PIB

La economía china se frena, paralizada por la política “Cero Covid”

El PIB creció un 3% en 2022, su segundo peor dato desde la muerte de Mao tras el hundimiento de 2020, y lejos del objetivo de Pekín del 5,5%

El presidente de China, Xi Jinping
El presidente de China, Xi JinpingDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

China creció un 3% en 2022, uno de los resultados más débiles en cuarenta años, según anunció la Oficina Nacional de Estadística (ONE). La cifra es muy inferior al objetivo del 5,5% fijado por el régimen comunista, lo que apunta al alcance del impacto de las draconianas medidas sanitarias contra la Covid y la caída en picado del mercado inmobiliario. La segunda economía mundial ha experimentado su crecimiento anual más débil desde la recesión de 1976 -año en que Mao Zedong murió-, excluyendo el año 2020, que estuvo marcado por el bloqueo de Wuhan en vísperas de la pandemia.

Aunque está previsto que la economía se recupere en 2023 con la reapertura del país al mundo, los datos del martes pusieron de relieve la magnitud del reto al que se enfrenta Xi Jinping tras tres años en los que su Política Cero Covid ha primado sobre el crecimiento del país. Cabe destacar que una década antes de que estallara la pandemia, la economía china había sido una de las más dinámicas del mundo, con un crecimiento medio anual del 7,7%.

En el cuarto trimestre,el PIB se mantuvo estable respecto al tercero y aumentó un 2,9% interanual, por encima de las expectativas de los analistas, que esperaban un incremento del 1,6%. A finales del año pasado, el gobierno endureció las restricciones antivirus en respuesta a múltiples brotes, antes de relajarlas repentinamente, permitiendo por primera vez que el virus se extendiera desenfrenadamente entre la población.

En el periodo abril-junio, el crecimiento del país apenas alcanzó el 0,4% interanual y se contrajo un 2,4% trimestral debido al cierre durante más de dos meses de Shanghai, importantísimo centro financiero con una población de 25 millones de habitantes.

Los economistas prevén que el crecimiento repunte este año en comparación con el anterior, pero los responsables políticos chinos se enfrentan a una serie de retos, como la persistencia de la Covid, una crisis inmobiliaria que ha lastrado a la baja los precios de la vivienda, un desplome de las exportaciones a medida que se ralentiza la economía mundial y el primer descenso de la población china en 60 años.

Por su parte, la ONE afirmó que el país ha obtenido “resultados positivos” en su lucha eficaz contra la pandemia y en favor del desarrollo económico. No obstante, advirtió de que los cimientos de la recuperación interna “no son sólidos”, puesto que la inestabilidad internacional persiste, mientras que “la triple presión nacional de la contracción de la demanda, el choque de la oferta y el debilitamiento de las expectativas continúan acechando”.

Ante la perspectiva de futuro, Kang Yi, director de la Oficina de Estadística, declaró en rueda de prensa que la estabilidad económica será la principal prioridad del país y que se seguirá trabajando para lograr avances en 2023. El funcionario calificó el crecimiento del 3% de “relativamente rápido” a la luz de situaciones inesperadas y en contraste con Alemania, Estados Unidos y Japón.

Sin embargo, apuntó al panorama del comercio mundial como nada halagüeño y a que la economía mundial puede afrontar una estanflación. “Las empresas desafían multitud de dificultades en la producción y el funcionamiento, la innovación científica y tecnológica no es lo suficientemente fuerte, además la población todavía tiene dificultades considerables laborales”, señaló Kang. “Todavía tenemos que hacer esfuerzos denodados para promover la mejora económica global”.

La caída de China ha perjudicado a sus socios comerciales al reducir la demanda de petróleo, alimentos, bienes de consumo entre otros. Un repunte supondría un impulso para los proveedores mundiales, que se enfrentan a un riesgo creciente de recesión en las economías occidentales.

No obstante, de acuerdo con las estimaciones del Fondo Monetario Internacional, la economía de China crecerá un 4,4% en el Año del conejo con respecto al del Tigre.

Asimismo, Kang manifestó su esperanza de que el sector inmobiliario no lastre el crecimiento este año tanto como lo hizo el anterior. El sector, que junto con la construcción representa más de una cuarta parte del PIB chino, se ha visto muy afectado desde que Pekín empezó a tomar medidas enérgicas contra el endeudamiento excesivo y la especulación desenfrenada en 2020. El ajuste normativo marcó el comienzo de las preocupaciones financieras para el coloso Evergrande, el antiguo número uno chino del sector que ahora lucha contra una montaña de deudas.

Ahora que el país se reabre al mundo, la administración apuesta por respaldar al sector privado. Las autoridades están suavizando las medidas represivas contra el sector inmobiliario, facilitando nuevos créditos y permitiendo prórrogas en el pago de la deuda, lo que ha provocado una reciente subida de las acciones de los promotores inmobiliarios. Otra importante fuente de crecimiento, el sector de Internet, también está encontrando un entorno normativo bastante más favorable.

La producción industrial de China, apodada la “fábrica del mundo”, creció un 3,6%, pero se ralentizó bruscamente desde la expansión del 9,6% registrada el año anterior. El valor total de las exportaciones aumentó un 10,5%. En diciembre, tanto las exportaciones como las importaciones cayeron, aunque algo menos de lo que esperaban los analistas. Asimismo, los economistas prevén una caída de la demanda de productos chinos por la desaceleración económica en la UE y EE.UU.

El consumo y la actividad empresarial se están reactivando tras el abrupto fin de los severos controles. Pero los consumidores regresan gradualmente a los centros comerciales y restaurantes, mientras China hace frente a un aumento de las infecciones que ha inundado los hospitales. Tras confirmar la muerte de unos 60.000 enfermos, el gobierno afirma que el punto álgido de esa oleada parece haber pasado.

Los dirigentes chinos anunciarán el objetivo de crecimiento del PIB para todo el año en marzo, en una reunión parlamentaria anual. Será la primera de este tipo desde que el presidente chino consolidó su poder en octubre, en el XX Congreso nacional del Partido Comunista.