El Gobierno ultima el aguinaldo para ocho millones de personas en vez de bajar el IVA de los alimentos

Poco importa que el PP se desgañite pidiendo una rebaja del IVA de los alimentos porque el Gobierno quiere repartir el aguinaldo entre quienes considera su bolsa electoral en apariencia más fiable. Por eso, la coalición que conforma el Ejecutivo negocia contra reloj el tercer paquete de medidas que incluirá en su último Consejo de Ministros antes de que concluya el año y se abra de cuajo el melón electoral con la llegada de 2023.

«Los españoles vamos a acabar pagando 50.000 millones de euros más (entre impuestos y cotizaciones sociales) en este 2022 en relación con 2019, sin que nuestra economía haya recuperado el PIB prepandemia», explicaba ayer el vicesecretario de Economía del PP, Juan Bravo, quien exigió al Ejecutivo que copie la propuesta del PP de bajar el IVA de los alimentos básicos de la cesta de la compra, retrase hasta enero de 2024 la entrada en vigor del impuesto al plástico y rediseñe la ayuda de 200 euros que aprobó el Gobierno por una de 300 euros para las rentas inferiores a 14.000 euros.

Y es en este punto donde el PSOE y Podemos ultiman una subida hasta esos 300 euros en el llamado «cheque comida». El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, avanzó el sábado que el Consejo de Ministros aprobará el 29 de diciembre el tercer paquete para paliar las consecuencias económicas y sociales de la guerra en Ucrania, que recogerán también medidas de apoyo a la industria gas intensiva y cerámica.

Este paquete de medidas podría incluir un cheque de 300 euros que beneficiará alrededor de ocho millones de personas, según desveló la líder de Unidas Podemos, Ione Belarra, durante su intervención en el Consejo Ciudadano estatal de la formación morada del pasado fin de semana. Belarra insistió en la urgencia de aportar una «inyección económica» de unos 300 euros a las familias para corregir el alza de precios de los alimentos, que supera el 15%. Podemos planteó una horquilla para dicho cheque entre 250 y 500 euros durante un año para hogares con ingresos no superiores a 42.000 euros al año en un único pago.

También se debate la propuesta para crear un impuesto extraordinario sobre los beneficios de los grandes supermercados para que «arrimen el hombro en un momento difícil para nuestra gente». La secretaria general de Podemos remitió formalmente al PSOE ese nuevo tributo, en línea con el desplegado a la banca y las eléctricas, que gravaría el 33% de sus márgenes gananciales.

Podemos también pretende congelar los precios del alquiler, como ocurrió en pandemia, junto la congelación de las cuotas de las hipotecas de tipo variable que «están sufriendo subidas inasumibles cientos de euros al mes». Asimismo, la formación morada demanda prorrogar otros seis meses el tope al gas en 40 euros y subir al 50% la financiación estatal al transporte urbano.