El Gobierno apuesta ahora por el denostado turismo de sol y playa

«España se ha especializado en sectores de bajo valor añadido: la hostelería, el turismo... Estacionales, precarios... Por ejemplo, el turismo, seis meses el hotel abierto y seis meses, no». En plena pandemia, mayo de 2020, el ministro de Consumo, Alberto Garzón, soliviantaba al sector más castigado por la gestión de la crisis sanitaria, que pedía en vano su dimisión y que aún espera un Perte, rechazado una y otra vez por el Ejecutivo al tratarse –según se argumentaba desde el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo– de un sector formado por empresas pequeñas incapaces de asumir inversiones millonarias, como la automoción.

Por contra, se ofrecían 3.400 millones presupuestados del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia para «repensar la estacionalidad del modelo de sol y playa». Apenas un 5% del total de 70.000 millones contemplados en el Plan de Recuperación en 2021 y 2022 para un sector tractor de la economía.

Dotación que las grandes empresas del sector consideran insuficiente pese a la «elevada recaudación impositiva que genera el sector y a su aportación a la recuperación económica», criticaba la Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur), la patronal que agrupa a una treintena de las mayores empresas turísticas.

Después de que hasta el Banco de España haya llamado la atención sobre la necesidad de invertir más en el turismo de «sol y playa» para mantener su atractivo y competitividad frente a destinos como Turquía y especialmente en las localidades más maduras y saturadas de la costa mediterránea, el Gobierno se ha decidido a apostar por una fuente ingente de divisas y de empleos con un plan específico para el sol y playa que se presentará en febrero. La propia ministra de Industria, Reyes Maroto, ha revelado que este año el «sol y playa» será prioritario para el Gobierno con un refuerzo procedente de los fondos europeos «Next Generation». “El turismo de sol y playa es nuestro modelo turístico más reconocido y queremos demostrar nuestro compromiso como Gobierno con este plan nacional, que permitirá, entre otros, la desestacionalización del sector”, resaltaba Maroto.

El Gobierno no quiere que se le escape un posible año de récord en el que se podrían recuperar los registros de 2019 en pleno «rally» electoral. El sector turístico español cerró diciembre con 2.458.032 afiliados a la Seguridad Social, el mejor dato de toda la serie histórica para este mes y que supera en 63.002 el registro de afiliación del mismo mes de 2019, antes del estallido de la pandemia, según los datos difundidos el martes pasado por Turespaña. En términos interanuales, el crecimiento fue del 6,8%, lo que supone 157.167 empleados más, se encadenaron 19 meses consecutivos de ascensos y además el empleo del sector representó el 12,2 % del total en la economía nacional.

El PIB turístico en España cerró 2022 con 159.490 millones, un 1,4% superior a 2019, según el informe trimestral de «Perspectivas turísticas» de Exceltur, que sitúa en el 12,2% la aportación del turismo al PIB nacional.