Transporte
Adif avanza según lo previsto para que el AVE llegue a la T4 de Barajas en 2026
El gestor de infraestructuras ya ha contratado todos los suministros para ejecutar la obra, en la que invertirá 21 millones de euros
Los trabajos para llevar la alta velocidad al aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas avanzan según la planificación prevista por el gestor de las infraestructuras ferroviarias, Adif. La compañía ya tiene contratados todos los suministros necesarios, como traviesas, balasto, carril o desvíos; para ejecutar la obra, en la que invertirá finalmente 21 millones de euros.
Aunque en un primer momento desde el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible se barajó como posible fecha para la inauguración de la conexión este mismo año o el que viene, fuentes del sector -desde Adif no se ofrecen plazos- apuntan como fecha más probable para que pueda estar operativa a 2026 teniendo en cuenta que no sólo se trata de concluir las obras sino también de que el operador, Renfe, tenga listos los servicios.
Los trabajos, además, representan una gran complejidad porque "se están realizando manteniendo en servicio la línea de Cercanías que conecta con el aeropuerto", explican desde Adif. Y es que la llegada a la alta velocidad al aeropuerto madrileño se ha planificado en dos fases. En este primera, Adif está acometiendo las mejoras necesarias para que «algunos servicios» de AVE puedan prolongarse desde Chamartín a Barajas por la actual línea de Cercanías. El nuevo enlace aprovecha, de hecho, parte de la plataforma de la línea de Cercanías entre Chamartín y la terminal T-4 del aeropuerto de 8,8 kilómetros de longitud y que está en servicio desde 2011, dado que en su momento se construyó para que pudiera acoger la circulación de trenes de alta velocidad. En concreto, esta línea cuenta en parte de su recorrido (desde el túnel de acceso al aeropuerto) con vía mixta o de tres hilos, esto es, apta tanto para trenes convencionales como de alta velocidad.
La actuación ahora en marcha comprende la construcción de una nueva línea de ancho estándar desde la cabecera norte de Chamartín hasta el túnel de acceso al aeropuerto, donde conecta con la vía de tres hilos. En total, supone tender 3,5 kilómetros de nuevo trazado ferroviario, de vía única desde Chamartín y hasta el túnel bajo la autovía A-1; y de vía doble desde este túnel hasta el de acceso a Barajas. También se adaptará la vía en el interior del túnel norte del aeropuerto para implementar el triple hilo en su totalidad.
La inversión de Adif ascenderá a 21 millones de euros
Actualmente, como explican desde Adif, "se avanza en la obra civil, se han realizado los movimientos de tierra y se desarrollan los trabajos de explanación y los pilotes para construir las nuevas vías de alta velocidad, paralelas a las de convencional".
De igual forma, añaden, "Adif ha licitado ya, por un importe de 18,6 millones de euros, el contrato para el despliegue de los equipos y sistemas de señalización para la nueva conexión: enclavamientos (sistemas que gestionan a distancia las señales de un tramo de ferrocarril), bloqueos y circuitos de vía (dispositivos que controlan la presencia de trenes en las vías) y el sistema de control y mando de tren Asfa, entre otros". Estos dispositivos se actualizarán en la parte de la conexión ya construida, por la que actualmente se presta el servicio de Cercanías, y se instalarán en el tramo de nueva construcción", añaden.
Aunque estos trabajos permitirán efectivamente la llegada de la alta velocidad a la T-4 del aeródromo madrileño, la idea de Transportes sería construir una conexión específica de alta velocidad a Barajas, aunque no hay plazos específicos para ello.
Reclamación histórica
La llegada de la alta velocidad a Barajas era una de las principales demandas de las aerolíneas españolas, particularmente de Iberia, para permitir una mejor conectividad y hacer del aeropuerto madrileño un «hub» de referencia como es el caso de otros aeródromos europeos como París o Fráncfort. Iberia calcula que la conexión puede aportar entre 300.000 y 400.000 viajeros extra al aeródromo madrileño. Se trata de viajeros en conexión de ciudades españolas que, ahora mismo, para hacer viajes de largo radio, optan en muchos casos por combinaciones aéreas que les llevan a otros aeropuertos europeos. Con la llegada del AVE a Barajas, se espera que estos pasajeros se decanten por el aeropuerto madrileño al suponer el tren una opción mucho más cómoda que enlazar dos vuelos.
Las aerolíneas también mantienen en activo rutas nacionales para alimentar sus vuelos de largo radio y evitar esa fuga de viajeros a otros aeropuertos. Sin embargo, muchas de ellas son deficitarias, por lo que la conexión a través de alta velocidad les permitiría prescindir de ellas, lo que redundaría en una mejora importante de sus cuenta de resultados.
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