Infraestructuras
ACS toma el control de una autopista de peaje en Texas por 900 millones de euros
Se adjudica también dos contratos de carreteras en Los Ángeles por otros 800 millones
Hoy ha sido un día de grandes noticias para ACS en uno de sus principales mercados, Estados Unidos. La compañía que preside Florentino Pérez ha sellado tres importantes acuerdos por valor de 1.700 millones de euros.
El más significativo de los negocios que ha rubricado, por la importancia que la compañía quiere dar a su negocio concesional en los próximos años, es la compra por unos 900 millones de euros de un 44,65% de la sociedad norteamericana Blueridge Transportation Group (BTG), concesionaria de un segmento de 17 kilómetros de la autopista SH-288 en Houston, Texas, de dos carriles de peaje por sentido, según ha informado la compañía a la CNMV. Tras esta adquisición, la participación del Grupo ACS en dicha sociedad concesionaria aumentará del 21,65% al 66,27%.
Tras la venta de su negocio industrial a Vinci por 5.000 millones de euros, la compañía se fijóel objetivo de emplear tales fondos para convertirse en líder mundial de concesiones de carreteras, sector en el que ya tiene una fuerte implantación gracias a su control del 50% de Abertis, la líder mundial por kilómetros gestionados. Y la adquisición de la autopista texana es un paso más en esa dirección.
California
Además de hacerse con el control de esta vía, Flatiron, una de las filiales de ACS en EE UU, se ha adjudicado dos nuevos contratos en Los Ángeles (California) valorados en 800 millones de euros, orientados a la mejora del transporte en las carreteras que rodean a este urbe de 19 millones de habitantes. La compañía, en “joint venture-2 con la firma local Myers & Sons Construction, se ha impuesto en el contrato para construir nuevos carriles rápidos de alta ocupación en la carretera I-105 con un coste estimado de 507 millones de euros, según ha informado en un comunicado. Los autobuses públicos y los coches en los que viajen más de una persona podrán usar estos nuevos carriles sin pagar un peaje. El objetivo es mejorar la seguridad y la calidad de los viajes, dando opción a todos los usuarios.
Por otra parte, en otra “joint venture” con las empresas Stacy and Witbeck y Modern Railway Systems, Flatiron será la encargada de desarrollar una nueva línea de autobús rápido, también en Los Ángeles y por un importe de 300 millones de euros. Este proyecto consiste en la construcción de carriles separados para una nueva línea del llamado G-Line Bus Rapid, que permita reducir los tiempos de viaje en el autobús, al mismo tiempo que mejora la seguridad evitando que coches y autobuses circulen por el mismo carril.
“Creemos que la colaboración con LA Metro -la empresa pública encargada del transporte- y los socios constructores en estos proyectos mejorará el transporte en el área metropolitana de la ciudad. Además, brindarán una oportunidad para la contratación local y de pequeñas empresas de la zona”, ha señalado la empresa.
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