Agricultura no despeja las muchas dudas sobre la PAC

A fecha de hoy, cuando están a punto de comenzar las tareas de sementera de los cereales de otoño-invierno de la próxima campaña, los agricultores beneficiarios de las ayudas de la PAC desconocen la totalidad de las reglas del juego que deberán respetar si quieren percibir esos apoyos. Corresponde al Ministerio de Agricultura despejar la mayor parte de esas incógnitas, que hacen referencia sobre todo a los llamados ecoesquemas o ecoregímenes, instrumento de nueva creación, a través del que se van a canalizar 1.100 millones cada año. Estos últimos tienen carácter voluntario, pero en caso de que un beneficiario de las ayudas directas decida no acogerse, el importe de las mismas sufrirá un fuerte recorte sobre los niveles actuales.

La aplicación de estos nuevos instrumentos supondrá, en primer lugar, más carga burocrática para los agricultores y ganaderos; en segundo lugar, más trabajo y carga agronómica en el campo por los nuevos requisitos que se deberán respetar; y, por último y como consecuencia de lo anterior, eso se traducirá en más costes de producción, justo en unos momentos en los ya están disparados.

Una de las grandes dudas que se plantean en estos momentos es si el cobro de la ayuda establecida para cada uno de los ecoesquemas servirá para compensar el incremento de costes que su aplicación supondrá. Y ahí llega el dilema, porque si el beneficiario no se acoge al ecoesquema correspondiente ya sufrirá, de entrada, un importante recorte en el montante económico que venía recibiendo hasta ahora en su explotación en concepto de ayudas. En el Plan Estratégico de la PAC que se aplicará en España, en teoría desde el 1 de enero próximo, pero que en la práctica ya se debe respetar en las siembras que se realicen en las próximas semanas, se han diseñado nueve ecoesquemas. Los que suscitan más interés y más dudas en estos momentos previos a la sementera son los números 3, 4 y 5 sobre rotaciones y siembra directa en tierras de cultivo de secano, de secano húmedo y de regadío. Un porcentaje de la tierra de cultivo de la explotación, que con carácter general es del 10%, aunque en algunas zonas de baja pluviometría podría quedarse en el 5%, deberá estar ocupada por lo que se denomina especies mejorantes, de las que al menos la mitad deben ser leguminosas. El problema que se plantea este año es que el precio de las semillas de estas últimas se ha disparado. Eso suponiendo que se encuentren, ya que hay dificultades de abastecimiento, especialmente en el caso de las vezas, con el consiguiente incremento de los costes de producción, que puede no compensar la ayuda de ecoesquemas. Son momentos de grandes dudas.