Alquilar en solitario, imposible incluso con un sueldo de hasta 2.000 euros: aumentan los perfiles solventes que son expulsados del mercado

Vivir sólo en una gran ciudad es misión imposible incluso para trabajadores con contrato fijo y un salario medio-alto. Esto es una de las principales advertencias que lanza el portal inmobiliario Pisos.com ante la escalada imparable del precio del alquiler, que cerró octubre con un coste de 11 euros por metro cuadrado (880 euros para una vivienda media de 80 metros), lo que supone un incremento del 0,64% respecto al mes anterior y un 7,32% más en tasa interanual.

Para Ferran Font, director de Estudios de pisos.com, el hecho de que, a nivel nacional, únicamente dos capitales de provincia hayan ajustado sus rentas frente al año pasado es muy revelador. "Estamos asistiendo a uno de los momentos más complicados del mercado del alquiler, puesto que su margen de expulsión se amplía cada vez a más perfiles de la demanda, incluso a aquellos que en un principio pueden parecer solventes sobre el papel", explica.

El experto se refiere a que “alquilar en solitario en determinadas ciudades puede resultar difícil hasta para personas con ingresos cercanos a los 2.000 euros mensuales si tenemos en cuenta que, al precio del alquiler, hay que sumarle el resto de gastos fijos y variables de un ciudadano medio”. Y es que un alquiler medio de 880 euros se come el 44% de un sueldo de 2.000 euros, sin incluir los gastos de la vivienda, un tasa que se sitúa por encima del 30% recomendado por los expertos para evitar sobreendudarse.

El informe mensual de Pisos.com reveló que las regiones más caras para vivir de alquiler en octubre de 2022 fueron Baleares (15,91 euros por metro cuadrado/1.272,8 euros para un piso de 80 metros), Madrid (15,35 euros/1.228 euros por piso) y Cataluña (12,33 euros/986,4 euros por piso), mientras que las rentas más económicas estuvieron en La Rioja (4,50 euros por metro cuadrado/360 euros por un piso de 80 metros), Castilla y León (4,86 euros/388,8 euros por piso) y Extremadura (5,04 euros/403,2 euros por piso).

En comparación al año pasado, Islas Baleares (+20,68%) fue la región que sufrió un mayor incremento de precios y La Rioja (-20,91%) la que más se abarató. Si se compara con el último mes, el incremento más llamativo tuvo lugar en Madrid (+2,99%), mientras que el mayor ajuste se produjo en Navarra (-2,23%).

Más de 12 euros de diferencia entre la provincia más cara y la más barata

En la clasificación de provincias por renta, en octubre la más cara fue Baleares, con 15,91 euros por metro cuadrado, seguida de Madrid (15,35 euros) y Barcelona (14,67 euros). En el lado opuesto, Cuenca cerró la clasificación con 3,24 euros por metro cuadrado. Otras provincias económicas fueron Ávila (3,27 euros) y Ciudad Real (3,37 euros).

La provincia que más encareció sus alquileres de un año para otro fue Baleares (+20,68%) y la renta que más se ajustó fue la de La Rioja (-20,91%). En el último mes, el mayor repunte se produjo en Guipúzcoa (+3%), mientras que la provincia que más abarató los alquiler fue Vizcaya (-2,91%).

En cuanto a las capitales de provincia, Barcelona fue la más cara para los inquilinos con 23,88 euros por metro cuadrado. Le siguieron Madrid (19,83 euros) y San Sebastián (18,38 euros). Por el contrario, Ciudad Real fue la más barata con 6,60 euros por metro cuadrado. Otras capitales de provincia económicas fueron Orense (6,63 euros) y Jaén (6,81 euros).

Frente a octubre de 2022, Barcelona (23,85%) lideró los incrementos. El recorte más llamativo lo arrojó Pamplona (-0,13%). Por su parte, Ávila (3,06%) protagonizó la subida mensual más alta, mientras que Huelva (-2,95%) fue la capital que más se devaluó en este periodo.

El portavoz del portal inmobiliario destaca que, “aunque muchas promotoras están poniendo el acento en el alquiler dedicándole un mayor porcentaje dentro de sus proyectos, esta nueva oferta no sirve para resolver el problema que tenemos a corto plazo, puesto que estas unidades todavía tardarán meses o años, en estar disponibles”. En este sentido, el directivo recalca que “proteger al inquilino vulnerable es una tarea esencial, pero para frenar la retirada de pisos en alquiler del mercado, también es fundamental dar seguridad a los propietarios que se sienten indefensos ante la normativa”, concluye Font.