
Economía
Álvaro Martínez, economista, llega a una conclusión demoledora: "Madrid no es una ciudad, es un aeropuerto"
¿Dónde se vive mejor? Un curioso análisis que compara sueldos con el precio de una caña sitúa a Madrid a la cola en poder adquisitivo y la describe como «un aeropuerto» por sus desorbitados precios

El coste de la vida en España, esa conversación recurrente en cualquier reunión social, puede medirse a veces con un termómetro tan nuestro como el precio de una caña. Este ha sido precisamente el baremo que ha utilizado Álvaro Martínez, un asesor financiero, para poner cifras a una percepción generalizada: la enorme brecha económica que existe entre distintas capitales del país. Su análisis, tan sencillo como revelador, compara lo que cuesta una cerveza y lo que se cobra de media en Madrid, Sevilla y León, arrojando un resultado que invita a la reflexión.
De hecho, los datos brutos ya dibujan un panorama de contrastes más que notables. Mientras que tomarse una caña en el centro de Madrid supone un desembolso de 3,40 euros, en Sevilla el precio baja hasta los 2,00 euros. La cifra se desploma en León, donde por tan solo 1,20 euros se puede disfrutar de una cerveza acompañada, además, de su correspondiente tapa. Estas diferencias se enfrentan a unos sueldos medios anuales que no guardan, ni de lejos, la misma proporción: 31.000 euros brutos en la capital, 26.000 en la ciudad hispalense y 25.000 en la leonesa.
Sin embargo, la verdadera dimensión del desequilibrio aparece al cruzar ambos datos para calcular el poder adquisitivo real, medido en cañas anuales. El ejercicio desvela que un trabajador madrileño, con su salario medio, podría permitirse 9.118 cañas al año. La cifra mejora sustancialmente para un sevillano, que podría llegar a las 13.000. Pero es en León donde la capacidad de consumo se dispara hasta las 20.833 cervezas anuales, una cantidad que supone más del doble que la de un residente en Madrid.
El poder adquisitivo real, medido en cañas
Ante esta realidad, la conclusión de Martínez es tajante, y apunta a que la relación entre lo que se gana y lo que cuestan las cosas en la capital de España está completamente descompensada. Su análisis le llevó a una reflexión que resume con crudeza la situación que viven muchos de sus habitantes, una frase que resuena con fuerza en el debate sobre el coste de vida. "Madrid no es una ciudad, es un aeropuerto", indica en su cuenta de X.
No obstante, el propio asesor introduce un matiz importante en su comparativa para aportar rigor a sus conclusiones. Aclara que para el estudio se tomó como referencia el precio de una caña en pleno centro de Madrid, una de las zonas más caras, mientras que el precio de la consumición en León correspondía a un bar de las afueras de la ciudad, donde los precios son habitualmente más contenidos.
En cualquier caso, esta puntualización, si bien modera el contraste numérico, no invalida la reflexión de fondo sobre las profundas diferencias que separan el día a día en distintos puntos de nuestra geografía. El «índice de la caña» se consolida así como un indicador informal pero tremendamente efectivo para visualizar una realidad económica que afecta directamente al bolsillo de los ciudadanos y a su calidad de vida.
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