Economía
Las turbinas del gasoducto ruso
Se habla estos días sobre el chantaje de Putin con el gas y las maniobras del autócrata ruso para reducir el suministro a Europa, argumentando que está mareando con asunto de las turbinas. Razón de más para tratar de ahondar en la cuestión.
Para que el gasoducto Nord Stream 1 funcione son necesarias cinco turbinas, fabricadas por la alemana Siemens, y que han de ser sometidas a revisión periódicamente. Una de ellas tiene que estar siempre en reserva por si ocurriera algo. La turbina número 2, de la que tanto se escribe, la envió Siemens a revisión a Canadá, y después de eso la ha llevado la empresa germana a su planta de Mülheim, en vez de acoplarla al gasoducto. La turbina número 3 está averiada y hay que arreglarla. Si se manda a Alemania para su reparación puede asimismo que la mantengan también en Mülheim, en lugar de retornarla. La número 4 hubo que pararla para las comprobaciones habituales de mantenimiento rutinario. La número cinco es la única que está operativa y bombea 30 millones de metros cúbicos de gas al día, razón por la que el gasoducto transporta sólo el 20 por ciento de lo habitual. El gas que se estaría bombeando sería el doble (60 millones) si la turbina 2 que ya está reparada en Alemania, Siemens la devolviera al gasoducto para acoplarla a la instalación.
A Rusia le interesa vender gas Europa porque así paga su maldita guerra, pero las sanciones impiden a Europa pagar ese gas en rublos y también enviar de vuelta la turbina. Tal es el problema.
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