Energía

La UE pacta un tope al gas de 180 euros MWh tras superar el veto inicial de Alemania

Se activará cuando al mismo tiempo se superen los 180 euros en el mercado europeo durante tres días seguidos y haya una diferencia de precio de 35 euros respecto a los mercados internacionales

La vicepresidente tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera
La vicepresidente tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa RiberaJulio César RivasAgencia EFE

Fumata blanca. Casi en tiempo de descuento antes de las vacaciones navideñas, los Veintisiete han aprobado un mecanismo de intervención temporal para poner un tope al gas comercializado en la UE a través de tubería. El límite estará fijado en 180 euros megavatio hora y el mecanismo se activará cuando al mismo tiempo se superen los 180 euros en el mercado europeo durante tres días seguidos y haya una diferencia de precio de 35 euros entre el índice TTF de Róterdam y los mercados internacionales. Esta última corrección pretende evitar aquellas situaciones en las que el incremento del precio se deba a condiciones de mercado globales. El propósito de esta medida extraordinaria es atajar los exorbitantes precios de la energía que están arruinando a familias y empresas. Debido a lo delicado de este acuerdo se ha intentado sumar al mayor número posible de países, aunque tan sólo era necesaria la mayoría cualificada. Al final, no ha sido posible la unanimidad pero este pacto ha salido adelante con el apoyo de Alemania –uno de los países más reticentes desde hace semanas- la abstención de Holanda y Austria y la única oposición de Hungría.

El mecanismo entrará en vigor el próximo 15 de febrero de 2023 y podrá activarse durante un año. Dejará de estar operativo si se pone en peligro el suministro de gas, ya que los barcos metaneros que transportan gas licuado prefieren desviarse hacía otros destinos con tarifas más caras, o si esta limitación supone un incremento en el consumo de gas que contravenga la política comunitaria para hacer frente al chantaje energético por parte de Rusia, debido a la guerra en Ucrania. La Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) y la Agencia para la Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER) serán los organismos dedicados a vigilar los efectos de esta nueva normativa.

Aunque el TTF es el principal mercado europeo, se han excluido las operaciones realizadas a través de los contratos bilaterales individuales (OTC por sus siglas en inglés), un aspecto en el que España ha tenido que ceder. La mayoría de las operaciones en nuestro país se realizan en OTC.

Este acuerdo ha llegado tras numerosas reuniones. Desde el pasado mes de julio, los ministros de Energía han mantenido hasta diez encuentros entre las citas extraordinarias y las ya fijadas en el calendario. La tensión en las últimas reuniones fue tal, que el grupo en el que se encontraba España junto a otros 14 países llegó a bloquear todo el paquete energético en su totalidad, si no se ponía en marcha un mecanismo lo suficientemente ambicioso. Esto ha hecho que la normativa para poner en marcha las compras conjuntas de gas o el despliegue de renovables también se haya retrasado. En su última cumbre de jefes de Estado y de Gobierno el pasado jueves, los líderes europeo urgieron a los ministros de Energía a encontrar un acuerdo este lunes.

Ante las reticencia de Alemania y Holanda, la Comisión Europea presentó hace semanas una primera propuesta que en la práctica resultaba completamente inaplicable y que no hubiese asegurado la intervención durante momentos de crisis, como las registrados en el pasado mes de agosto, cuando los precios escalaron hasta los 300 megavatios hora.

Tras el acuerdo de hoy, queda lo más difícil. La Comisión Europea ha prometido presentar a principios del año que viene una propuesta para reformar el sistema de fijación de precios en el mercado mayorista. Con el mecanismo actual, la energía que sirva para completar la demanda es la que marca el precio del resto de fuentes en las subastas. Esto hace que el gas acabe contaminando la tarifas del resto de fuentes de energía, aunque renovables y nuclear sean mucho más baratas, ya que todos los precios quedan alineados. Ya antes de la guerra en Ucrania, España y otros países del sur de Europea habían pedido cambios en este sistema, pero sólo en los últimos meses Bruselas ha ido poco a poco cediendo posiciones.