Consumo

No consumir nada sale caro: un bar empieza a cobrar 1,50 euros a estos clientes

Óscar Solana, el hostelero propulsor de esta medida, ha explicado que “es perfectamente legal porque no deja de ser una consumición más del bar”

Varias personas sentadas en terrazas en la plaza dels Àngels del Raval
Varias personas sentadas en terrazas en la plaza dels Àngels del RavalDavid ZorrakinoEuropa Press

Tomarse una cerveza con tus compañeros después de un largo día de trabajo o ir a comer a nuestro sitio favorito para disfrutar de una reunión familiar es uno de los planes por excelencia de muchos españoles, en el que los bares y restaurantes suponen el epicentro de este encuentro. Sin embargo, pese a que los clientes suelen realizar una inversión media de más de 2.000 euros anuales en estos establecimientos, no todos los españoles consumen por igual, existiendo aquellas personas que a la pregunta del camarero de: “¿Quiere tomar algo?”, te responde con un “no, gracias”, para así evitar gastar dinero en esa salida, haciéndole perder ingresos a los hosteleros.

Por tanto, ante esta situación y una inflación todavía a niveles elevados, esa respuesta puede salir más cara de lo esperado, ya que La Taberna La Solía de Liaño en Cantabria ha decidido poner una solución a este problema. El establecimiento cobrará 1,50 euros a todo aquel que decida permanecer en el local y no consuma nada. Esta medida está pensada para aquellos grupos en los que solo algunas personas de las que se reúnen deciden consumir.

Óscar Solana, el hostelero cántabro dueño este bar, ha explicado en una entrevista a Cadena Ser que “la hostelería ha cambiado después del COVID. ¡Necesitamos que la gente consuma! A los hosteleros nos está afectando mucho la inflación. No somos el centro social del pueblo. Solo pedimos un poco de educación y de respeto”.

Quedar con amigos y que alguien del grupo no pida nada es una situación que se da con bastante frecuencia, y es por ello que Solana decidió tomar cartas en el asunto: “Normalmente tenemos cola para entrar y, si el grupo es grande, nos toca juntar mesas. A continuación llevamos agua, ponemos una tapa... y entonces es cuando va el camarero para preguntar qué quieren tomar. Claro, si de seis solo consumen cuatro, les hubiéramos puesto en una mesa de cuatro. La gente tiene que entender que se trata de un negocio y que necesitamos que sea rentable. Si no, sería imposible”.

Uno de los aspectos que ha motivado la toma de esta decisión es qué ha habido momentos en los que en su establecimiento había “prácticamente un 23% de los asientos del local con ‘no voy a tomar nada’”. Esta medida que ha resultado polémica para muchas personas, no se ha establecido para generar ganancias, sino que es “una manera de educar a nuestros clientes a que cuando entran en un local de hostelería, sepan que es un negocio”.

Pese a que ha podido ser impopular por algunas personas, el propietario ha reconocido que “mayoritariamente” entienden que esta medida se utiliza para hacer frente a los gastos de un establecimiento de estas características como luz, mobiliario o incluso los impuestos, entre otros. “Alguno se ha enfadado, pero el porcentaje es muy pequeño. En muchos casos, de hecho, se acaban pidiendo un café”, explica Solana.

Asimismo, aunque hay personas que han podido malinterpetrar esta decisión, Solana asegura que desde este establecimiento lo han mirado “con la Asociación de Hostelería de Cantabria y es perfectamente legal porque, además de que figura en los carteles o en los QR, y de que los camareros lo dicen, no deja de ser una consumición más del bar. Está escrito, lo reflejamos en el ticket como ‘no consumición’ y cotizamos por ello a Hacienda”.