Europa

Alemania y Francia dudan sobre Calviño en la presidencia del BEI

El proceso se retrasa ante la indecisión de los grandes países

La vicepresidenta primera del Gobierno en funciones, Nadia Calviño.
La vicepresidenta primera del Gobierno en funciones, Nadia Calviño.Javier LizonAgencia EFE

El camino para elegir al presidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI) comienza a ser más pedregoso de lo esperado. Fuentes diplomáticas explican que Francia y Alemania no parecen decantarse por ninguna candidatura clara y que el resto de los países esperan agazapados a que el motor franco-alemán de un paso al frente que no termina de suceder.

Aunque en un principio se esperaba que el veredicto tuviera lugar en septiembre en Santiago de Compostela y que después la decisión se retrasase hasta octubre, la cita de los ministros de Economía de los Veintisiete en Luxemburgo tampoco va a servir para desvelar quién sucederá al alemán Werner Hoyer. Pese a que en un principio la española Nadia Calviño, actual vicepresidenta en funciones del Gobierno, contaba con más papeletas que su contrincante Margrethe Vestager para hacerse con el voto favorable de Berlín y París, las dudas son notorias.

Si bien el canciller Olaf Sholz prefiere a la española, los liberales que integran la coalición semáforo y tienen en sus manos el ministerio de Finanzas prefieren a la danesa Vestager ya que pertenece a su familia política, a pesar de que la comisaria de Competencia en excedencia enfadó al eje franco-alemán por su veto a la fusión de Siemens y Alston y sus intentos de fichar a una estadounidense como economista jefe de su dirección.

La candidata española señaló ayer a su entrada a la reunión con sus homólogos europeos en Luxemburgo que cuenta con «fuertes apoyos», aunque no desveló cuáles. El proceso de elección está siendo ahora mismo pilotado por el ministro de finanzas belga, Vincent Van Peteghem, como vicepresidente del consejo de Gobernadores del Banco. De momento, Peteghem tan sólo ha aclarado que continúa el proceso de consultas.

El aspirante vencedor deberá conseguir el apoyo del 68% del capital del banco y de al menos 18 Estado. La participación de cada Estado miembro se reparte en función de su porcentaje del PIB, por lo que el veredicto de Alemania y Francia resulta primordial al ser países más grandes.

Se espera que Hoyer abandone su puesto en enero de 2024. En caso de que no sea posible encontrarle sucesor o sucesora para esta fecha, fuentes diplomáticas no descartan una prórroga en el mandato del alemán y que las negociaciones para presidir esta entidad financiera formen parte del paquete para renovar la cúpula comunitaria tras las elecciones del mes de junio. Entre estos puestos están incluidos la presidencia de las tres principales instituciones europeas: Comisión, Consejo y Parlamento. Esto significa que, si España consigue que Calviño sea presidenta del BEI, puede verse obligada a renunciar a otro puesto de envergadura.

Aunque Calviño y Vestager siguen siendo las favoritas, la polaca Teresa Czerwinska, el italiano Daniele Franco y el sueco Thomas Östros siguen en la carrera.