El impacto de la reforma laboral se desinfla

El mercado laboral pierde fuelle sin haber recuperado el nivel prepandemia. La creación de empleo perdió impulso en el segundo trimestre del año tanto en términos de ocupación como de horas trabajadas, según el informe del Observatorio Trimestral del Mercado de Trabajo elaborado por Fedea, BBVA Research y el Instituto EY-Sagardoy Talento e Innovación. Los registros de afiliación de julio y agosto anticipan, además, un estancamiento del número de cotizantes en el tercer trimestre, a la espera de conocer los datos de la segunda quincena de septiembre, según ha detallado en la presentación del documento Rafael Doménech. Responsable de análisis económico de BBVA Research.

Aunque la cifra de ocupados superó los niveles de 2019, tanto las horas efectivas trabajadas como los puestos de trabajo equivalentes están todavía por debajo. Estos datos son coincidentes con el crecimiento del PIB en el tercer trimestre, que está cerca del estancamiento (la previsión de BBVA Research es de una caída del PIB dos décimas para el tercer trimestre y un aumento de una décima del 0,1% desestacionalizado de la afiliación).

El sector privado toma el relevo como motor de la creación de empleo, pero eso no impide que sean precisamente los asalariados del sector público donde la recuperación del empleo con respecto a los niveles previos a la pandemia sea más intensa. El producto por trabajador en el segundo trimestre creció, pero aún por debajo de los niveles prepandemia, con un aumento del número de horas por ocupado y la productividad por horas con lo que el PIB por ocupado crece por primera vez desde el cuarto trimestre de 2015.

El aumento de la ocupación permitió rebajar la tasa de desempleo, pero el desempleo de larga duración sigue siendo muy elevada con un 48,6% de desempleados que llevan al menos un año buscando empleo. Eso a pesar de que la tasa de empleos vacantes sigue disparada. “No hemos alcanzado, como en EE UU y la eurozona, los máximos de 2007, pero hemos superado el promedio temporal. Lo que nos indica este movimiento ascendente es que cada vez hay más dificultades en algunos sectores para encontrar mano de obra”, ha destacado Doménech.

Respecto al impacto de la reforma laboral para reducir la temporalidad. Pese a que en los ocho primeros meses del año se ha registrado un máximo histórico de contratos indefinidos y una reducción sin precedentes de la contratación temporal, como consecuencia de las limitaciones introducidas por la nueva legislación laboral, el impacto de la contratación indefinida en la afiliación se ha frenado en los últimos meses, especialmente en la modalidad fijo-discontinuo. “El impacto en agosto ha sido similar al de 2019. En fijos-discontinuos, desde enero se han firmado 1,4 millones de contratos, a 200.000 mensuales, pero desde junio la afiliación incluso ha llegado a tomar valores negativos”, ha remarcado Florentino Felgueroso, investigador asociado de Fedea. “Esto se debe a que el número de bajas ha aumentado, también porque hay más contratos indefinidos. Pero estamos viendo un aumento de las bajas en contratos indefinidos ordinarios. Si comparamos con 2019, la tasa de baja de los fijos ordinarios es el doble (2,3 veces más en agosto). Para los temporales, sin embargo, hemos tenido una caída respecto al periodo prepandemia. En los fijos-discontinuos, las tasas de baja han aumentado -en agosto 2,4 veces superior a 2019- y estas tasas están por encima por primera vez en todos los meses que la de los temporales, lo que indica una sustitución de los contratos temporales de muy corta duración, como los camareros de fin de semana, por esta modalidad pero con múltiples bajas. Antes de la reforma, dos terceras partes de los contratos temporales eran recontrataciones y esto ha pasado de múltiples contratos a tener uno con varias bajas”, ha explicado Felgueroso.

Menos “ni-nis”

Uno de los aspectos positivos que recoge el informe, al margen de certificar la moderación salarial, es la caída de la tasa de los jóvenes que ni estudian ni trabajan.