Chantaje energético

Gazprom cierra el grifo del gas a Letonia

El país báltico se une a la lista de doce países europeos que ya sufren cortes totales o parciales del suministro ruso en represalia por negarse a pagar la factura en rublos

La posibilidad de que el presidente ruso, Vladimir Putin, decida cortar de raíz el suministro de gas a los Veintisiete, como maniobra de chantaje para que estos dejen de apoyar a Ucrania en la guerra, parece cada día un escenario más cercano. El último país en sufrir cortes de gas por parte de Gazprom, el consorcio gasístico ruso, ha sido Letonia. Según informó ayer la empresa estatal, Rusia ha dejado de bombear gas al país báltico, ya que los pagos se han realizado en euros y no en rublos, tal y como ha venido reclamando el Kremlin en los últimos meses como respuesta a las sanciones europeas por la invasión de Ucrania.

Aunque Gazprom no ha da dado demasiados detalles, los datos del operador letón de transmisión de gas Conexus también confirman la suspensión del suministro de gas desde Rusia a partir de este 30 de julio, según su página web.

Antes de conocerse esta noticia, hasta doce países europeos habían sufrido los cortes totales o parciales del suministro de gas por parte de Rusia y nadie descarta que la cifra pueda ir aumentando en los próximos meses según vayan acercándose el frío propio del invierno.

Concretamente, el 27 de abril, Gazprom anunció que había suspendido por completo el suministro de gas a la empresa búlgara Bulgargaz y a la polaca PGNiG. El 21 de mayo se dio a conocer el cerrojazo a la empresa finlandesa Gasum y, a continuación, se detuvieron las entregas a la danesa Orsted, la holandesa GasTerra y Shell Energy Europe. Además, este pasado miércoles Gazprom ya redujo la cantidad de gas a Europa a través del gasoducto NorthStream 1, que ahora mismo tan solo está bombeando a un 20% de su capacidad. Un movimiento que impacta de lleno en Alemania, la locomotora económica europea.

Hasta la adopción de las sanciones por parte de los países europeos, los pagos se hacían habitualmente en euros o dólares, pero el Kremlin decidió cambiar las reglas de manera unilateral. La Comisión Europea ya ha advertido a los países europeos de que seguir estas directrices sería una violación del régimen de castigos.

Estas maniobras por parte de Moscú, no obstante, no pillan al club comunitario por sorpresa. Esta pasada semana se aprobó un plan por parte de los Veintisiete con el fin de estar preparados ante un corte total del suministro. En una primera fase, los países europeos se han comprometido a ahorrar un 15% de su consumo de gas desde el 1 de agosto hasta el 31 de marzo. Esta cifra puede volverse un objetivo vinculante en caso de que peligre de manera severa el suministro de gas a los Veintisiete. Debido a las diferencias entre los países europeos en cuanto a su dependencia de los hidrocarburos rusos y según su nivel de infraestructuras de transporte, algunos países europeos han conseguido suavizar esta cifra. En el caso de España, este objetivo será tan solo de la mitad, en una horquilla entre el 7% y el 8%. Las tres repúblicas bálticas (Estonia, Letoni y Lituania) también han sido exoneradas de cumplir este objetivo del 15% en caso de corte de suministro de gas, ya que sus sistema eléctrico no está conectado a la red europea sino a la rusa.

Desembarazarse del yugo energético de Gazprom no parece tarea fácil, a pesar de que Letonia había anunciado sus intenciones de cortar de cuajo su dependencia del gas ruso el 1 de enero del año que viene. Sin embargo, la compañía de gas letona Latvijas Gaze (LG) había asegurado que está comprando gas de Rusia de una empresa que no es Gazprom, poco antes de que la compañía estatal rusa diera a conocer el corte del suministro.

Aparentemente, todo cumple las normas. Aigars Kalvitis, presidente del consejo directivo de LG, anunció este viernes en un comunicado que la empresa «está comprando gas de otros proveedores, pagando en euros, tal y como lo requiere el marco regulatorio en vigor en Letonia» y que LG «no es el único importador de gas natural en la región báltica que está comprando y recibiendo gas natural de Rusia».

Medios locales creen que la empresa está obteniendo gas a través de un intermediario. Todo se complica, sin embargo, si se tiene en cuenta que Gazprom posee el 34% de LG, con lo que se trata del principal accionista de la compañía letona, por delante de la luxemburguesa Marguerite Gas II SARL (28,29%) y de la alemana Unper Ruhrgas International GmbH (18,26 %).

Al igual que otros países europeos, Letonia ha intentado en los últimos meses encontrar vías de suministro alternativo a través del gas licuado. Desde hace meses, el operador de la red de gas natural, Conexus Baltic Grid, ha estado almacenado gas en un depósito subterráneo e importado gas natural licuado a partir de una terminal en el puerto de Klaipeda.