaciones de producción existentes tendrían que modernizarse.

El encarecimiento de las materias primas y los cuellos de botella en la producción y el transporte ya supusieron un aumento de los precios de los paneles del 20% así como a problemas de retrasos.

En este nuevo contexto, la AIE estima que la intervención de los gobiernos es «vital» para abordar esos problemas, aunque al mismo tiempo admite que hay una serie de desafíos para relocalizar la fabricación de paneles solares que sortee el monopolio chino. Sobre todo porque actualmente China es el lugar más competitivo en términos de precio, con unos costos un 10% inferiores a los de India, un 20% a los de Estados Unidos y un 35% a los de Europa, según el mismo informe. Ese reto es al mismo tiempo una oportunidad, tendiendo en cuenta que los autores del informe calculan que de aquí a 2030 las nuevas plantas de fabricación en toda la cadena del sector de los paneles fotovoltaicos pueden representar una inversión de 120.000 millones de dólares. Además, el número de empleos industriales allí podría duplicarse, hasta un millón en 2030.