Empresas
70 años de Ferrovial: de Barcelona’92 al AVE y el Guggenheim
La constructora ha modernizado España con una larga lista de obras públicas emblemáticas e ingeniería puntera
España sería muy diferente si no hubiera existido Ferrovial. La compañía fundada por la familia Del Pino ha puesto a disposición del desarrollo de las infraestructuras nacionales ingeniería «premium», tecnología de vanguardia, puntera en todo el mundo, y el mayor cuidado para servir a la modernización de España. Una innovación y un desarrollo que funcionan como vasos comunicantes, porque tampoco Ferrovial habría llegado a tener un 80% de su negocio en el exterior de no ser por sus buenas referencias en España. La empresa, que nació hace 71 años, se ha ganado a pulso la confianza dentro y fuera de casa. Algunos de sus proyectos en España le han abierto las puertas del exterior.
Ferrovial, fundada por Rafael del Pino y Moreno en 1952 en un ático en el centro de Madrid, ha participado en algunos de los proyectos de infraestructuras más importantes de las últimas décadas y que han cambiado la fisonomía del país hasta convertirlo en uno de los más avanzados. La compañía, cuyo primer encargo fue un contrato de Renfe y que, inicialmente, estaba enfocada al sector ferroviario -de ahí su nombre- fue poco a poco diversificando su actividad y enfocándola también a otras infraestructuras. En los años 60, con la puesta en marcha del Plan Redia, Ferrovial comenzó también a hacer obras de carreteras. El proyecto, enfocado a la mejora de los itinerarios con mayor densidad de tráfico del país, así como los accesos y circunvalaciones de las ciudades más importantes, permitió a la firma dar un gran salto adelante. La compañía participó en los tramos Villajoyosa-El Moliner (Alicante), Zaragoza-Calatayud, La Luisiana-Carmona y varias actuaciones en Navarra. A su avance contribuyó también su participación en otros proyectos relevantes como la construcción de dos autopistas en el norte, la Bilbao-Behovia y la Burgos-Armiñón, enmarcados ambos en el Plan Nacional de Autopistas que lanzó el Estado. En esa década, Ferrovial también comenzó a dar sus primeros pasos en el negocio de las obras hidráulicas, la edificación y la concesión de autopistas.
Tras una década de los 70 en la que empezó sus incursiones internacionales en Libia, México, Brasil y Paraguay ante la parálisis del sector nacional, Ferrovial recibió otro gran empujón en los años ochenta en su país de origen con la entrada de España en la Unión Europea. Entonces, la compañía se convirtió en uno de los protagonistas más importantes de la gran transformación que sufrieron las infraestructuras del país participando en la construcción de su nueva red de vías de gran capacidad, así como en la ampliación y mejora también de otras tan importantes como los ferrocarriles, puertos y aeropuertos. Entre las obras que se adjudicó Ferrovial figuraron la construcción de varios tramos de la que sería la primera línea de alta velocidad ferroviaria, la que conecta Madrid y Sevilla y que fue inaugurada en 1992 con motivo de la Exposición Universal de la ciudad andaluza. Un proyecto que constituyó un verdadero desafío tecnológico dado que las empresas españolas no tenían experiencia alguna en la construcción de infraestructuras para alta velocidad ferroviaria.
La compañía participó de igual manera en la ejecución de las obras de la gran muestra sevillana, que sirvió de escaparate mundial a España; así como en las del otro gran evento que el país organizó ese año para anunciar al mundo su entrada en una nueva era: los Juegos Olímpicos de Barcelona. Para la cita, Ferrovial construyó y remodeló partes de la zona de Villa Olímpica y Montjuïc e infraestructuras que mejorarían las comunicaciones de la ciudad como el Cinturón de Sant Adrià o el Colector de la Ciutadella.
En esos años, Ferrovial también adquiere Cadagua, especialista en construcción y explotación de plantas de tratamiento de aguas.
Ya en la siguiente década, entre los años 1993 y 1997, Ferrovial se encargó de una construcción tan emblemática como el Museo Guggenheim de Bilbao. La compañía llevó a cabo la construcción del proyecto que incluyó, entre otras actividades, las obras de hormigón, estructura metálica, revestimientos interiores, instalaciones y urbanización.
Entre medias, a la compañía le dio tiempo a adquirir la constructora Agroman, una operación con la que dobló su tamaño y se convirtió en una de las empresas más importantes del sector en España.
Con el cambio de siglo, Ferrovial aceleró en su proceso de internacionalización con la adquisición de la constructora Budimex en Polonia, la compañía de servicios Amey en Reino Unido y el operador aeroportuario Heathrow Airport Holdings. Sin embargo, la compañía no se olvidó de su país de origen y siguió ganando y realizando proyectos en España, algunos de ellos tan conocidos como la sede de CaixaForum en Madrid tras la transformación de la vieja Central Eléctrica de Mediodía; o el hotel Marqués de Riscal, levantado por Ferrovial en la localidad alavesa de Elciego entre los años 2003 y 2006 y que fue diseñado por el arquitecto canadiense Frank Gehry.
Pero la compañía siguió, igualmente, participando en la construcción de grandes infraestructuras vertebradoras para el país como la Autovía de la Plata A-66 que conecta Gijón con Sevilla. La compañía se encargó de ejecutar sucesivos proyectos en los tramos entre Plasencia y Cañaveral, en la provincia de Cáceres; en El Ronquillo (Sevilla)-límite provincial de Huelva; el tramo Guijuelo-Sorihuela, en Salamanca y el que cierra el proyecto de la autovía, el de Benavente y Zamora que se han ido inaugurando a lo largo de los últimos ejercicios.
Mientras meditaba el traslado de su sede a los Países Bajos, Ferrovial ha seguido trabajando en España ganando en muchos casos adjudicaciones públicas de compañías como Adif, Aena o la Dirección General de Carreteras. Sólo en los años que ha gobernado Pedro Sánchez, se ha hecho con contratos públicos por valor de 1.000 millones de euros, según datos de la Plataforma de Contratos del Sector Público.
A pesar de su marcha a Países Bajos, Ferrovial prevé que España siga siendo un país importante para su negocio. La compañía espera mejorar su facturación en el país este año debido «al buen ritmo de contratación, con la adjudicación de varios contratos relevantes de ferrocarriles y para clientes privados, y una vez superados los retrasos en licitación derivados de la Covid-19». En el medio plazo, Ferrovial espera que la aplicación de los fondos europeos Next Generation «mantenga el impulso de la licitación, a lo que se suma la buena dinámica de iniciativas públicas ferroviarias y sanitarias, y privadas en proyectos industriales, de edificación y de energía renovable».
En 2022, Ferrovial logró unos ingresos totales en España por un importe de 1.443 millones de euros, lo que supone un alza del 40% con respecto a los 1.031 millones de 2021, un 54% más que en 2020 (936 millones) y un 37,8% más que en 2019 (1.047 millones). La cifra representa el 18% del total del grupo.
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