Hacia el fin del dinero en papel

Sabido es que Suecia se va a convertir, probablemente, el próximo año, en el primer país del mundo en suprimir los pagos en cash. Curioso porque el Estado sueco fue también pionero en la creación del primer billete. La realidad se impone. En este país nórdico ya casi nadie usa papel moneda para sus compras del día a día o para otro tipo de transacciones, siendo el porcentaje de ciudadanos que aún lo emplea inferior al 10%. En el resto del mundo vamos por un camino similar. Recuerdo que hace años en Noruega tuve gran dificultad para poder pagar con monedas un taxi. No las querían. Solo tarjetas. Noruega será seguramente el segundo país en seguir la senda sueca, y después Dinamarca y Finlandia. Los nórdicos siempre fueron avanzados en este tipo de herramientas. También los chinos y los tigres asiáticos. En China de hecho casi todas las operaciones de pago son ya digitales. De ahí que la idea de una moneda electrónica sea cada vez más una realidad. Su nombre ahora es CBDC (Central Bank Digital Currencies) y va a ser lanzada por los bancos centrales a partir de 2023. Tiene la ventaja de la comodidad y la rapidez. Permite perseguir a delincuentes, narcotraficantes, estafadores y al dinero negro. Pero sigue habiendo gran oposición a la desaparición del efectivo. Sus detractores argumentan que la moneda digital esclaviza, al hacernos dependientes de los gobiernos y los bancos, además de ser vulnerable a ciberataques y apagones. El debate está abierto. Aunque mucho me temo que la implantarán sin demasiada discusión pública. Debate para qué.