Macroeconomía

La economía española creció un 5,5% en 2022 y se salva de la contracción en el último trimestre

España no evitó el parón del PIB con un exiguo crecimiento del 0,2% en los últimos tres meses del año

La economía española registró un crecimiento del 5,5% en 2022, superando las previsiones más optimistas, que avisaban incluso de una contracción de la economía en el cierre del año. Al final, pese al evidente frenazo general, tras crecer el PIB solo un exiguo 0,2% en el último trimestre -por la presión inflacionaria que ha puesto contra las cuerdas a familias y empresas-, la economía ha mostrado una inesperada fortaleza, evitandoel retroceso en el cuarto trimestre y alejando el fantasma de la recesión para el siguiente trimestre.

Tanto el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, ya habían anticipado en las últimas semanas con optimismo que el Producto Interior Bruto (PIB) crecería este año “más de un 5% interanual”, una tasa muy superior al 4,4% inicialmente previsto en los Presupuestos, una cifra que según Moncloa nos sitúa “muy por encima” de los grandes países del entorno, de la media de eurozona y de las principales economías avanzadas.

Según el avance de la Contabilidad Nacional publicado por el INE, la economía española encadenó en 2022 su segundo crecimiento anual consecutivo, con idéntico impulso del 5,5% que registró en 2021, superando en 1,1 puntos la previsión del Gobierno (4,4%) y por encima de las proyecciones de algunos organismos oficiales e independientes como el FMI (5,2%), el panel de Funcas (5%), Airef (5,3%) o el Banco de España (4,6%).

Sin embargo, el comportamiento de este crecimiento fue completamente distinto en los dos últimos ejercicios. Mientras en 2021, el año de recuperación tras la pandemia, la economía creció de forma lineal y ascendente, en 2022 ha ido perdiendo fuelle con el paso de los meses, y al dinamismo del primer semestre ha seguido el estancamiento del segundo, marcado por el enquistamiento de la guerra en Ucrania y sus efectos sobre la economía europea -principalmente por la subida de los precios de la energía y la inflación-.

Por ello,la economía española prácticamente se ha congelado en los dos últimos trimestres, en los que apenas ha avanzado un 0,1% y un 0,2%, respectivamente. También puede verse este parón en términos interanuales, ya que la variación del PIB en los últimos tres meses del año fue del 2,7%, tasa inferior a la del trimestre anterior, en el que se registró un 4,8% -2,1 puntos menos-, con una contribución de la demanda nacional a este crecimiento de 0,6 puntos, 1,6 puntos inferior a la del trimestre precedente, en tanto que la demanda externa contribuyó con 2,1 puntos, una décima menos.

Precisamente, el sector exterior ha sido la palanca que ha sostenido la economía española durante el último ejercicio, gracias sobre todo al sector servicios y al superávit de la balanza comercial, que ha sufragado la gran parte de la factura energética y del incremento de las materias primas, que ha martirizado las finanzas durante todo el año pasado por el despegue de los costes.

El gasto en consumo final se incrementó un 2,4% respecto al mismo periodo del año pasado, aunque cayó en cinco décimas con respecto a la registrada entre julio y septiembre. Al contrario de estas cifras, el gasto en consumo de las Administraciones Públicas presentó un crecimiento del 1,9% y elevó en 3,7 puntos el del trimestre precedente.

Pese a los buenos datos macroeconómicos, el número de horas efectivamente trabajadas se redujo en un 0,1% respecto al tercer trimestre, en el que se registró un estancamiento total (0%). No obstante, en términos interanuales, el número de horas efectivamente trabajadas se incrementó un 2,7% en el primer año de la reforma laboral, aunque esta cifra es cinco décimas inferior a la contabilizada entre julio y septiembre. Así las cosas, la variación interanual de la productividad por puesto de trabajo equivalente a tiempo completo se situó en el 0,6%, mientras la productividad por hora efectivamente trabajada se mantuvo inmutable en el 0%.

Los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo aumentaron solo un 0,1% respecto al trimestre anterior y, además cayó en un punto con respecto al tercer trimestre “por el efecto combinado de la variación de las horas trabajadas y el aumento de la jornada media en puestos de trabajo a tiempo completo (de -1,3% a -0,3%)”, explica el INE. En términos interanuales, el empleo presentó un crecimiento del 2%, pero son ocho décimas menos que en el trimestre precedente, lo que supone un incremento de 386.000 empleos equivalentes a tiempo completo en un año.

A precios corrientes, el PIB de 2022 se situó en 1,32 billones de euros, un 10,1% más que en 2021, pero que demuestra que la economía aún continúa por debajo de niveles prepandemia. Hasta un 1,5% de crecimiento anual le ha faltado para alcanzar el PIB con el que se cerró 2019, y dadas las limitadas previsiones de crecimiento marcadas para el primer semestre de 2023, tanto desde el propio Ministerio de Asuntos Económicos como de los analistas económicos se duda ya de que pueda lograr ese objetivo hasta el inicio de 2024, dado que el contexto de incertidumbre se mantiene al mismo nivel que el año pasado.