¿Se agota el petróleo?

Mirémonos frente a frente, somos hiperbóreos. Nietzsche reivindicó con esta frase una nueva filosofía. Los hiperbóreos eran seres mitológicos de costumbres primitivas que habitaban al norte de Tracia, ajenos a la civilizada Grecia. La cuestión hoy es si nos hacemos hiperbóreos y tomamos la senda del decrecimiento para salvar la Tierra o tiramos por el camino de en medio, el del crecimiento sostenible.

Gran parte de culpa de nuestros problemas la tiene nuestra dependencia del petróleo. Hasta antes de ayer los pozos no tenían fondo y procuraban una energía barata, así que el mundo consumía desbocado. Pero la voracidad del mundo, energética y alimentaria es cada vez mayor y aunque EE UU quema un cuarto del petróleo global, el aumento del consumo mundial de productos del petróleo en 2022 lo impulsa Asia (+2,5%), especialmente por los datos de India (+10%) e Indonesia (+9,3%).

En cualquier caso, hay dos grandes consumidores de crudo: EE UU (con 723 millones de toneladas en 2022) y China (con 658 Mt). El caso chino es espectacular. Mientras EE UU ha pasado de consumir 732 Mt de crudo en 1990 a esas 723, China ha disparado su apetito de las 143 Mt en 1990 a esas 658 Mt.

De hecho, Asia consume ya más de la mitad del petróleo global, lo que ha llevado a que hoy el mundo consuma más crudo que nunca en un mundo en el que el petróleo es la fuente energética más importante (30%) seguida del carbón (27%) y el gas (23%).

Si consumimos más, ¿suben los precios porque el petróleo se agota? En 20 años surcarán los cielos el doble de aviones y la población alcanzará a mediados de siglo los 9.700 millones. A este ritmo quemaremos el 90% de las reservas de crudo para esa fecha. El circulo está viciado. A mayor población, mayor demanda de grano y mayor de gasolina.

¿Podemos soportarlo, teniendo en cuenta que llenar el depósito de un coche se lleva el grano que consume una familia africana en un año? ¿Frenamos?

No parece la mejor opción. Afortunadamente, aunque algunos pozos se agotarán, surgen reservas insospechadas, como las de Guayana, que cuenta con la mayor cantidad de petróleo per cápita del mundo y que acaba de licitar sus yacimientos.