Movilidad

La gratuidad de los trenes de Cercanías y Media Distancia hunde hasta un 30% los pasajeros de autobús

La patronal Confebus denuncia notables caídas en la líneas en que ambos medios de transporte coinciden. Denuncian que la gratuidad de Renfe es “discriminatoria”. Anetra lamenta el “impacto reputacional” para el sector

Estación de Autobuses de Ávila
Estación de Autobuses de ÁvilaM. MartínIcal

El “dopaje” de los servicios ferroviarios de Cercanías y Media Distancia está teniendo un profundo impacto en uno de sus directos competidores, el autobús. La entrada en vigor el pasado 1 de septiembre del abono gratuito para viajeros recurrentes de Cercanías, Rodalies y Media Distancia Convencional, así como de descuentos del 50% para los servicios Avant y algunos de AVE y Larga Distancia ha reducido de forma notable el número de viajeros de autobús en aquellos trayectos en que ambos medios de transporte compiten. En concreto, entre un 15% y un 30%, dependiendo del corredor, según explica Rafael Barbadillo, presidente de la patronal Confebus.

La afectación está siendo más importante en tráficos autonómicos como el Salamanca-Valladolid, Cádiz-Sevilla o Málaga-Fuengirola, explica Barbadillo, que denuncia que el Gobierno se haya puesto claramente del lado del ferrocarril. Aunque algunas comunidades autónomas como Madrid o Cataluña han incrementado los descuentos de los títulos multiviaje hasta el 50% que posibilita el Estado, la realidad es que “entre pagar algo o no pagar nada, la gente prefiere no pagar nada aunque tarde algo más”, asegura el presidente de Confebus. Y el año que viene, advierte, será peor dado que la única medida de apoyo que se contempla es la del ferrocarril, que cuenta con una partida en los Presupuestos Generales del Estado de casi 700 millones de euros.

En opinión de Barbadillo, el respaldo del Ejecutivo al ferrocarril no sólo es discriminatorio porque apoye a un medio en detrimento del resto sino porque, además, le hace un flaco favor a la España vaciada. “¿Qué pasa con aquellos que no tienen acceso al ferrocarril? Hay muchos puntos del país a los que sólo llega el autobús porque es el medio que tiene mayor capilaridad”, explica Barbadillo.

Reputación

Desde la otra gran patronal del sector del autobús, Anetra, su directora ejecutiva, Laura Cubero, añade que, aunque sus asociados no están sufriendo tanto el “dopaje” de Renfe dado que la mayoría se dedican a servicios discrecionales u otros como transporte escolar, también observan la medida con preocupación en tanto que tiene un componente muy perjudicial a nivel reputacional. “El Gobierno apoya al tren en lugar del autobús y hace que parezca que no somos un transporte sostenible cuando con cada viaje sacamos de la carretera treinta coches. Tenemos motores cada vez más eficientes e incluso autobuses que ya son eléctricos”, explica Cubero.

El empujón del Ejecutivo al tren le llega al autobús, además, en pleno esfuerzo para remontar la profunda caída que sufrieron como consecuencia de la pandemia. Una recuperación que sigue lejana. Cubero asegura que el transporte turístico y discrecional no ha tenido un mal verano, pero que todavía se encuentra un 20% por debajo de los niveles previos al coronavirus.

Barbadillo también calcula unos niveles de ocupación entre un 20 y un 25% por debajo de los que tenían en 2019 en los servicios de media y larga distancia. Confebus teme que la situación se agrave por la gratuidad de los trenes de Renfe y deje al sector todavía más tocado de lo que ya está. “Desde 2020, han desaparecido unas 300 empresas, lo que representa un 12% del sector”, advierte. Y las quiebras, añade, van a seguir. Muchas empresas, explica, se tuvieron que endeudar mucho para superar la pandemia. Y circunstancias sobrevenidas, como el incremento de los precios de los carburantes por la guerra en Ucrania, van a terminar por dar la puntilla a algunas. Lo que para Barbadillo no es de recibo es que la estocada les vaya a llegar a otras por decisiones como la del Gobierno de subvencionar al tren. O por otras, añade Cubero, como mantener el uso de las mascarillas. “Nos pone al nivel de las farmacias o de los hospitales. Como si fuéramos sitios en los que resulta muy fácil contagiarse”, reprocha la directora ejecutiva de Anetra.